Eric Toussaint entrevistado
por Sergio Ferrari, swissinfo.ch
La intentona golpista en Ecuador
del pasado 30 de septiembre y los resultados electorales en
Venezuela cuatro
días antes, constituyen signos que deben ser correctamente
interpretados,
enfatiza Eric Toussaint, coordinador del Comité para la
Anulación de la Deuda del
Tercer Mundo (CADTM).
“La lectura a fondo de la etapa que vive América Latina me crea
una gran
inquietud ya que percibo que la situación se está degradando”,
afirma el
politólogo belga en entrevista con swissinfo.ch en el marco de
una visita a
Suiza, a mediados de octubre, en la que dictó conferencias
públicas en Ginebra
y Lausana.
El especialista analiza los hechos que fundamentan su
argumentación:
Ecuador y Venezuela
El más reciente, la rebelión
policial contra el presidente Rafael Correa en Ecuador el último
día de
septiembre pasado. “Fue una real tentativa de Golpe de Estado,
promovida por la
policía, un sector del ejército y con el apoyo de la primera
fuerza de
oposición aglutinada en torno al ex presidente Lucio Gutiérrez”.
Aunque fracasó – debido especialmente a bajísimos niveles de
planificación y
organización-, la intentona dejó al desnudo significativas
debilidades
políticas del Gobierno.
La principal, según Toussaint quien fue asesor del Presidente
Correa en temas
de deuda externa, “fue la escasa movilización popular para
oponerse al Golpe”.
Si bien hubo una movilización durante las horas en que Correa
estuvo
‘secuestrado’ por los golpistas en el hospital donde era
atendido, “la magnitud
de la misma en la Quito, la capital, en la que participaron
apenas entre 5 y 10
mil personas, fue mucho menor que la respuesta popular, por
ejemplo, cuando se
produjo la intentona de golpe contra Hugo Chávez en Venezuela en
el 2002, que
reunió a cientos de miles de personas”.
“Ya se lo habíamos anticipado a Correa, no sólo yo, sino también
algunos de sus
asesores y gente de izquierda que lo apoya críticamente. Está
cometiendo un
error gravísimo al marginar a movimientos populares importantes
–incluyendo a
fuertes organizaciones indígenas - por considerarlos
‘corporativistas’ y
carentes de una visión global de sociedad”.
Esa distancia entre el Gobierno y los actores sociales, ha sido
también la
consecuencia de movilizaciones indígenas, del gremio magisterial
y de la
comunidad universitaria -que defiende el principio de la
autonomía-, que se
produjeron en los últimos tres años, explica.
Y si bien es cierto que luego del intento del 30 de septiembre,
las índices de
popularidad de Correa aumentaron -ubicándose actualmente en más
del 70%-, estas
encuestas no miden necesariamente “la capacidad de movilización
activa y
popular para defender el proceso en marcha”.
La segunda señal preocupante según el analista belga, la
constituyen las
últimas votaciones en Venezuela, que significan la segunda
“derrota”, (e “insisto
en ponerlo entre comillas”, enfatiza Toussaint) del ‘chavismo’
en las diez
contiendas en que ha participado.
Si bien la coalición del presidente Hugo Chávez obtuvo 98 de los
165 diputados
“su apoyo real representa en concreto al 49% de los votos, cifra
muy inferior
al 60% que obtuvo el presidente en 2006[1]”.
Los
resultados de la votación popular dan lo que constituye
prácticamente un
empate entre los votos obtenidos por el Partido Socialista Unido
de Venezuela
(PSUV) y su aliado el Partido Comunista de Venezuela (PCV), por un lado, y los votos obtenidos por la alianza de la oposición, la
Mesa de Unidad
Democrática (MUD), por el otro. En la
sumatoria global de los votos para la Asamblea Nacional, la
alianza
gubernamental sacó 5.423.324 votos (48,87%) y la alianza
opositora 5.320.364
votos (47,94%), con lo cual hay una diferencia a favor del
gobierno de sólo 102.960
votos, menos del 1% del total de los votos válidos. El Partido
Patria para
Todos que es de izquierda y no hacia parte de la alianza
gubernamental obtuvo
353.709 votos (3,19%) y saco 2 diputados.
A partir de la consulta electoral de septiembre pasado, la
coalición gobernante
asegura la mayoría simple aunque pierde la mayoría calificada
que mantenía
desde el 2005.
“La base más firme y popular está entrando en una fase de
decepción. Y se da
tanto un desplazamiento de votos como un aumento del
abstencionismo en ese país
sudamericano”, sentencia.
“Tiempo precioso perdido”
De lo fáctico a las conclusiones
más generales, existe para el director del CADTM un simple paso
conceptual a
recorrer. “Lo venimos diciendo desde hace dos años. En América
Latina los
Gobiernos progresistas de la región están perdiendo un tiempo
precioso”.
El ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América), que es una
propuesta de integración de los Pueblos, no avanzó y se queda
por el momento en
declaraciones y papeles. No existe el Banco del ALBA. No hay un
programa concreto
de integración de las economías de los países que adhieren al
ALBA, subraya.
Lo que hay, explica, son acuerdos bilaterales importantes, como
el de Cuba y
Venezuela, para intercambio de petróleo, servicios de salud y
médicos. O el
tratado de Venezuela y Bolivia. O la política venezolana de
vender por
solidaridad petróleo a los países que integran PETROCARIBE a un
precio menor
que el del mercado internacional.
El Banco del Sur – que podría ser un instrumento financiero de
gran
trascendencia para la región- “se ha quedado en el papel desde
2007 y a la
espera de la ratificación de al menos cuatro parlamentos de los
siete países
participantes. Pero no se logra avanzar.
Las causas son varias. Fundamentalmente, la falta de interés.
“Como es el caso
de Brasil que cuenta con su propio Banco de Desarrollo – el
BNDES- con una
cartera de préstamos muy fuerte, que sirven para apoyar las
inversiones y los
contratos de las grandes trasnacionales brasileras... Brasil ve
la propuesta
del Banco del Sur casi como una competencia a su propia
institución y por eso
no estimula su avance”, evalúa Toussaint.
América Latina, una primavera democrática opacada por crecientes
nubarrones.
Más precisamente, al decir de Eric Toussaint, el riesgo de vivir
fracasos. “Y
que estos procesos, experiencias en marcha, programas
estratégicos y
alternativos no concretados -como el ALBA o el Banco del Sur-
puedan llevar a
una nueva frustración”.
“Lo de Ecuador de fin de septiembre, las últimas elecciones en
Venezuela,
enormes expectativas populares pospuestas en el Brasil de los
últimos ochos
años, el Golpe en Honduras del año pasado... son signos que no
pueden dejar de
preocuparnos”, concluye.
[1] 7.300.000 personas lo habían votado en diciembre de 2006, lo que significaba una ventaja de 3 millones de votos sobre su principal adversario, Manuel Rosales. Ver Eric Toussaint: “Transformar el fracaso del 2 de diciembre de 2007 en una potente palanca para impulsar el proceso en curso en la Venezuela de Hugo Chávez”
Eric Toussaint
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