Venezuela, América Latina y el Movimiento de Los No Alineados

Así como la conquista de América a partir de 1492 fue la más grande operación de colonización jamás emprendida, su Independencia fue una de las más importantes gestas de descolonización jamás culminadas. En ellas se decidió el sometimiento y luego la liberación de todo un continente y un hemisferio terrestre con respecto a cuatro potencias europeas. El aporte económico de esta operación de saqueo fue decisivo para el destino de Europa y del mundo. Los torrentes de metales preciosos, mas los productos vegetales que los acompañaron, decidieron la hegemonía de España durante dos siglos, la derrota de los musulmanes en Europa, la imposición del capitalismo como modo de producción dominante en ella y las sucesivas hegemonías de los imperios que mediante el comercio o la expansión global violenta tomaron el relevo de Iberia.

EL IMPERATIVO DE LA UNIDAD

Tras las Independencias americanas, los países liberados comprendieron, como lo harían después los No Alineados, la necesidad de la unidad para mantener su autonomía y cimentar la cooperación mutua. Las colonias inglesas establecieron la fuerte liga que sería conocida como Estados Unidos. Los libertadores latinoamericanos entendieron siempre la independencia como empresa continental. Tropas venidas desde la llanura venezolana y desde la pampa argentina vencieron en Ayacucho. Bolívar liberó lo que ahora son seis países. Con tres de ellos constituyó el enorme bloque de la Gran Colombia, y ya en 1826 intentó consolidar una unión entre los pueblos latinoamericanos en el Congreso Anfictiónico de de Panamá. Esta Unión debería servir de muralla contra intentos de reconquista como los que proyectaba la Santa Alianza, integrar un espacio para la colaboración económica y constituir un centro geopolítico de primera magnitud gracias al Canal de Panamá, que ya desde entonces planeaba construir Bolívar. Los dos grandes proyectos de consolidación tuvieron contrapuestos destinos. Estados Unidos preservó su unión, expandiéndose a costa de sus vecinos e iniciando el camino para ser la primera potencia del mundo. América Latina se dividió, fragmentando lo que habían sido cinco virreinatos y cinco capitanías hasta convertirlos en 25 países, cuya debilidad permitió que fueran dominados.

EMANCIPACIÓN POLÍTICA Y DEPENDENCIA ECONÓMICA

En América Latina se planteó, quizá antes que en cualquier otro sitio, la segunda convicción que comparten los Países No Alineados: la de que tras luchar por la emancipación política hay que hacerlo por la económica, estratégica y cultural. Nuestros países costearon las armas para sus Independencias con demoledoras deudas externas que hipotecaron su futuro. Haití debió indemnizar a los antiguos propietarios de esclavos con el equivalente de 20.000 millones de dólares actuales. La Gran Colombia inició su vida independiente con una deuda de 10 millones de libras esterlinas, que se dividió cuando a su vez la gran unión se fragmentó en tres países. Estados Unidos asumió el proteccionismo como invariable camino hacia el desarrollo económico. América Latina, por el contrario, suscribió tratados de libre comercio con países más desarrollados, que le prohibieron la protección de sus industrias y exportaciones y no pusieron freno al disimulado proteccionismo de las potencias. Para la naciente América Latina la Independencia política equivalió, como sucedería después con muchos de los Países No Alineados, a una rotación de metrópolis.

ESTADOS UNIDOS, DE COLONIZADOS A COLONIZADORES

En esta situación, preludió América Latina la tercera situación que se evidenciaría con respecto a los Países No Alineados: algunas colonias liberadas pueden a su vez convertirse en países dominantes con respecto a otros Estados liberados del estatuto colonial. América Latina y el Caribe estuvo sujeta durante gran parte del siglo XIX a las hegemonías e incluso las invasiones de Francia, Holanda e Inglaterra. Pero desde finales de ese siglo Estados Unidos, esgrimiendo la doctrina Monroe, intentó reservarse el hemisferio como una suerte de imperio sometido a su tutela económica, política y estratégica. Esta hegemonía fue impuesta por medio centenar de intervenciones armadas, y regida por organizaciones como la Unión Panamericana desde 1899, o la Organización de Estados Americanos desde 1945. También desde esta fecha, nuestros países se obligaron por un Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca a invadirse militarmente en el caso de una supuesta agresión "extracontinental", cuya evidencia sería la inclinación del país víctima hacia cualquier política socialista. Expresa esta situación el hecho de que a la conferencia de Bandung en 1955 no asistiera ningún país latinoamericano. América Latina y el Caribe parecía ser, en verdad, el "Patio Trasero" de Estados Unidos.

AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE DESAFÍA LA HEGEMONÍA

En ese panorama, a dos años apenas de la Conferencia de Bandung, en América Latina se plantea otro de los puntos fundamentales de la agenda de los No Alineados: países pequeños y no desarrollados económicamente pueden desafiar exitosamente la hegemonía incluso de la primera potencia económica y militar de la tierra. Desde 1959 Cuba enseña cómo se puede cohesionar a un pueblo para resistir dos intervenciones militares directas y un indefinido bloqueo apoyándose en el juego bipolar pero sin ceder la soberanía. Tras numerosas tentativas que en diversos países son sofocadas por la intervención abierta o encubierta de Estados Unidos, triunfa también una revolución socialista en Nicaragua, persiste una insurgencia invencible en Colombia y a la vuelta del siglo inobjetables victorias electorales llevan al poder a movimientos que se proclaman socialistas en Venezuela, Bolivia y Ecuador, y a candidatos progresistas en Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, Argentina y Honduras. Países como Venezuela, Bolivia y Ecuador recuperan el pleno control sobre las industrias que explotan sus recursos naturales y desarrollan políticas de gasto social, alfabetización y educación y salud gratuitas. El proyecto estadounidense de Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) queda completamente derrotado, mientras se fortalece el Mercosur. Se crea la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), y con ella instituciones como el Consejo Suramericano de Defensa, el Banco del Sur, para relevar al Banco Mundial y al FMI, y el Sucre, el Sistema Unificado de Compensación de Reservas. La previa alineación se rompe, al extremo de que la Cumbre de 2006 del MNOAL se celebra en La Habana, y en la actualidad son miembros de dicho Movimiento los siguientes países latinoamericanos y caribeños: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Dominica, Ecuador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Perú, República, Dominicana, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Esta última mediante el ALBA (Alternativa Bolivariana para América) propone una nueva alianza basada en la colaboración mutua y en la integración regional y no en el interés económico, y abre una nueva política multipolar orientada hacia la colaboración del Sur con Sur, hacia el G-77, los mercados africanos y asiáticos y los integrantes del MNOAL.

DESCOLONIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA Y COLONIZACIÓN EN ÁFRICA

El proceso de conquista, colonización y explotación de América Latina que arranca en 1492 prácticamente extermina a los indígenas en el Caribe y merma considerablemente su población en otros sitios, al ocasionar una pérdida de vidas que ha sido estimada en unos ochenta millones de bajas. Para suplirlas, los colonialistas recurren a la mano de obra esclava importada, con lo cual propician el saqueo en África. Con las independencias de América Latina a principios del siglo XIX, los nuevos procesos de colonización se intensifican en Asia y en África.

La presencia de los africanos crea indelebles vínculos culturales entre los pueblos de América y los de África. Estos vínculos, forjados por el sufrimiento compartido, deben convertirse en instrumentos para la forja de la soberanía política, económica y cultural.

Así, podemos sintetizar las últimas décadas de política exterior de los países de América Latina y el Caribe como el progresivo avance desde una diplomacia orientada por la unipolaridad de Estados Unidos, hacia otras relaciones orientadas hacia la multipolaridad, la No Alineación, el fortalecimiento de organismos regionales para el intercambio comercial como el Mercosur, la creación de otros con fines de integración más amplios, como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza Bolivariana de América (Alba). Punto destacado de esta nueva orientación es la cooperación Sur-Sur, propósito de los países que desde 2006 se reúnen en las Cumbres América del Sur-África, y especialmente en la que se realiza en Venezuela en la isla de Margarita en septiembre de 2009.

En dicha Cumbre, entre otras resoluciones trascendentes, se adoptó la de "intercambiar experiencias y fomentar una cooperación estrecha y efectiva entre nuestras regiones, con el fuerte apoyo de la Unión Africana (UA) y de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) como planes importantes de la cooperación de nuestros pueblos".

Entre los acuerdos de dicha Cumbre asimismo figuran la reafirmación del compromiso con el desarme, la no proliferación de armas nucleares y de otras armas de destrucción masiva y la lucha contra el tráfico de armamentos.

Las declaraciones de dicha cumbre incluyeron asimismo un compromiso con el multilateralismo, el apoyo a la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la decisión de fortalecer iniciativas contra la delincuencia transnacional, contra prácticas tales como el tráfico ilícito de armas y de personas, y la lucha contra la droga.

En el plano estratégico, se adoptó el compromiso de promover la paz y la seguridad a través de organismos tales como el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana, el Consejo Suramericano de Defensa de Unasur y la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZPCSA).

LA UNIPOLARIDAD CONTRAATACA

Estados Unidos responde con una agresiva política de Gran Garrote: moviliza la IV Flota hacia el Caribe, establece dos bases militares en Curazao y Aruba, siete bases más en Colombia y dos más en Panamá, apoya con los equipos de su base militar de Manta la agresión de Colombia contra Ecuador, propicia y legitima un golpe de Estado en Honduras apoyado por su base de Palmasola, financia a la oposición contra los gobiernos progresistas y ocupa militarmente Haití pretextando que aporta ayuda humanitaria. Una vez más, intenta resolver militarmente problemas económicos, sociales, políticos y culturales que no sabe cómo manejar, y plantea una situación que hace indispensable la unión y colaboración entre los países agredidos o en peligro de agresión.

LA NO ALINEACIÓN RESPONDE

Las consideraciones anteriores ratifican la perenne validez de la idea que anima al Movimiento de los No Alineados. La caída del mundo bipolar hace evidente que la diversidad de culturas y de Estados tiene todavía vigencia. La precaria situación de muchos de los países descolonizados frente a las grandes potencias que todavía pretenden ejercer plena hegemonía y no se resignan al concepto de un mundo multipolar requiere todavía de una liga que permita intercambiar puntos de vista, diseñar estrategias y afirmar el derecho a la supervivencia, a la independencia y a la soberanía de la inmensa mayoría de los países y de los habitantes del planeta.

La Cumbre de Margarita culmina con una trascendente declaración, cuyos puntos comentamos brevemente:

1.- Acelerar los procesos de cambio en el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ampliando los sistemas de dirección de la ONU por parte de los pueblos de América y del movimiento de los No Alineados, avanzar de manera decidida hacia estos procesos de cambio, que sean de refundación y no de transformación. En efecto, la ONU es una oligarquía donde pocas potencias acaparan las decisiones fundamentales: democraticémosla.

2.- Impulsar una alianza con los BRICS, que parta desde las naciones MNOAL. Los BRICS fueron naciones del Tercer Mundo que gracias a acertadas políticas económicas accedieron al desarrollo: apoyémoslos e imitémoslos.

3.- Planes de trabajo en marco del papel 20 / 30, que han avanzado por superar las deudas que el sometimiento colonial dejó a los pueblos. Las potencias colonialistas perpetuaron su dominación sobre los países emancipados cargándolos de deudas impagables: revisemos y anulemos tales cargas, que de hecho han sido pagadas varias veces.

4.- Retomar la agenda de democratización, en cuanto a la comunicación global por parte de los países del movimiento. La comunicación global sigue en manos de cinco monopolios: multipliquemos los medios independientes y alternativos.

5.- Retomar la agenda de paz y resolución de conflictos desde la diplomacia de paz mundial. Un reducido grupo de potencias con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU deciden sobre la paz y la guerra. El derecho de garantizar la paz corresponde a la mayoría de países pacíficos del mundo.

6.- Asumir una agenda verde en función del cambio climático, de los habitantes del Sur y para los habitantes del Sur, principales afectados por las políticas imperiales del norte. Los países desarrollados son los principales destructores de la ecología y los menos desarrollados sus víctimas: protejamos el medio ambiente para todos.

7.- Continuar de manera perseverante el apoyo al pueblo de Palestina, todos los países miembros deben tener a la mano y presente a los hermanos palestinos, que no siga siendo costumbre a ver al pueblo palestino masacrado, reforzar la causa del pueblo palestino. Palestina es víctima de un continuado holocausto, que debe cesar y ser seguido de reparaciones a sus víctimas.

8.- Apoyo a Cuba hasta que se desmantele el bloqueo e impulsar el resarcimiento de daños por más de 5 décadas.No basta con detener un atropello; demandemos que los culpables indemnicen a sus víctimas.

9.- Impulsar y apoyar la descolonización del pueblo de Puerto Rico, causa histórica de la nación del Caribe.Puerto Rico fue ocupado por la fuerza; liberémoslo por la paz.

10.- Mantener la solidaridad y la atención a los refugiados africanos que han migrado evadiendo guerras y destrucción, terrorismo y golpes de Estado, nadie quiere ver mas dolor de los pueblos. Los refugiados africanos huyen de las guerras causadas por las grandes potencias que devastan, destruyen y saquean a sus países. Es preciso ofrecerles refugio y repatriación decorosos.

11.- La lucha contra el terrorismo y contra los métodos de guerra no convencional para cambios de gobierno, que se impida someter a pueblos para que sufran y se generen daños a sus naciones. Las potencias hegemónicas son las principales promotoras del terrorismo mediante organizaciones que entrenan, financian y arman para destruir a los países no alineados: luchemos contra el terrorismo combatiendo el que ejercen las grandes potencias.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 6356 veces.



Luis Britto García

Escritor, historiador, ensayista y dramaturgo. http://luisbrittogarcia.blogspot.com

 brittoluis@gmail.com

Visite el perfil de Luis Britto García para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Luis Britto García

Luis Britto García

Más artículos de este autor


Notas relacionadas

Revise artículos similares en la sección:
Internacionales


Revise artículos similares en la sección:
Venezuela en el Exterior


Revise artículos similares en la sección:
Actualidad