Reflexiones para la descolonización como acto de liberación social

Reminiscencias de la historia venezolana (XXIV)

En las anteriores entregas he escrito sobre la actuación de los conquistadores europeos en el territorio Centro-occidental de la hoy República Bolivariana de Venezuela, desde el año 1498, cuando se produce la invasión dirigida por Cristóbal Colón a nuestras paradisiacas costas, hasta 1620, cuando en curso la "fundación" de los pueblos de Doctrina, cuya orientación estuvo a cargo del Gobernador Berríos, con la finalidad de reorganizar la reducción y eliminación de los dispersos habitantes aborígenes, disgregados de sus naturales pueblos, que hasta el momento habían resistido, en diferentes ámbitos de los territorios montañosos e inaccesibles, donde se habían visto obligados a replegarse para evitar ser asesinados o capturados para ser vendidos y convertidos en esclavos de los colonizadores.

En anteriores artículos, se reflejan de manera somera algunos sucesos, que en los primeros 122 años de invasión, conquista y colonización se desarrollaron, entre los diversos pueblos originarios y las huestes invasoras importantes consecuencias, que debemos conocer para el análisis y el estudio, que nos debe conllevar al difícil, pero no imposible acto, para la descolonización de la consciencia, la historia, la sociedad y, desprendernos del enfoque euro-céntrico, al que sistemáticamente nos han acostumbrado, o mejor dicho, nos han formado y enseñado, desde la escuela tradicional, que aún sigue siendo tradicional, aunque veamos ciertas "innovaciones" en los diseños curriculares, porque sucede que en el sistema educativo, existe lo que hemos llamado resistencia al cambio, que no es otra cosa que el temor a desmentir, lo que falsamente se ha convertido en una "realidad", adaptada a la manera de pensar de las clases opresoras, que oprimen y manipulan a la sociedad, como garantía de mantener la sustentabilidad del poder capitalista, a punta de la aplicación de culturas exógenas, a los pueblos que ellos llaman del tercer mundo, que son la base del sustento de las inmensas riquezas robadas en nuestro continente desde 1492, cuando en tres carabelas llegaron los invasores.

La historia que nos han enseñado en los planteles educativos, es la historia escrita para la complacencia de las élites, invisibilizando de manera sesgada la lucha heroica de los aborígenes, de los afro-descendientes, y de las mujeres; las acciones libertarias de los pueblos, las historias locales, las memorias históricas del imaginario popular, han sido olvidadas; las minimizan y desprecian. Sólo se dicen y se escriben, las acciones aberrantes, practicadas por los conquistadores, ubicándolos en un pedestal de héroes; eso es lo que a los consorcios culturales, políticos, sociales y económicos les conviene; difundir verdades a medias o verdades tergiversadas a propósito, y para eso mantienen una cúpula intelectual a su servicio, conformada por algunos historiadores cómplices y serviles al sistema capitalista, que optan por revivir el colonialismo, aupado por el eurocentrismo tradicional y practicado hoy día, por los gobiernos cipayos que detentan el poder, bajo la sombra imperial del gobierno de los Estados Unidos de Norte-América, y la Unión Europea, desde donde se trazan las políticas neocoloniales, que siguen oprimiendo y marginando a los pueblos del mundo: que son en realidad, todos los pueblos del mundo, independientemente del gobierno que estos tengan.

La descolonización no es otra cosa que un acto de liberación. Es una lucha de nosotros, entre nosotros mismos, porque la opresión y la esclavitud, las llevamos gravadas en la memoria, en el "disco duro" de nuestro cerebro, introducido violentamente, desde hace más de cinco centurias, por los diversos sistemas de transculturización, implementados por la clase social opresora, desde la llegada del invasor europeo, con la cruz, la espada, el arcabuz, el cañón de combate, los peros de cacería humana y los caballos, como armas arrolladoras para doblegar la resistencia heroica de nuestros ancestros aborígenes. Pues, aunque parezca paradójico hoy día aún nos siguen oprimiendo; ahora, en estos precisos momentos, a través de las nuevas tecnologías, como sofisticadas armas de guerra psicológica: las redes sociales, la prensa burguesa, la radio, la televisión, que sin nosotros darnos cuenta, no paran, ni un solo segundo, de bombardearnos subliminalmente, con las fake news, la inducción al consumismo indiscriminado que se masifica a cada momento, produciendo zozobra en las comunidades, generando ansiedad de consumo, el desclasamiento social, la de-valoración y desprecio hacia las culturas autóctonas, la crisis inducida, la depravación de la actividad económica y financiera, con la finalidad de entretener y des-memorizar a las masas populares, y domar el nivel de la reciedumbre libertaria y contestataria que los pueblos oprimidos siempre conllevan en su ser, como reacción natural, ante la opresión y la esclavitud en todas sus manifestaciones, que es lo que hace que los pueblos despierten, y pueden general grandes protestas en contra del sistema establecido como en efecto ha sucedido en nuestros pueblos.

Mientras no demos ese necesario paso descolonizador, la humanidad jamás será libre. Para ello debemos deslastrarnos de la opresión y auto-opresión de la conciencia, para liberar nuestra memoria y así poder entender la realidad de nuestra historia. Empezar por eliminar de nuestra mente los mitos como lo plantea Yldefonzo Finol: "Las categorías "descubrimiento", "fundación", "raza", "indio", "precolombino", "prehispánico", constituyeron poderosos mitos alienantes que borraron de un tajo las historias de resistencia (y de existencia) de nuestra verdadera ancestralidad". www.aporrea.org (10/09/2021)

Por tal razón, en este artículo he querido resaltar algunas apreciaciones de los conceptos y la visión que aún seguimos adoptando, respecto a las culturas originarias, donde tal vez no terminamos de entender, debido a la sistemática forma, cómo nuestra sociedad ha sido formada y educada para el servilismo y la opresión, por lo que es meritorio entender y comprender que la imagen que mucha gente suele tener del grado de desarrollo de los pueblos y culturas milenarias mal llamadas "prehispánicas", contrasta diametralmente con la cultura de los pueblos abya-yalanos, antes de la invasión de los conquistadores europeos, lo que también han mal llamado "Descubrimiento de América", se ve deformada por prejuicios, errores históricos y en reiterados casos, por un imperdonable afán, que pretende a toda costa, atribuir a los europeos todo el desarrollo cultural de nuestro continente, glorificando a los conquistadores como héroes, cuando en realidad, no lo fueron; que revisando y estudiando detalladamente la historia, nos damos cuenta que no pueden ser héroes, sino genocidas, asesinos, propiciadores y ejecutores del holocausto más monstruoso que se haya podido registrar en la historia de la humanidad, que ha sido silenciado de manera cómplice, el genocidio de entre unos 80 a 100 millones de habitantes originarios del Continente Abya Yala (llamado por los europeos América), ejecutado por los bárbaros conquistadores, cuyo iniciador fue el Almirante Cristóbal Colón, que se convierte el primer y más grande asesino; principal ejecutor de aquel terrible holocausto jamás visto en la historia de la humanidad, consumado mediante la aplicación del método de guerra de conquista, como lo explica el catedrático de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Barcelona, Antonio Espino López, cuyo método consistía en:

"masacres, asesinatos, amputaciones de manos y pies, heridas curadas con aceite hirviendo, violaciones… semejantes crímenes parecen sacados de una mente perturbada". -Este Catedrático, también especialista en Historia Militar- afirma que: "Esto era el día a día en las batallas que tuvieron lugar durante la conquista de América. Un período de nuestra historia que tiende a mitificarse obviando sus pasajes más oscuros".

http://www.telesurtv.net/news/Memorias-del-holocausto-indigena-en-America-Latina-20160122-0074.html

Respecto a este terrible holocausto sucedido en nuestro continente, callado e ignorado por la "historia oficial" veamos lo que dice el Libertador Simón Bolívar en la "Carta de Jamaica 1815-2015" trescientos años después de la llegada de los invasores:

"Tres siglos ha, dice V., que empezaron las barbaridades que los españoles cometieron en el grande hemisferio de Colón". Barbaridades que la presente edad ha rechazado como fabulosas, porque parecen superiores a la perversidad humana; y jamás serían creídas por los críticos modernos, si, constantes y repetidos documentos no testificasen estas infaustas verdades." Fundación Imprenta de la Cultura. Guarenas -2015. Pág. 6).

Bolívar con su amplia visión política analiza, en la Carta de Jamaica, que es uno de sus documentos fundamentales para el estudio y profundización de nuestra historia, hace un esbozo crítico y real de la situación vivida en Venezuela, producto de trescientos años de colonialismo, que hoy nosotros podemos decir quinientos años de colonialismo y neocolonialismo o recolonización de nuestros pueblos, veamos la revisión histórica que hace Bolívar:

"El hábito a la obediencia; un comercio de intereses, de luces, de religión; una recíproca benevolencia; una tierna solicitud por la causa y la gloria de nuestros padres; en fin, todo lo que formaba nuestras esperanzas nos venía de España. De allí nacía el principio de adhesión que parecía eterno, no obstante que la inconducta de nuestros dominadores relajaba esta simpatía, o, por mejor decir este apego forzado por el imperio de la dominación. Al presente sucede lo contrario: la muerte, el deshonor, cuanto es nocivo, nos amenaza y tememos; todo eso lo sufrimos de esa desnaturalizada madrastra. El velo se ha rasgado, ya hemos visto la luz y se nos quiere volver a las tinieblas; se han roto las cadenas; ya hemos sido libres y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos". (Ibid. Pág. 7).

Pero desde las élites intelectuales serviles, se ha hecho creer a las masas populares, que la población de este Continente, antes de la llegada de Colón, era un conjunto heterogéneo de pueblos, portadores de un precario e insignificante desarrollo cultural, lo cual es totalmente falso. Lo que significa, que las clases dominantes, en las diferentes etapas y épocas históricas, han diseñado la deformación cultural, la cual es enseñada y practicada desde nuestras escuelas, donde no se enseña lo que la clase dominante considera, que el pueblo no debe saber, porque mientras menos conocimientos históricos tengan los pueblos, se hace más fácil su dominación, y amoldárlos psicológicamente, a los intereses hegemónicos del capitalismo, por eso aquí incluyo una de las citas fundamentales del Maestro de maestros: Simón Rodríguez:"El que pretende reinar: no trata de elevar al pueblo a su dignidad. No trata de enseñar para que no lo conozcan. No trata de dar fuerzas para que no le resistan." Y esa es la máxima del sistema capitalista hoy, reinante en el mundo, por eso nuestros pueblos están en tan críticas situaciones.

Es necesario que desde nuestras escuelas se diseñen programas educativos que contribuyan a la descolonización mental, social y cultural, para que la educación se convierta en un verdadero acto de liberación social; que desde la escuela enseñen a los niños y a los adultos a borrar el pensamiento avasallador con el que sistemáticamente nos han doblegado la conciencia; donde han implementado esquemas educativos, con enseñanzas de ideas plagadas de prejuicios, vicios y errores históricos de manera deliberada y, sin darle importancia alguna al accionar libertario de nuestros hombres y mujeres aborígenes y afro-descendientes; a la gente de pueblo, que es quien hace la historia, con su accionar cotidiano. Veamos las apreciaciones del Maestro Simón Rodríguez cuando dice:

"Aquí se enseñan más preocupaciones, que verdades: es la escuela de los espíritus serviles, donde se aprende con otros vicios el disimulo y la hipocresía, y donde el miedo no permite al corazón el goce de otra sensación".

Las informaciones obtenidas a través de las investigaciones bibliográficas, en obras de varios autores, realizados para el respaldo de este trabajo, hemos encontrado, evidencias historiográficas muy fidedignas, que nos permiten desmontar la tergiversación histórica, de quienes escriben, a manera de confundir adrede a las masas y, corregir la equivocación de quienes piensan y creen que las cosas, son tales, como lo que estos han escrito. Y con esto, no quiero decir que todo lo que aparece en las escrituras, no sea verdad, pero podemos entenderlas como verdades amañadas a propósito; por eso digo: verdades tergiversadas y manipuladas, de acuerdo a los intereses culturales de las cúpulas oligárquicas, para imponer sus criterios hegemónicos, sobre las masas populares, y de esa manera neo-colonizar o recolonizar a los pueblos. Pero también hay grandes mentiras como por ejemplo: la antropofagia entre los aborígenes, donde dicen algunos cronistas de la época que los nativos se alimentaban con carne humana, de lo cual no existe ni las más remotas pruebas; que eran salvajes, seres sin alma, flojos, malas gentes entre otros epítetos que le atribuyeron a la naturaleza aborigen, que no es verdad, más bien todo lo contrario, porque de lo que sí existen pruebas históricas, es que los conquistadores europeos sí practicaron la antropofagia, que es lo que en la llamada historia oficial se ha ocultado.

Gracias a los Lectores y lectoras. Hasta la próxima entrega, donde estaremos escribiendo sobre la Antropofagia de los conquistadores.



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Reinaldo Chirinos

Licenciado en Educación Mención Desarrollo Cultural. Facilitador del INCES.

 reinaldoc06@gmail.com

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