Una ve más WikiLeaks ha
publicado una enorme cantidad de documentos. Esta vez, se trata de
cables diplomáticos del Departamento de Estado estadounidense.
El sitio web de revelación de
datos secretos anunció que publicará gradualmente más de doscientos
cincuenta mil documentos durante los próximos meses.
De esta manera, los documentos
podrán ser analizados y recibir la atención que merecen. Los cables
son comunicaciones internas escritas entre embajadas de Estados
Unidos de todo el mundo y también con el Departamento de Estado.
WikiLeaks habla de la filtración
como “el mayor conjunto de documentos confidenciales que jamás se
hayan dado a conocer, que proporcionan una visión sin precedentes de
las actividades en el exterior del gobierno
estadounidense.”
Los críticos sostienen, al igual
que lo hicieron cuando se filtraron documentos secretos referidos a
Irak y Afganistán, que habrá víctimas fatales como resultado de
estas filtraciones.
Sin embargo, se podría, en
realidad, salvar vidas, dado que la forma en que Estados Unidos hace
diplomacia se encuentra más expuesta que nunca – así como la
aparente facilidad con la cual el gobierno de Estados Unidos cumple
(o no) con el dicho del periodista pionero I.F. Stone: “Los
gobiernos mienten.”
Observemos el caso de Khaled
El-Masri. El-Masri fue secuestrado en Macedonia en el marco del
llamado "programa de rendición extraordinaria" de la CIA, por medio
del cual el gobierno de Estados Unidos secuestra personas en
cualquier parte del mundo y las entrega secretamente a un tercer
país, donde puedan ser objeto de torturas.
Khaled El-Masri cuenta lo que le
sucedió: “Me llevaron a una habitación, estaba esposado y me habían
vendado los ojos. Cuando la puerta se cerró, recibí golpes por todas
partes. Entonces fui humillado. Pude oír que me tomaban fotos
durante el proceso, mientras estaba completamente desnudo. Luego me
ataron las manos por detrás de la espalda, me pusieron cadenas en
los tobillos y una bolsa en la cabeza. Luego fui introducido
brutalmente en un avión y en el aeropuerto me tiraron al piso.
Cuando desperté, estaba en Afganistán. Me sacaron brutalmente del
avión y me pusieron en el cofre de un
automóvil.”
Khaled El-Masri estuvo
prisionero y fue torturado en una cárcel secreta en Afganistán
durante meses hasta que la CIA lo dejó abandonado en una carretera
desierta de Albania.
Esto sucedió a pesar de que la
CIA sabía desde hacía tiempo que había secuestrado al hombre
equivocado. El-Masri, ciudadano alemán, intentó que se hiciera
justicia en los tribunales alemanes y todo indicaba que trece
agentes de la CIA enfrentarían cargos.
En ese momento intervino la
embajada de Estados Unidos en Berlín y realizó, según uno de los
cables, la siguiente amenaza: “la emisión de órdenes de captura
internacional tendría un impacto negativo en las relaciones
bilaterales.” Nunca se presentaron cargos en Alemania, lo que
sugiere que la amenaza diplomática funcionó. Aún así, los trece
agentes enfrentan todavía cargos en España, donde los fiscales gozan
de un poco más de libertad con respecto a las presiones
políticas.
O al menos eso creíamos. De
hecho, España también se destaca en los documentos filtrados. Entre
los cables, hay uno de fecha 14 de mayo de 2007 escrito por Eduardo
Aguirre, un banquero cubano-estadounidense conservador nombrado
embajador en España por George W. Bush.
En el cable, Aguirre escribió:
“Para nosotros, tendrá consecuencias importantes que se continúe
planteando el caso Couso, por el que tres soldados estadounidenses
enfrentan cargos en relación a la muerte del camarógrafo español
José Couso, ocurrida durante la batalla por Bagdad en
2003.”
Couso era un joven camarógrafo
de la cadena española de televisión Telecinco que estaba filmando
desde el balcón del Hotel Palestina en Bagdad el 8 de abril de 2003,
cuando un tanque del ejército estadounidense disparó sobre el hotel,
en el que se alojaban principalmente periodistas, causando la muerte
a Couso y a un camarógrafo de la agencia de noticias Reuters.
El Embajador Aguirre intentaba
invalidar el juicio iniciado por la familia Couso en
España.
El hermano de José Couso, Javier
Couso, inició el proceso judicial por su hermano José junto a su
madre. Aunque un tribunal español ha reabierto la causa
recientemente, Javier Couso reaccionó ante el cable filtrado en
estos días por WikiLeaks y dijo: “Nosotros estamos en primer lugar
indignados y horrorizados; horrorizados porque no podemos creer que
el gobierno de mi país y la fiscalía actúen conspirando con un
gobierno extranjero para impedir la investigación de lo que le pasó
a un ciudadano español; e indignados porque nos han mentido
continuamente, nos hemos reunido con todas esas personas del
gobierno y de la fiscalía y ellos decían que no iban a obstaculizar
el caso.”
Además, el embajador
estadounidense presionó al gobierno español para que desistiera de
realizar un juicio, que sentaría precedentes, contra el ex Secretario de
Defensa Donald Rumsfeld y otros funcionarios del gobierno de Bush.
En el mismo memorando Aguirre escribe: “El Vice Ministro de Justicia
dijo también que el gobierno español se opone firmemente a la
acusación presentada contra el ex Ministro Rumsfeld y tratará de que
sea desestimada.
El juez que entiende en la causa
nos ha dicho que ha iniciado ya los procedimientos para desestimar
el caso.”
Estas revelaciones han
convulsionado al gobierno de España, ya que los cables muestran
claramente los intentos de Estados Unidos por incidir en el sistema
de justicia de ese país.
Hace varios años, el Embajador
Aguirre declaró al periódico español El País: “Soy el plomero de
George Bush, voy a resolver todos los problemas que George ponga en
mis manos.”
En otra serie de cables, el
Departamento de Estado de Estados Unidos ordena a su personal de las
Naciones Unidas y del resto del mundo que espíen a funcionarios
gubernamentales, e increíblemente, también da instrucciones de que
recaben información biométrica
de los diplomáticos. El cable dice textualmente: “Los datos deben
incluir direcciones de correo electrónico, números de teléfono y
fax, huellas digitales, imágenes faciales, escaneo de iris y de
ADN.”
WikiLeaks sigue asociada a un
grupo de medios de comunicación de todo el mundo: el periódico
inglés The Guardian, El País, de España, el New York Times, la
revista alemana Der Spiegel y el periódico francés Le Monde.
David Leigh, editor de
investigaciones del periódico The Guardian me dijo: “Esta serie de
revelaciones no ha terminado aún. Desde el periódico The Guardian y
otras cadenas de noticias del mundo iremos haciendo revelaciones, a
partir de ahora y día a día, posiblemente durante toda la semana
próxima y quizás más. Por lo cual, todavía no hemos visto nada.”
Queda más de un cuarto de millón de cables que no han sido dados a
conocer públicamente aún.
Hace cuarenta años, Noam
Chomsky, reconocido analista político y lingüista, profesor del
Instituto Tecnológico de Massachusetts, ayudó a Daniel Ellsberg, el
primer informante de Estados Unidos, a revelar los Documentos del
Pentágono. Le pregunté a Chomsky acerca de los cables recientemente
publicados por WikiLeaks y respondió: “La principal importancia de
los cables que han sido publicados hasta ahora radica en lo que nos
dicen sobre el liderazgo occidental. Lo que revelan es un profundo
odio a la democracia.”
Denis Moynihan colaboró en la
producción periodística de esta columna.
Texto en inglés
traducido por Fernanda Gerpe y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org ©
2010 Amy Goodman |
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