En la entrega de hoy, mencionaré tópicos varios, desde los posibles niveles de participación de cara a las elecciones parlamentarias en Venezuela, algunas preocupaciones y tareas que debemos asumir, a los fines de salir lo mejor librados de las actuales contingencias.

Esto en el contexto de que para el momento en que estas líneas aparezcan publicadas, restarán 72 días para la celebración de los comicios parlamentarios en Venezuela, pero previo a ello, se realizarán comicios generales dentro de 23 días en el Estado Plurinacional de Bolivia y dentro de 39 días las elecciones presidenciales en Estados Unidos de Norteamérica.

Primero indiquemos algunas proyecciones de cara a los posibles niveles de participación en las elecciones parlamentarias Venezuela 2020.

El tamaño de nuestra muestra fue de 4.000 personas consultadas con un error muestral del 2,83% y un nivel de confianza del 96%.

La muestra fue aplicada bajo el método probabilístico y entrevistas personales, clasificando a los entrevistados por tipo de vivienda, edad y género. La supervisión fue 100% en campo.

La fecha de referencia del estudio fue en el lapso comprendido del 15 al 22 de septiembre de 2020, con el claro objetivo de medir el clima político y electoral de Venezuela y dirigido al universo electoral de votantes de la República Bolivariana de Venezuela, pero obviamente no consultando a todo ese universo.

Y es lógico que el tema a interrogar fue el siguiente, arrojando los siguientes resultados:

¿Votará usted en las elecciones parlamentarias previstas para el 6 de diciembre de 2020 en la República Bolivariana de Venezuela?

No: 35,51%

Si: 63,50%

No sabe/No responde: 0,99%

De acuerdo a estos números, sería una excelente participación en las elecciones parlamentarias, tomando en cuenta un país presidencialista como Venezuela, donde los comicios que despiertan mayor interés son los presidenciales, y en donde históricamente las elecciones parlamentarias tienen entre una mediana y alta abstención por su cierto nivel de complejidad.

De ahí se desprenden varias cosas: la primera, lo que habíamos señalado en la entrega número 85 de esta columna sobre un parlamento no hegemónico y con una vocería de diputados muy variada. Ciertamente el GPP/PSUV serían la principal minoría parlamentaria, sin embargo, otras fuerzas políticas tendrán una cantidad de diputados importante y nada despreciable con la que se deberá sentarse para garantizar la viabilidad de ciertas decisiones que debe adoptar el parlamento que entrará a funcionar a partir del 5 de enero de 2021.

Sin embargo, el escenario actual está signado por la incertidumbre, y aún giros inesperados en los días que restan pueden suscitarse sin ningún tipo de sorpresas.

En algunos espacios, este servidor de ustedes ya había comentado lo que podría ocurrir en la medida en que nos fuésemos acercando a la fecha de las elecciones. Por ejemplo, el incremento desmesurado y salvaje del denominado dólar paralelo. En el día de ayer, este fácilmente cotizó a la tasa de 417.000 bolívares.

Esto, como principal marcador de los precios de alimentos y medicamentos en el país, indudablemente repercutirá en los mismos, incrementando a su vez los niveles de descontento e insatisfacción de nuestro pueblo hacia la actual gestión gubernamental que encabeza Nicolás Maduro.

Sin dejar de lado los planes conspirativos, de sabotaje a servicios públicos (aunque no es menos cierto también que hay mucho de corrupción, indolencia y minimalismo), la activación de bandas criminales de la delincuencia paramilitarizada y otros elementos, hay cosas que me quiero permitir expresar en esta columna, que seguramente otros no harán.

Me hago eco de los temores de algunos buenos compañeros y compañeras, que son parte de importantes sectores de nuestro pueblo, que manifiestan sus temores y miedos, porque además del complejo momento que vivimos, también debemos catalogarlo como delicado. Además de las preocupaciones sobre el cómo sorteamos nuestra actual cotidianidad con el estado de cosas imperante, pienso que la derecha y los mercenarios podrían canalizar el malestar y descontento de buena parte de la ciudadanía que está cansada de pasar tanto trabajo ante una dirigencia indolente. Incluso podríamos señalar sin complejos, que estamos muy asustados.

Hay que verle la cara a una madre de familia que todos los días debe enfrentarse a una dura realidad de no saber que darle de comer a sus hijos ante el aumento desmesurado y desproporcionado de los alimentos, de los medicamentos, y que su calidad de vida ha sido trastocada ante un pauperizado salario mínimo y un salario de esclavo dentro de la Administración Pública (la privada paga en dólares). Por eso era que decía el Comandante Chávez que la pobreza golpea más duro a la mujer.

No en balde, está situación real y que no podemos ocultar, sin duda pretenderá ser aprovechada por la extrema derecha venezolana de Juan Guaidó, Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma, que pese a ser minoritario, es el que tiene el apoyo comunicacional, se está enriqueciendo desmesuradamente en detrimento de la depauperación nuestra, y muy violenta.

Por ello, ya en la entrega anterior advertíamos sobre la generación de condiciones por parte de este sector para el "calentamiento de calle". Pusimos algunos ejemplos del estado Yaracuy, y convocatorias similares se están realizando en Puerto Ordaz, estado Bolívar. Ojo pelao con esto, a quien corresponda y pueda interesar.

Ni hablar de la falta de combustible en toda la geografía nacional, que ya sin duda está afectando e incide en la movilidad social. Podríamos señalar, y no estoy exagerando con esta aseveración, que entre la Covid-19 y el problema de la gasolina en Venezuela producto de las medidas coercitivas unilaterales impuestas por la administración Trump y la corrupción de efectivos militares y policiales que contrabandean el poco combustible que se produce o el que llega de países como Irán, nos colocaría a las puertas de una erupción de un malestar popular que resultaría prácticamente imposible de contener.

Tampoco puedo dejar por fuera de esta entrega en esta columna las recientes fluctuaciones eléctricas que vienen registrándose en Caracas y otras entidades federales de la geografía nacional (apagones). Esta situación aunada a la tendencia especulativa hacia el alza del dólar paralelo (lo que revela el error de la derogatoria de la Ley de Ilícitos Cambiarios, entre otras) no podemos verlos sino como hechos vinculados a la gira del Secretario de Estado de EEUU Mike Pompeo recientemente por Surinam, Guyana, Brasil y Colombia, como forma de aumentar la presión sobre nuestro país.

Pero que ello no sea excusa para que nuestro gobierno se quede de brazos cruzados y siga dejando que los sectores vulnerables de nuestro pueblo sean lo que más sufran ante estas agresiones brutales que están haciendo mella sobre ellos. Algo hay que hacer, porque por algo somos gobierno.

Y ahí tenemos el ejemplo de la Cuba Revolucionaria de Raúl y Díaz Canel. Más de 60 años con bloqueo y boicot por parte de EEUU, sin embargo, a sus niños no les falta escuela y su población sostiene niveles de vida dignos, pese a las dificultades que sin duda debe tener producto de medidas que buscan un genocidio en ese heroico y hermano pueblo, pero que se ha garantizado condiciones mínimas para poder resistir estos duros embates en medio de la adversidad que implican agresiones como éstas.

No es que le pidamos al pueblo que resista, que aguante la pela, mientras se observa una dirigencia que no acompaña ni comparte los sufrimientos y las necesidades de los que sufren y que a veces no tienen ni que comer.

Y de ahí que debemos trabajar para desactivar la bomba de tiempo social que se ha reactivado. Chávez la desactivó pero estos momentos complejos la han vuelto a activar. No sea que se haga demasiado tarde, y nos estalle a todos y a todas en la cara, pudiendo haber hecho algo para evitar tamaño desenlace.

Ya para culminar esta entrega, la cerraré solamente con los datos de la Covid 19 referidos a Venezuela, para no perder el paso de esta estadística.

Pero primero, recordemos que llevamos 194 días de cuarentena social y colectiva en Caracas, La Guaira, Táchira, Miranda, Cojedes, Zulia y Apure, y 193 en el resto del territorio nacional, para no perder la continuidad y dejando testimonio a la posteridad de cómo desde Venezuela sorteamos la pandemia del Covid-20, en un período histórico muy particular para la humanidad, y testimonio para las generaciones futuras. También nos encontramos culminando la semana 26 de esta contingencia desde el pasado 13 de marzo, cuando el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, decretó el estado constitucional por alarma desde el inicio de la contingencia en Venezuela producto de la pandemia global de la Covid-19, con la llegada de los dos primeros casos al país y dos días después, se decreta la cuarentena como la he planteado en las anteriores entregas y en ésta.

Para el momento en que aparezca publicada esta entrega de esta columna van 32.483.168 registrados casos a nivel mundial, 4.148 casos por cada millón de habitantes, 23.977.927 personas curadas (73,82%) y 988.901 personas fallecidas (3,04%) y 7.516.340 casos activos a nivel mundial.

Este es el top ten de los países con mayor número de casos de Covid-19 en el mundo:

*Desde hace algún tiempo el Reino de España no reporta cifras de recuperados de la Covid-19.

En el caso de la República Bolivariana de Venezuela, hasta el jueves 24 de septiembre de 2020 tenemos 70.406 casos registrados, 2.185 casos por cada millón de habitantes, 59.745 personas recuperadas (84,86%) y 581 personas fallecidas (0,83%). Lo que da la cifra de 10.080 casos activos y que vienen siendo tratadas por el Gobierno Bolivariano. Ocupando el puesto 51 de más países en el mundo con más casos de Covid-19 de los 193 que están inscritos en la ONU.

Acá le agrego la tabla de casos registrados de Covid 19 por estado con sus casos activos, más sus correspondientes tasas, actualizada hasta la fecha de ayer:

De los 10.080 casos activos en Venezuela, 5.744 vienen siendo tratados en hospitales centinela (56,98%), 3.883 en Centros Diagnósticos Integrales (CDI) con un 38,52% y 453 en clínicas privadas para un 4,49%.

De igual manera, de los 10.080 casos activos, 6.817 están sin síntomas (67,63%), 2.236 con insuficiencia respiratoria aguda leve (22,18%), 873 con insuficiencia respiratoria aguda moderada (8,66%) y 154 con insuficiencia respiratoria aguda grave (1,53%) ameritando su reclusión en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).

Por los PASI hasta la fecha han retornado 97.484 connacionales, de los cuales 7.272 (7,46%) han resultado positivos a las pruebas de Covid-19, y distribuidos de la siguiente manera:

1.- Por el PASI Zulia, 10.031 connacionales (10,29% de los ingresos), con 150 casos positivos (2,06% de los casos)

2.- Por el PASI Táchira, 58.114 connacionales (59,61% de los ingresos) con 3.376 casos positivos (46,42% de los casos).

3.- Por el PASI Apure, 23.798 connacionales (24,41% de los ingresos) con 2.954 casos positivos (40,62% de los casos).

4.- Por el PASI Amazonas, 214 connacionales (0,22% de los ingresos) con 10 casos positivos (0,14% de los casos).

5.- Por el PASI Bolívar, 4.855 connacionales (4,98% de los ingresos) con 640 casos positivos (8,80% de los casos).

6.- Por el PASI Lara, 90 connacionales (0,09% de los ingresos) con 19 casos positivos (0,26% de los casos).

7.- Por el PASI Nueva Esparta, 82 connacionales (0,08% de los ingresos) con 2 casos positivos (0,03% de los casos).

8.- Por el PASI La Guaira, 300 connacionales (0,31% de los ingresos) con 121 casos positivos (1,66% de los casos).