Nuevo Orden parido por Covid para el mundo

Covid-19, esa pequeña molécula microscópica que ahora suplanta el poder de los humanos sobre el planeta, ha comenzado a replantear algunas modalidades de vida que nos impuso el capital al conjunto de la civilización. El Mercado, así llamado, ese poder que las transnacionales imponen sobre la totalidad de la humanidad en el planeta y que reguló nuestra existencia durante la época histórica del industrialismo, como prefieren llamarla algunos teóricos, actualmente, en transición a la época histórica del llamado informacionalismo «basado en la lógica electrónica de las redes virtuales y en la magia de la tecnología de la información…» (¿Una época de cambios o un cambio de época?, José de Souza Silva, 25 de abril 2001); durante la pandemia global, ha evidenciado cuán inhumano es –el Mercado- para regular las relaciones entre humanos, y, si de él dependiera la vida en el planeta –obviamente- que la humanidad desaparecería. ¿No es así, Mr. Boris Johnson, Mr Trump, Don Piñera, Duque, Bolsonaro, Moreno, etc…etc.? En la visión del Mercado, de los señores que resguardan los intereses del gran capital, lo que no tiene valor económico, no tiene importancia y como lo han demostrado los señores del gran capital, los viejos y viejas, los ancianos, como prefieren llamarlos: no tienen derecho a la vida. Por eso, Johnson, proponía recluirlos, apartarlos de la sociedad y dejarlos morir, no gastar atención médica en ellos y ellas. Por fortuna, Covid-19, le recordó que él era un humano, tan igual como el anciano que repudia y lo enfermó, para que viviera en carne propia la tragedia de la enfermedad en la Unidad de Cuidados Intensivos en la que se encuentra recluido. Asimismo, Covid-19, desnudó una Unión Europea que no es unión ni nada que se le parezca, todo es desunión, y la falta de solidaridad es su nota característica. Italia, se hundía en el crecimiento exponencial de los enfermos y los muertos crecían a borbotones; tan solo, China, Cuba y Rusia, acudieron en su ayuda con insumos, medicinas y médicos necesarios para atender los enfermos y así paliar la situación. Hoy, Italia, del 2do lugar que ocupaba, semanas atrás -poco a poco- ha cedido su lugar, en el ranking del Coronavirus, a España, y la pandemia comienza a mostrar signos de debilitarse en su acción devastadora de vidas humanas italianas. ¡La Solidaridad China, de Cuba y de Rusia, lo ha hecho posible! Y, mientras los gobiernos europeos se roban unos a otros los insumos médicos que transitan por sus aeropuertos, ahora, Alemania dice que: « es solidaria», según el portavoz del Ministerio de Finanzas, Ulrike Demmer. Mientras, algunos piden apoyo en dinero, en «Coronabonos» para enfrentar sus crisis económicas. Propuesta, que no es del agrado de Doña Angela Merkel, quien les dice: «no son una opción compartida», fin de la solidaridad alemana! Nos preguntamos: ¿Sobrevivirá la Unión Europea a Covid-19? Nuestro pronóstico, da negativo a esa posibilidad.

Economía y Política, es una constante entre las contradicciones del mundo capitalista que no logra una resolución pacífica, sino que los propietarios del capital financiero internacional, logran o al menos intentan hacerlo, por la única que vía que conocen: la guerra. Tal cual fueran capos de las drogas. La 1ra. Guerra Mundial, fue uno de esos intentos fallidos. Alemania, derrotada más no vencida, y emergió como potencia hegemónica, Inglaterra. Los términos del convenio de paz, exacerbaron los conflictos políticos, militares y económicos, entre las potencias, abrieron los caminos para que sobreviniera una nueva guerra mundial, la Segunda. Hitler, interpretó que había llegado su hora: «La lucha por la hegemonía en el mundo será decidida en Europa por la posesión del espacio ruso... Si somos los amos de Europa, entonces tendremos la posición dominante en el mundo.» (Weltherrschaft im Visier: Dokumente zu den Europa-und Weltherrschaft Planen des Deutschen Imperialismus von der Jahrhundertwende bis Mai1945, DVW, Berlín, 1975.) Al otro lado del Atlántico, el pensamiento era similar, Cordell Hull, Secretario de Estado de EE UU, lo expuso –claramente- en 1942: «La dirección hacia un nuevo sistema de relaciones internacionales en el comercio y otros asuntos económicos recaerá en gran medida en EE UU, a causa de nuestra gran fuerza económica». Para 1931, León Trotsky, predecía que: «Si Hitler toma el poder, desencadenará una guerra contra la Unión Soviética», efectivamente, así ocurriría después de avanzar y tomar bajo su control a toda Europa. Hitler, preveía un Nuevo Orden en el que Alemania, sería el epicentro del poder mundial, sobre las ruinas de la extinta U.R.S.S. La Operación Barbarroja, expresaba los intentos nazistas de apoderarse de ese inmenso territorio, en tan solo cuatro semanas. El Departamento de Guerra de EEUU, tenía una opinión diferente, pensaba que Hitler necesitaría entre uno y tres meses para derrotar a la U.R.S.S. La postura –ambivalente- de EEUU contra el nazifascismo, quedaba cada vez más en evidencia. Una comunicación, de principios de la guerra, del futuro presidente de EEUU, Harry Truman, así lo develaba: «Si vemos que Alemania está ganando la guerra, debemos ayudar a Rusia, y, si Rusia está ganando, debemos ayudar a Alemania, y de ese modo matar a tantos como sea posible». (Citado en Barton J. Bernstein, «Confrontation in Eastern Europe», en Thomas G. Patterson, ed., op. cit., p. 93.) La derrota de la fuerzas nazistas por la U.R.S.S., definieron el curso de la guerra. Una Europa compartida, entre las potencias emergentes, los EEUU y la U.R.S.S. Tras la guerra, vendría la reconstrucción de Europa. La poca exposición a la guerra, había dejado -casi inmune- las grandes capacidades industriales, agrícolas y financieras de los EEUU, lo que dejaba al imperialismo estadounidense casi que, con la única capacidad financiera de ayudar a sus competidores capitalistas, deprimidos económicamente. Surgió el Plan Marshall, de recuperación de Europa, instrumentado por EEUU y junto con él, un Nuevo Orden Mundial capitalista, regido por EEUU y su moneda: el dólar, como medio de pago, respaldado por el poder político y militar de la nueva potencia hegemónica y sobre los cadáveres de 80 millones de personas. Ocho veces más víctimas, que durante la Primera Guerra Mundial.

Covid-19, es la expresión de una Tercera Guerra Mundial, que se inició con la guerra comercial de EEUU contra China, y que derivó en un ataque biológico de Trump, perdido como estaba, para frenar al coloso asiático, en lo fundamental, su economía. Si bien, el número de muertes no compite aún con las ocurridas en la 2da. Guerra Mundial, sus estragos sobre la economía, sí son peores. «Es inevitable que la conmoción económica causada por la pandemia de COVID-19 invite a hacer comparaciones con la crisis financiera mundial de 2008-2009. Estas crisis son similares en ciertos aspectos, pero difieren mucho en otros…» señalaba, el director general de la Organización Mundial del Comercio, OMC, Roberto Azevedo, en un Comunicado de Prensa del pasado 08 de abril del presente año. Prevé, dicha organización internacional, una reducción del comercio entre el 13 y el 32 por ciento en 2020, como consecuencia de los efectos colaterales de la pandemia por coronavirus. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, en su informe de comienzos de abril, titulado: «América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19: efectos económicos y sociales», señala que la crisis provocada por Covid-19, podría llevar a América Latina a una contracción económica de al menos: -1,8 por ciento en 2020. Concluye, la directora de dicho organismo, Alicia Bárcena: «El mundo se encuentra ante una crisis humanitaria y sanitaria sin precedentes en el último siglo, en un contexto económico ya adverso. A diferencia de 2008, esta no es una crisis financiera sino de personas, producción y bienestar. Una situación de economía de guerra es demasiado importante para dejarla al mercado…» Importante, también señalar, que a diferencia del mundo post 2da. Guerra Mundial; los EEUU, se encuentran en recesión y sin capacidades financieras para ayudar a países que así lo requieran. Muestra de ello, es que la potencia estadounidense termina sus días convirtiéndose en un rapaz animal, un pirata, capaz de robar insumos médicos a aquellos países que lo han adquirido de empresas de EEUU, como le ocurrió a Canadá. El propio Trump, ha prohibido a empresas estadounidenses, la venta al exterior de todo tipo de insumos médicos. Ello, mientras Rusia y China, con sus empresas «sancionadas» por la Administración Trump, le proveen de ayuda humanitaria. Lo cual, nos dice mucho de quienes son, las potencias emergentes de esta Tercera Guerra Mundial, atípica, si bien vale el término.

El diálogo telefónico, entre el Presidente Nicolás Maduro y su camarada, el Presidente Chino Xi Jinping, es esclarecedor sobre quién es la nueva potencia emergente y su rol en el Nuevo Orden Mundial que está pariendo Covid-19. En un Comunicado de la Cancillería venezolana, fechado 10-04-2020, se resumen los principales aspectos del diálogo entre ambos líderes mundiales: «El presidente Maduro comenzó por expresar la felicitación y admiración del pueblo de Venezuela al pueblo chino, por la victoria alcanzada en esta etapa de la batalla contra el coronavirus, resaltando que Venezuela ha seguido con atención cada paso, ha aprendido grandes lecciones de China y ha inspirado sus decisiones en la experiencia de ese país para para enfrentar la pandemia…» señala, el mencionado Comunicado. Y, continua: «El Presidente de China agradeció la solidaridad expresada por el presidente Maduro apenas estalló la pandemia en China, como muestra de aprecio y confianza hacia su país. […] Agregó que la parte china siente como propias las dificultades y desafíos que enfrenta Venezuela y que están dispuestos a ampliar la cooperación en las próximas semanas. » El Presidente, camarada Xi: «Acotó que China, siempre se opone a la injerencia extranjera en los asuntos internos de Venezuela y que aboga por el pleno respeto a la soberanía y al derecho de autodecisión del pueblo venezolano sin aceptar el establecimiento de precondiciones ni la imposición por fuerzas externas. El Presidente chino, expresó la certeza de que la cooperación entre China y Venezuela siempre será solidaria y podrá superar cualquier tipo de dificultad, y logrará nuevos éxitos.» Si alguien, aún dudaba de los lazos de hermandad sino-venezolanos, tejidos con hilos de aceros por el camarada Hugo Chávez Frías, y consolidados por el camarada Nicolás Maduro, las palabras del camarada Xi le ratifican cuán equivocados estaban y cuán sólida es, esa hermandad. Nada diferente, sería un diálogo entre Putin y Maduro, ni que decir entre Díaz Cannel o Daniel Ortega con Maduro. Es más que Solidaridad, es hermandad entre pueblos, unidos por las ideas de un nuevo mundo de destino común compartido, (en chino: 人类命运共同体). «La multitud de los fieles tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba como propios sus bienes, sino que todo lo tenían en común... Entre ellos ninguno sufría necesidad, pues los que poseían campos o casas los vendían, traían el dinero y lo depositaban a los pies de los apóstoles, que lo repartían según las necesidades de cada uno» (Hechos de los Apóstoles, 4-32). Un Nuevo Mundo, más justo y solidario. Basado, en el principio del beneficio mutuo entre los pueblos, una cooperación de ganar-ganar, entre iguales y con respeto mutuo. China, es hoy la única potencia con capacidad económica suficiente para poner en marcha un Plan de Recuperación Económica del Mundo. De hecho, ya lo tenía en marcha con la llamada Nueva Ruta de la Seda que involucraba a 64 países en 1.862 proyectos e inversiones, que superan los 51 mil millones de dólares. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterrez, ha comparado el reto actual como el mayor, desde la Segunda Guerra Mundial. Al día de hoy, en los EEUU se refugian el 30 por ciento de todos los enfermos por Covid-19, y lidera ese país, el número de muertes a nivel mundial, desplazando a Italia. La catástrofe humanitaria, derivada del Coronavirus, ahora se concentra y abate a la población de EEUU, por lo que ratificamos que será en ese territorio, donde las fuerzas de la humanidad, léase: China, Rusia, Cuba y Venezuela, deberán librar la batalla definitiva para derrotar la pandemia, provocada por el microscópico Covid-19, y, liberar-salvar al pueblo estadounidense.

Post Scriptum: Una reflexión final: «Tengo la certeza de que ha nacido un mundo nuevo: el mapa geopolítico es radicalmente distinto al de la última década del siglo XX o al de principios del siglo XXI. Definitivamente, la unipolaridad ha dejado de existir. Nuestro deber es apurar el pleno nacimiento del mundo nuevo: un mundo pluripolar y equilibrado, en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural, en lo militar, en lo geopolítico. Es el mundo al que se refería nuestro padre visionario Simón Bolívar: es el equilibrio del universo, que nunca puede ni podrá hallarse en el seno de la guerra y de la discordia. Urge un nuevo orden mundial: un orden en el que prevalezcan los reales intereses de los pueblos, en lugar de seguirle dando preeminencia exclusiva al capital…» (Hugo Chávez Frías, 03-11-2010)



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Henry Escalante


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