Si es cierto que la totalidad de mis artículos escritos no se han enfocado a tocar el aspecto social que abarca el proceso revolucionario, sino más bien a señalar defectos como son la corrupción, la impunidad y la ausencia de un poder judicial que garantice la aplicación de la justicia con equidad y con dignidad. Pues bien, ahora me voy a permitir hablar un poco sobre la clase media, de la que muchos de nosotros provenimos en esta querida Venezuela. Convencido estoy de la inmensa posibilidad que tiene la clase media de aportar elementos útiles al proceso revolucionario, y de hecho ya lo está haciendo a través de muchos profesionales y técnicos incorporados a la revolución bolivariana.
La clase media ha sido estigmatizada por sus detractores que de una manera alegre la degradan ó la agraden, ellos son en esencia pseudos ó falsos revolucionarios sin consistencia política y generalmente oportunistas, pudiendo estar inscritos en el partido que sea con una boina roja que se les cae.
Si hacemos un breve análisis histórico, la revolución rusa del año 1917, acontece en un país constituido mayoritariamente por campesinos pobres y trabajadores explotados, donde no había una clase media desarrollada que pudiese asumir plenamente funciones de dirección, igualmente sucedió en China donde el ejercito y el apoyo de las masas campesinas asumen el rol de hacer la revolución.
En la revolución cubana hay ya mayor participación de la clase media junto a Fidel, y es que así eran las condiciones existentes para entonces en Cuba.
En Venezuela, hay una clase media bastante dividida, unos son fascistas netos sin desviaciones de ningún tipo, son producto fundamentalmente de la educación excluyente que reciben en sus hogares, la cual se afianza con la enseñanza en sus colegios, sobre todo religiosos, y el permanente contacto dentro de las universidades con sectores de la burguesía nacional apatrida.
Hay una clase media (sifrina) que está totalmente dañada por la política del consumismo, están afectados por las propagandas y la TV. Su tendencia es arribista y su motivación el dinero, puede entrar fácilmente en el juego junto a la anterior dentro de un escenario político.
Dentro de esas dos categorías, hay personas con origen modesto que pueden provenir de un barrio o de una urbanización de clase media como tal, cuyo comportamiento es excluyente y detestan a los pobres, les da vergüenza reconocer su origen y cuando alcanzan ciertas posiciones o terminan una facultad en una universidad cualquiera, desconocen sus viejos amigos y discriminan a los negros. Ya llevan sembrada la semilla del fascismo en su mente que se alimenta diariamente, a través de los medios de incomunicación degradantes.
Pero en Venezuela, también hay una clase media progresista y revolucionaria que puede dar grandes aportes a la revolución. No hay que olvidar, que en la IV República no se le garantizaba ningún tipo de seguridad social digna a muchos de los integrantes de la clase media, eso fue un factor para que ellos pensaran más por el dinero, bajo la presión del temor a no poder cubrir las necesidades básicas y de salud de sus familiares cuando envejecían. Este es un hecho a considerar por la revolución para garantizar sueldos y servicios dignos al pueblo venezolano.
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