Los venezolanos no estamos razonando bien porque la manipulación por parte de algunos medios muestra un debate estéril sobre nuestras ideas. En todo caso, es repensar sobre una ideología derechista que ha atrasado el país y viene dañando el pensamiento y sentimiento común de muchas personas que solo desean la unidad política del Estado Venezuela. Por otro lado, la Iglesia viene cooperando con ese lenguaje grotesco donde la idea primaria conlleva a salir del presidente Chávez como diese lugar en un futuro cercano. Absolutamente, no hay nada que construir y fomentar según ellos y la única alternativa es la vía de una violencia atroz como descabellada, donde, se puede romper la estructura de cualquier paradigma. La fe como principio religioso viene siendo muy cuestionada porque conceptualiza, según, los miembros de la autoridad cristiana y coordinadores de algunos medios , una zona de conflicto donde las personas deben migrar de su propia identidad espiritual.
Algunos empresarios se encuentran promoviendo la debacle del Estado y no importa ser de izquierda o de derecha para manifestar un consentimiento duro hacia la especulación y la materialización de algunos hechos desestabilizadores a nivel nacional o el centro de la República.
Quienes promueven en organizar la cólera y convertirla en revuelta ciudadana debe ser sancionado para generar confianza entre los partidos políticos y recuperar sobretodo el prestigio del Estado y promover confianza en tantos retos que se avecinan para materializar los proyectos sociopolíticos, sobretodo, el nuevo socialismo democrático propagado por el presidente bolivariano, Hugo Chávez Frías.
El debate esta abierto y casi nadie palmotea al canal agridulce. Algunos de sus directivos nunca inspiraron confianza y ha existido un exceso de ataques hacia el gobierno que dañan éticamente nuestro gentilicio nacional, por lo tanto, el pueblo venezolano esta aupando un cambio en la estructura económica de nuestra entidad nacional.
Con un estilo inédito de ejercer el poder, el presidente bolivariano de la República de Venezuela ha venido cumpliendo su programa de gobierno y su manera de gobernar le gusta a las comunidades desasistidas en el pasado y de aquellos viejos gobernantes de la cuarta república.
Hay que practicar la justicia para hacernos justos y avanzar con arraigo sobre la nueva toma de decisiones de carácter ético y lograr un humanismo inseparable donde los nuevos ciudadanos sepan interpretar nuestra constitución bolivariana. Es el momento clave para formar un Estado Soberano alejado de los grandes cómplices de la derecha internacional y el fascismo.
(*) filósofo
emvesua@cantv.net
