Si alguna vez nuestros enemigos
Se hacen de nuestras cabezas
Será sólo por culpa de los
Malandros que se encuentran
en nuestras filas.
V. I. Lenin.
En esta revolución tenemos un problema: el de los conversos de reciente data; una cuerda de “iluminados” que de la noche a la mañana son revolucionarios, después de una larga existencia en conchupancia integral con el régimen adecopeyano. Son de pronto revolucionarios socialistas, confesos y profesos… aunque su conducta los delata falsos...
Las tribus y sus caciques decidieron “tomar por asalto” el cielo de las nuevas oportunidades e iniciaron su “trabajo” penetrando las bases con funcionarios de las Gobernaciones y Alcaldías para fundar sus propios batallones. Eso es “sabiduría antigua” - de la más pura-, aprendida de aquella conchupancia adecopeyana y que la tienen instalada en el hipotálamo. Es, por decirlo de alguna manera, un elemento de su arquitectura cerebral, por eso no entienden de qué les hablamos cuando decimos corrupción, personalismo, oportunismo. Tampoco pueden entender de qué se trata cuando hablamos de Moral Socialista; simplemente, desde el punto de vista neurolingüístico, no procesan esos conceptos porque sus cerebros no los registran.
Lo que si es cierto es que los indios de esas tribus cumplieron su tarea y a punta de ventiladores, carguitos, extorsión, presiones, billete, promesas, etc., han logrado poner a sus caciques-delegados dentro del partido.
Sin embargo la experiencia política de muuuuchos militantes que conforman las bases y cuyos cerebros si procesan conceptos como Moral Socialista, corrupción, personalismo, voluntarismo, etc., han planteado, para evitar en lo posible las tribus dentro del partido, que funcionarios en influyentes cargos públicos no ocupen sitios preponderantes en el partido (dicotomía poder constituyente/poder constituido) para que la política del partido se convierta en instrumento de las tribus; además ¿eso de tribu no les hiede a adeco? - a Morales Bello- ¿Se acuerdan?
Cuando se habla de rostros nuevos en el partido, no es una idea que parte de un concepto etario, no se está propugnando una brecha generacional, es que muchos de los militantes que asimilaron la cultura política de aquella época, que vivieron y digirieron y se amalgamaron con la IV República, y hoy son así, desviados, ontológicamente oportunistas y aún ahora, después de todos estos años ocupando cargos en este proceso, no han logrado saciar esa hambre vieja, que más que hambre es codicia, sed de poder; son por decirlo de una manera poética: insaciables glotones, engendros de la gula – lambucios, pues.
En la base se sabe de qué se habla, porque la base es víctima de la gestión desastrosa de muchos funcionarios que ahora ocupan cargos en el partido, y de allí es de donde emana la propuesta de evitar que se acumule tanto poder (negativo) en manos de los caciques y sus acólitos. No se trata de una mera sospecha, es que de la duda inicial al hecho constatado sólo nos queda la certeza.
Lo que se ha dado por llamar Derecha Endógena, no es más que la ideología (en los términos de Ludovico Silva – manifestación de la hegemonía de la clase dominante-burguesa) que les es propia –los caracteriza- y no pueden desprenderse de ella por que la generan en si mismos, desde ellos mismos. Es su cosmovisión, su religión, su todo. Por eso es endógena, les sale de las entrañas y es imperceptible para ellos. – Es como el perfume que después de aplicado sobre el cuerpo sólo lo perciben los otros, porque el olfato se les satura del estímulo y por consecuencia se les inhibe.
A nosotros en cambio nos llega el tufo…
Finalmente, ocurre que muchos de los Delegados Estadales alcanzaron sus cargos sin la consulta previa a las bases por parte de los Delegados de las circunscripciones, los Delegados Estadales fueron en conciliábulos prácticamente secretos, de allí viene la “abrumadora mayoría” de la que hablan. Sin embargo las proporciones han sido esperanzadoras para nosotros porque sabemos que los números dijeron otra cosa y estamos convencidos que con una Comisión Coordinadora alerta y consecuente con las bases podemos desmontarles la trampa. No podemos confiarle el destino de todos a un grupúsculo cuya ineptitud salta a la vista con la gestión fallida que tantos votos nos costó.
Ya Chávez les advirtió su futura expulsión si siguen con la conspiración de los candidatos y acá, en las bases sólo estamos esperando poder hacer efectivo el principio de selección de todo colectivo.
Hay que sacar a los alienados; es cuestión de supervivencia… y salud social.
elmacaurelio@yahoo.es