No vi llorar a un presidente, lloró un hombre. Lula no podía hacer otra cosa que llorar al recibir el más inesperado regalo para si y para su país. Más allá de la gran victoria de Suramérica ante los otros aspirantes, más allá de la presencia de Obama, ese llanto tiene un origen y una hermosa historia que quiero contarles.
Al igual que la mayoría de los presidentes que los pueblos de centro y Suramérica han elegido para que los representen, que no provienen ya del linaje de familias adineradas ligadas a las políticas burguesas y en donde encontramos indígenas, clérigos, mujeres, guerrilleros, soldados y mujeres, Lula Da Silva representa al obrero. Lula es de origen pobre, muy pobre. Su infancia transcurrió en la pobreza y Lula no recibió en su niñez, como muchos pobres del mundo, un regalo en navidad o en su cumpleaños, nunca recibió nada mas que miseria.
A los siete años viaja al Estado de Sao Paulo, en la ciudad de Guarujá y trabaja como limpiabotas, a los doce años se muda a Sao Paulo y recibe alfabetización, comenzando a trabajar como obrero en una tintorería.
De su primer salario como obrero Lula se hizo su primer regalo: una bicicleta usada.
Dentro de su vida como obrero se va formando como obrero metalúrgico y comienza sus luchas políticas amarrado a sus ideales y convicciones de luchador social de izquierda y marxista. Su vida nunca fue ejemplo de placer o confort, todo lo contrario.
Dentro de su lucha para la presidencia de Brasil sintió el rigor de la suciedad que le costó dos derrotas electorales, manipuladas por Collor de Melo y luego por Cardoso.
Está demostrado que Collor de Melo inició una campaña de difamación de Lula, presentando en los espacios de publicidad electoral gratuita a una antigua pareja del sindicalista con la que había tenido una hija. Según ella, Lula le había propuesto abortar tras quedarse embarazada de él. La mujer era de raza negra, con lo que Collor de Mello acusó a Lula de racismo. La clave de la campaña sería el último debate televisivo entre los candidatos (en horario de máxima audiencia) en el que se concedió más tiempo a Collor de Melo que a Lula. También se habló en este sentido de la interrupción del servicio de transporte público urbano en áreas de baja renta, dificultando el traslado de electores afines a Lula hasta las mesas electorales, así como el secuestro fingido del empresario Abílio Diniz, en las vísperas de las elecciones, por un grupo de supuestos terroristas extranjeros. Pocos días antes de las elecciones se mostró en la televisión a dicho empresario, liberado de su cautiverio, portando una camiseta con un emblema del Partido de los Trabajadores, que supuestamente sus secuestradores le hicieron poner.
Asumió la presidencia de Brasil en 2003, tras ganar las elecciones con el mayor número de votos de la historia democrática brasileña (52,4 millones de votos) alcanzando el 61% de los sufragios. En su discurso de diplomación como presidente de Brasil este hombre sencillo, el obrero humilde dijo esa vez también entre sollozos:
“ yo, que durante tantas veces fui acusado de no tener un título universitario, consigo mi primer diploma, el título de presidente de la República de mí país.”
Así respondía a los numerosos ataques que había sufrido por sus carencias en educación formal, que muchos consideraban incompatibles con ocupar el cargo más importante de la República.
Es por eso que valoro de tal manera ese llanto de ayer del camarada Lula, no es otro llanto que el de aquel niño que lustraba zapatos en Sao Paulo, que luego de una vida enfrentándose a las vilezas de las clases dominantes, que sin tener ningún título adornando la pared de su dormitorio, sino que solamente
con el diploma que obtuvo en las calles, colgado para siempre en su corazón, logró entregarle a su pueblo este regalo tan meritorio: Que sea Brasil la primera sede Suramericana de los Juegos olímpicos.
No faltarán los comentarios de costumbre para descalificar este triunfo, gracias a dios que ya nuestros pueblos no precisan de que nadie los apruebe, así como Lula y todos nuestros comandantes seguirán al frente de la revolución que se gesta en nuestro suelo, nuestros pueblos terminarán de dar la lección al mundo al tomar el mando en la forja del mundo nuevo.
De aquí al 2.016 tendremos como demostrárselo al resto del planeta!
brachoraul@gmail.com