Ante la existencia de un régimen de facto genocida, la única salida es la resistencia popular y la imposición de la voluntad de las masas. Derrocar el sistema de la sinrazón es la asignatura pendiente.
1- No abandonar las calles bajo ninguna circunstancia; la constante expresión de malestar y protesta es la vía más expedita para mostrar al país y al orbe que lo sucedido –el Golpe de Estado- NO ES NORMAL y que el repudio está a la orden del día. Ante la abrumadora ola de ciudadanos “pateando el pavimento”, no hay bloqueo informativo que valga.
2- Mantener la huelga general en sectores clave de la vida nacional, con el objetivo de aumentar el descontento de aquellos que aún permanecen indiferentes o tienen miedo de participar en las movilizaciones. Si la oligarquía empieza a ver que la “gracia” del Golpe le dará muy duro en el bolsillo, se desesperaría y apelaría por el camino del “diálogo”. Dicho espacio político debe ser aprovechado por los factores populares, obreros y campesinos, y avanzar en la reversión de la medida de fuerza, sin tampoco caer en la trampa burguesa del “consenso”. La propuesta de la Asamblea Constituyente es la plataforma del alzamiento civil.
3- Los bloqueos persistentes de rutas principales, tanto en la ciudad como en el campo, producen inestabilidad, retardo en el transporte e incertidumbre en las autoridades usurpadoras e ilegítimas.
4- Potenciar el despliegue de pintas y graffiti –en cada pared, cada recoveco- para condenar la acción golpista y exigir el retorno de Manuel Zelaya. Incluso, es válido rayar los billetes con mensajes en contra de “Goriletti” y sus acólitos. Promover la música contestataria y combativa en cualquier rincón donde haya un hondureño anti-fascista.
5- Los vecinos deben organizar comités de abastecimiento en cada barrio, cada aldea, y planificar la distribución de alimentos entre los ciudadanos, ante una eventual escasez de productos de la cesta básica como consecuencia de la paralización del país y de las sanciones económicas internacionales que se avizoran.
6- Los medios electrónicos de comunicación –internet, telefonía móvil o fija y televisión- deben quedar como una segunda alternativa para acceder a la información o para transmitirla; debe optarse por el boca a boca, la correspondencia escrita usando como “correos” a los mismos vecinos, la publicación de periódicos comunales en los cuales se refleje la realidad del régimen tiránico y las asambleas de ciudadanos donde se compartan experiencias y se discutan los pasos por seguir en la lucha de resistencia. A través de panfletos se debe instigar psicológicamente a los efectivos de las Fuerzas Armadas, para que depongan su actitud y sean verdaderos garantes de la democracia directa. Se debe hacer énfasis en el castigo supranacional que podrán recibir los soldados asesinos, de parte de organismos como el Tribunal Penal Internacional, por haber utilizado el monopolio de la violencia en contra de civiles desarmados y –a la vez- disuadir a los militares patriotas que componen el estamento castrense.
7- Construir transmisores artesanales de radio de baja potencia, de AM y de FM, para inundar el cuadrante de una contundente e incisiva “rebelión radioeléctrica”. No hay mejor contexto histórico para impulsar una emisora rebelde y clandestina.
8- Escuchar la radio de onda corta –por las noches- para obtener información fidedigna y sin censura, acerca de los acontecimientos internos de la nación. El servicio nocturno que ofrece en la actualidad Radio Habana Cuba, con su “Revista de la Noche”, puede sintonizarse en la banda de 49 metros , en los 6000 kHz, hasta altas horas de la madrugada. Radio Nederland Wereldomroep y Radio Nacional de Venezuela, también son excelentes canales de la onda corta para estar al tanto de las noticias.
9- Los vecinos que dispongan de un arma de fuego, deben tenerla lista para desenfundarla en caso de emergencia. Ante un régimen “gorila” nunca se sabe; el resto de la comunidad debe familiarizarse con las armas y aprender a manejarlas. El ejército represor podrá tener la fuerza, pero las masas tienen la inteligencia y la astucia del enfrentamiento asimétrico.
Para que nunca más haya “Gorilettis” en la Patria Grande, la rebelión debe ser avasallante, monolítica y revolucionaria. ¡Honduras, resiste!
(*)Tesista de Idiomas Modernos en la UCV
elinodoro@yahoo.com