La República Cooperativa de Guyana desde el inicio de los tiempos ha mantenido una campaña creadora de confusión, en relación al reclamo de Venezuela sobre el territorio Esequibo.
Guyana ha manejado el asunto desde la óptica de que Venezuela está reclamando parte de su territorio, lo cual no es verdad ahora ni ha sido verdad nunca. Venezuela no está planteando, ni jamás ha planteado quitarle ni un milímetro al territorio de Guyana. Guyana es nuestro vecino y siempre lo será, sólo que el límite de ambos países no es la línea planteada en el Laudo Arbitral de París de 1899, si no la línea que va a todo lo largo de la margen oriental del Rio Esequibo.
Guyana tiene una extensión reconocida por Venezuela de 20.000 millas cuadradas (37.000km cuadrados) producto de la convención de Londres del 13 de agosto de 1814, que puso fin a las Guerras Napoleónicas en Europa, dónde Holanda, al ser un Protectorado de Inglaterra para ese entonces, producto justamente de las apetencias de Napoleón sobre su territorio, es forzada por las presiones y componendas de ésta a cederle oficialmente sus propiedades y posesiones al Este del Río Esequibo, formados por los establecimientos de Demerara, Berbice y Esequibo.
Para el 31 de julio de 1831, Inglaterra fusiona los establecimientos de Demerara, Berbice y Esequibo, bautizándolo como Guayana Británica (British Guiana) manteniendo para ese entonces el mismo territorio occidental de las Guayanas, al Este del Esequibo, cedido por Holanda en 1814.
Para 1834 Inglaterra reconoce la Independencia de Venezuela sin ningún tipo de objeción, lo cual equivale a reconocer el legítimo derecho de nuestro país sobre los territorios que fueron de la antigua Capitanía General de Venezuela, quedando la frontera oriental (Este) de la Nueva República de Venezuela en el río Esequibo, la misma que tenía exactamente la Capitanía General de Venezuela en el año de 1777 antes de independizarse de España. Sin embargo, a finales de ese mismo año de 1834 el Consejo de la Real Sociedad Geográfica de Londres, encargó al naturalista prusiano Robert Schomburgk para que reconociera y profundizara el conocimiento sobre la Guayana Británica, mediante la exploración de su interior, sin que la Corona inglesa interviniese oficialmente en su misión y es este señor quien comienza, seguramente por mandato de sus contratantes, a dibujar cuanta línea se le ocurrió dibujar sobre el mapa, anexando en el papel cientos de kilómetros cuadrados a Inglaterra sin ningún tipo de soporte.
Es desde ese evento cuando Venezuela comienza sus protestas ante una potencia arrogante y prepotente que, aún hoy mantiene su actitud altisonante que está muy lejos de ser aceptada en la sociedad del siglo 21.
Guyana, sus habitantes y su gobierno, saben muy bien que nuestro legítimo reclamo ha sido desde el principio puntual y consecuente y que sólo por imposición de la potencia inglesa se permitió el despojo, pero Guyana, su gobierno y sus habitantes también saben que la Venezuela de hoy no es la misma de 1899. Los guyaneses saben que nadie puede heredar lo robado, si un Pran o un capo de una mafia, aprovechándose de su poder y de la debilidad de alguien se roba un terreno y se lo regala a sus hijos, ellos van a tener que devolver ese terreno cuando la relación de poder y de desigualdad que había en el momento del abuso deje de existir. Entonces si Inglaterra se robó 145.500Kmts cuadrados de tierra y se los regaló a los guyaneses, estos y su gobierno saben que en algún momento van a tener que devolverlo, ni Inglaterra va a ser una potencia super poderosa siempre, ni Venezuela va a tener la misma humildad y paciencia por siempre.
Venezuela, sus habitantes y su gobierno reconocen sin ningún tipo de objeciones las dimensiones de la República Cooperativa de Guyana, nuestros vecinos al este del rio Esequibo y sus 20.000 millas cuadradas.
Los habitantes del Esequibo saben muy bien que ellos son venezolanos por nacimiento y los que no lo sientan así deberán ser aceptados como extranjeros nacionalizados o se les buscará alguna figura aceptable para que mantengan sus posesiones y su cultura, el estado Esequibo debe ser un territorio administrado bajo una figura especial dentro del marco de nuestra constitución, como ya hemos tenido y tenemos en nuestro país.
Es momento, también de honrar la memoria de Valerie Hart y los mártires de la Rebelión Rupununi de 1969, quienes fueron masacrados en su mayoría, por la policía guyanesa de ese entonces bajo la inacción del gobierno venezolano. Esa rebelión fue ocasionada por la misma política que actualmente tiene el gobierno sionista de Israel sobre los palestinos, en ese momento el gobierno guyanés masacró a indefensos habitantes amerindios para quitarles sus tierras y entregárselas a habitantes de raza negra adeptos al gobierno del mandatario de la época: Forbes Burnham y esa vez el gobierno venezolano desoyó el clamor de esos habitantes que se presentaron como venezolanos y como tales pidieron auxilio a Caracas.
Raúl Leoni y su gobierno los dejó en manos del enemigo, Rafael Caldera y su gobierno hicieron lo mismo, Valerie Hart logró huir a Estados Unidos y morir allá con su corazón marchito y su fe en la humanidad disminuida, a ella también hay que recordarla en estos momentos. La capital del Estado Esequibo debería llevar su nombre.