En su desesperación los saqueadores. Históricos sanguinarios, los mismos que produjeron el mayor genocidio en el continente mal llamado “América” y que permanece impune hoy, esos que derribaron cerros para robar sus riquezas desde las entrañas, envenenaron ríos y los tiñeron de sangre inocente, de seres sometidos a las más barbarás prácticas de esclavismo, quienes despojaron los suelos de todas las producciones agrícolas para llevárselas allende los mares. Mismos que construyeron un status basado en rumas de cadáveres, de dolor y de despojos humanos; los que siglos después provocaron dos confrontaciones mundiales, por ambición y hambre de dominio. Seres insensibles, que practicaron las cruzadas contra otros continentes y civilizaciones más humanas y decentes que ellos.
Esa gente ahora se encuentra acorralada, sorbiendo amargas cucharadas de su propia medicina ancestral. El poderoso clan del capitalismo avaro, heredero de sus maldades, les aplica la misma técnica, pero mejorada; explotación y saqueo que ellos bien aplicaron en el pasado y todavía tratan de reanudar en nuestra América india, con unos tratados de comercio leoninos y dañinos a los intereses de este saqueado continente, una forma de imponer el TLC GRINGO por mampuesto. Desgraciadamente encuentran gobernantes malinches que se prestan para la entrega, a cambio de míseros dólares. El imperio económico sionista, se expandió y rebasó los límites de la egoísta capacidad de resistencia de los monstruos europeos y prende en éllos los lazos de la opresión mercantilista. Ya no tienen escapatoria. Para obtener recursos a fin de pagar sus cuotas de dominación capitalistas, vuelven la mirada hacia la región que una vez les sirvió de sustento en el proceso de industrialización y construir su ambiciosa civilización medieval. Esa civilización, que escoltada por cruces, mosquetes y navíos, hicieron de la esclavitud un negocio sangriento e inhumano. Vive hoy sus momentos de declive, gracias a los arrebatos del sionismo capitalista salvaje, que corroe las entrañas de los pueblos Europeos y transmite las consecuencias al resto del mundo, en un plan preconcebido de concentración de riquezas en menos manos. Manos que se pretenden ser el gobierno del mundo, sin elecciones ni protestas.
Las riquezas naturales de nuestra región latino sur caribeña, se han convertido en jugosas golosinas que se desean para saciar el hambre y sed de unos inmorales, que desprecian la vida y la naturaleza misma, con tal de satisfacer sus apetencias. Su pretendido fulgor civilista, se les viene a suelo, como castillo de naipes al menor soplo de viento. Ahora sacan las garras del instinto criminal que los caracterizó pese a su disimulo. Los emigrantes, son maltratados y vejados en sus países. Ellos, que calmaron sus miserias y hambrunas desplazándose a otros países. Ahora odian a quienes acuden a sus territorios buscando la vida. Una vida que les fue arrebatada por el saqueo que la gran civilización Europea y yanqui ocasionaron y, que les arrebataron oportunidades a los nativos, de vivir dignamente en sus propias naciones empobrecidas a la fuerza.
Desde los aeropuertos y puertos europeos, los pobres emigrantes americanos, africanos, son devueltos sin explicación a sus lugares de origen, no importa la legalidad o no de la documentación, solo importa el color de piel y el dinero disponible para gastar. Quienes ayer se vieron obligados a emigrar por las mortandades de sus guerras internas, y que encontraron refugios en otros suelos, ahora pagan con desprecio, odio, rencor, maldad y racismo.
No guardo rencor chovinista, ni sed de venganza, pero si me late un corazón y una conciencia que me obligan a gritar al mundo la ingratitud de quienes fueron servidos. Mismos que antes, produjeron el derramamiento en mis hermanos del continente de SANGRE, SUDOR Y LAGRIMAS, sin saber por que. En esa agresión les obligaron a cambiar de dioses, costumbres y cultura. Hoy esa religión impuesta va por el mundo cometiendo aberrantes actos de sadismo contra lo más sagrado de la humanidad: los niños.
En nuestra región latino sur caribeña, ya no estamos dispuestos a darles oro por espejitos, tampoco queremos sus odios, rencores y envidias por querer tener lo que no les pertenece. Si quieren ser tratados con respeto, deben cesar en sus miserables ínfulas de colonialistas. No somos colonia de nadie, sus desgracias económicas, no las van a resolver provocándolas en nuestra región, eso se acabó. Recuerden, que tal vez tengan la necesidad de venir a nuestro terruño para tratar de sobrevivir a sus cataclismos materialistas, y ya no serán recibidos como antes. Ahora tendremos presente en la memoria todos los vejámenes, abusos y discriminaciones que nos hicieron. Empiecen por devolver lo que pertenece legítimamente a nuestros países, como las Malvinas, la soberanía e independencia de Aruba, Curazao y cuanta colonia pretendan seguir poseyendo, contra la voluntad de nuestros pueblos y sus soberanías. Solo así los podríamos ayudar a salir de sus trampas avaras y egoístas. Si no vayan al carajo y húndanse solos. Uds tienen la ultima palabra, pero solos.
javiermonagasmaita@yahoo.es