En la democracia capitalista las elecciones, en su pretensión de expresión de la voluntad popular, son fuente de legalidad y también de legitimidad. Gobernadores, diputados, alcaldes, concejales, y sobre todo la presidencia; todo el edificio del poder se legitima con las elecciones.
Cuando el poder electoral pierde credibilidad, que es la base de su ejercicio, la democracia capitalista se derrumba, nada tiene legitimidad, todo es falso. Entonces, la legitimidad, necesariamente, descansa en la represión, la mentira, la fuerza. Deja de ser democracia capitalista, se rompe el hechizo, y se muestra claramente como una dictadura.
El madurismo, con su proverbial torpeza, al saberse en minoría más que evidente, en lugar de ceder el poder como corresponde en una democracia capitalista, optó por hundir el barco, liquidó el poder electoral, y se despeñó por el barranco de la dictadura. Ahora, inventa elecciones y leyes al por mayor, construye un castillo de naipes, que con una brisa se derrumba.
Confunden sus deseos, ese castillo de naipes, con la realidad. Actúan como si pueden fraguar una realidad a fuerza de leyes exprés, paridas por una asamblea que cada minuto pierde credibilidad, y con elecciones sin resultados, pero con aclamaciones. Han llegado al abuso de querer, en la práctica, por los caminos verdes, hacer otra Constitución, retoman lo que les fracasó con la constituyente de diosdado. Seguro como están en la “aprobación” de cualquier dislate, para eso cuentan con el cne de amoroso. La dictadura, o mejor el pranato, intenta ocultar la traición al legado de Chávez, todo esto, elecciones, leyes, son una maniobra vil, contra el Socialismo, que lo cambian por un capitalismo salvaje, que el fiscal tiene la barbaridad de llamar “economía moderna”.
Al lado de esta horrible fantasía del madurato, está la realidad, el desastre económico es inocultable, el éxodo sigue desangrando al país, la soberanía es aplastada, la Patria corre peligro de disolución. Los zamuros vuelan anunciando días de carroña.
Son días decisivos, la Patria debilitada es amenazada por la voracidad imperial, allí está trump vuelto loco queriendo comprarlo todo, arreglar su geopolítica a los trancazos, allí están los chinos disfrazados de mansos, pero con las espuelas afiladas, los rusos, los europeos quieren su tajada del festín. Y aquí adentro, la Patria huérfana en manos de estos gaznápiros.
La Patria convoca el concurso de sus hijos leales, es la hora de dar un paso al frente en su defensa. Que cada uno, de acuerdo a sus posibilidades, resista, demuestre su rechazo a la disolución de la Patria. Todo es válido, desde el acto heroico, hasta un grito que rasga el silencio de la madrugada. Es hora para la organización de los chavistas leales, que están allí, luchando con valentía, aunque aisladamente, es necesario, urgente, que se organicen, sin mezquindades, sin pensamientos y metas subalternas, muestren una dirección chavista, un organismo, que señale el camino, que se sepan que están vivos y luchando.
Mañana será tarde, ya como le dijo Bolívar a Urdaneta, ya no habrá Patria, por la cual luchar. Y cada uno, con vergüenza, no sabrá cómo explicar este absurdo a sus hijos y nietos cuando inquieran ¿Dónde estabas tú cuando se perdió la Patria, qué hiciste?
¡QUÉ FALTA HACE CHÁVEZ!
