Como una contribución al debate nacional sobre la reforma constitucional, específicamente sobre el artículo que consagra el Estado de Excepción, me permito utilizar el espacio de opinión de Aporrea.org para hacerle llegar a las honorables diputadas y diputados un texto que eventualmente pudiera acercar las posiciones encontradas que se han venido registrando alrededor del tema del Derecho a la Información, cuestión que entiendo será discutida por ellos en las próximas horas.
Además de acoger las observaciones del Fiscal General y del Defensor del Pueblo en torno al debido proceso, la redacción propuesta deja en claro que lo que quedaría a salvo de cualquier restricción es el derecho del pueblo a estar informado, no el de los golpistas mediáticos a actuar como "armas" (Ramírez Pérez dixit) de un nuevo intento por desconocer la voluntad popular. Frente a actuaciones habituales en esa dirección, por cierto, la legislación ordinaria contiene múltiples herramientas que el desuso ha oxidado, pero no derogado.
La redacción que les propongo es la siguiente:
Artículo 337. El Presidente o Presidenta de la República podrá decretar los estados de excepción. Constituyen causas para decretar la excepción aquellas que afecten gravemente el orden social, económico, político, natural o ecológico y que por sus características hagan insuficientes las medidas y facultades de las que disponen las instituciones públicas para atender y enfrentar tales eventos. En tal caso, podrán ser restringidas temporalmente, en forma total o parcial, las garantías consagradas en esta Constitución, salvo las referidas al derecho a la vida, la prohibición de tortura, tratos inhumanos y degradantes, la prohibición de incomunicación y la desaparición forzada, el debido proceso y el derecho del pueblo a estar oportuna y verazmente informado.
Propuesta que hago en mi condición de ciudadano venezolano, en ejercicio de la democracia participativa y protagónica consagrada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, sin que comprometa con ello a más nadie que a mí mismo.
(*)Periodista