De un batallón otoñal a un PSUV artrítico

Mi batallón se reunió esta tarde a cielo abierto. En una espaciosa plaza, algunos sentados muellemente sobre la verde grama, otros en pie, observábamos extasiados, mientras se desarrollaba la reunión, el correr lento pero incesante y fuerte del caudal abundante del río Neverì. Los técnicos de Hidrocaribe, han decidido bajar el nivel del embalse del Turimiquire, porque grietas de vieja data permiten el escape de importante cantidad de agua y esto pone en riesgo la represa misma y las áreas vecinas. Por eso, estàn vertiendo gran parte del volumen del líquido en el cauce del viejo, noble y generoso río que a Barcelona parte en dos. Todo eso se hace para luego reparar los daños en la estructura; es decir para remozarla.

Quienes optamos por mantenernos de pie, lo hicimos no tanto por la incomodidad de sentarnos sino por la dificultad y esfuerzo que habría que hacer para después levantarnos.

Lo bucólico del paisaje, la aparente mansedad de las aguas, el mirar una a una las caras de compatriotas asistentes, el renunciar de alguno de nosotros a poner las posaderas en la grama, me motivaron a reflexionar allí mismo y en voz alta, sobre algo que me venía preocupando desde la primera vez que dije presente en las filas de mi batallón.

El promedio de edad de los aspirantes a militantes parece estar por encima de los cuarenta años. Y de acuerdo a lo que he sabido sobre la composición de otros batallones, el cuadro se repite muchas veces. Es más, según apuntó el vocero suplente elegido por nosotros, en la reunión de voceros y comisionados con el presidente Chávez, también fue alto.

Pero mi batallón y un gran número de ellos, porque el asunto no es sólo inherente al mío, no tienen razones ni motivos para no rejuvenecerse y para que una mayoría entusiasta y alegre, puedan sentarse y levantarse con agilidad aún teniendo por asiento la grama de cualquier plaza.

Las proposiciones de cambio del presidente Chávez, reflejadas en la propuesta de reforma constitucional, las políticas orquestadas a través de las misiones, la apertura de numerosas plazas de estudios o cupos, en los distintos niveles del sistema educativo, el masivo otorgamiento de becas, no sólo han beneficiado con justicia y por derecho a millones de jóvenes, sino que a éstos entusiasman y alegran.

El discurso presidencial, en forma y estilo, totalmente diferente al acartonado, ampuloso y vacío de sus antecesores, es fresco y juvenil. Y no hay duda que los jóvenes venezolanos en su mayoría, por razones de clase, respaldan a quien gobierna en Venezuela.

Según el vocero suplente de mi batallón, en el ámbito de éste, se inscribieron casi mil tres cientos (1300) aspirantes a militantes en el PSUV, cifra ostensiblemente alta, más tratándose de un área donde la clase media abunda; de esa cifra, casi el 40 por ciento (40%), está en la banda de los 18 y 25 años.

De modo que los batallones como el mío podrían ser más ágiles en el parar y el sentarse y expresar con más audacia las tendencias del cambio que Venezuela reclama. Quizás, como escribimos una vez, de esa manera, en el PSUV, el viento podría correr con mayor libertad.

Las luchas intestinas que a muchos batallones abruman, en gran medida inspiradas en viejos compromisos y hábitos de antiguas pasantìas, podrían replegarse con la presencia alegre, mirada larga y paso presuroso, de miles de jóvenes que estàn inscritos o no, pero comparten el ideal que el presidente encarna y no obstante, por ahora, se mantienen fuera de la estructura partidista.

Ojalà, eso espera uno desde el nivel de la grama, donde con esfuerzo podría sentarme mañana o cualquier otro día para continuar aprendiendo de la sabiduría de mis compatriotas de batallón y también aportando lo poco que he aprendido, que más arriba, alguien medite sobre este asunto y diseñe políticas para que la sangre abundante, vigorosa, sana, libre y más dispuesta al dar que al recibir, de los miles de inscritos en PSUV, se inyecte al torrente que ahora hace militancia, corra ligera y éste le dé rostros tersos y accionar ágil, creativo a todos los batallones.

pacadomas1@cantv.net



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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