Mario Silva, incluso, le recomendó a Samán que se lanzara de candidato presidencial para que compitiese con Chávez; recomendación o insinuación fuera de lugar, puesto que en ningún momento al camarada Samán se le ha escuchado palabra que lo comprometa con una aspiración de ese tipo.
La soberbia, prepotencia y endiosamiento del señorón no fue tan dramática por lo risible de la introducción para excomulgar a Samán. El Súper Chavista de la noche habló de un Samán que se dejó llevar por el egocentrismo. ¡Coño, mayor vaina! El Mega Silva del proceso acusando a otro de egocéntrico. Hasta el propio Amorín se quedó patitieso y boquiabierto en ese momento. Debe haberse reído por dentro.
No me sorprendió la negativa del Súper Revolucionario Silva de darle la oportunidad a Samán de aclarar algunas dudas. El Mega Chavista que se autocalifica como hombre crítico nunca ha pasado de criticar a los militantes de bases, a algún concejal, es posible que a un Alcalde de un lejano municipio o a algún funcionario medio pero que antes haya pasado por la crítica del propio Chávez.
Recuerdo que hace algunos años, una noche de Hojilla, Mario Silva, al final de su programa, se sumó a las denuncias que se daban en Margarita en ese entonces, respecto a un crédito que se había otorgado a una empresaria para construir un hotel metido en la mar, usando a cooperativas para no tener trabajadores y violentando la vida de los pescadores.
¿Te recuerdas, Mario Silva? Ah, Chana Hoteles. Debo reconocer que el tiempo impidió al moderador de la Hojilla concretar la denuncia, pero prometió que la noche siguiente le iba a meter diente a la vaina.
En Margarita, esa noche siguiente, La Hojilla tuvo audiencia total. Pero pasaron las horas y no hizo mención de la denuncia. Y pasaron más noches, y nada. Siempre se dijo que tras la aprobación del crédito a esta empresaria y su grupo estaba un alto funcionario del gobierno. Y Súper Silva optó por el silencio alcahueta.
El crédito siguió adelante, el Hotel se construyó y fue inaugurado con bombos y platillos, teniendo como invitada especial a Marta Colomina.
Tiempo después, en el gobierno se dieron cuenta del guiso y solicitaron a la empresaria y su grupo que devolvieran el dinero del crédito. Más tarde la empresaria murió y su hijo y socio, por el mismo asunto del hotel, pasó ser buscado por las autoridades, incluso por Interpol.
Pero Súper Silva calló en el momento de impedir que ese dinero se perdiera.
La respuesta de Súper Chavista sigue siendo la misma: acusa de contrarrevolucionario a todo aquel que opine distinto a Chávez. Lo ha hecho de manera grosera con el camarada Jerónimo Carrera en más de una oportunidad. Lo hizo de modo insultante con el PCV y otros movimientos sociales que protestaron la presencia de Uribe en Venezuela; pues, según el Mega Bolivariano había que calárselo porque era invitado del Presidente.
Arremetió desde su Súper Militancia revolucionaria contra los intelectuales que hablaron en una oportunidad del hiper liderazgo de Chávez. Allí puso en el papel de contrarrevolucionarios a gente como Luis Britto García, Vladimir Acosta y otros.
La misma etiqueta lanzó contra aquellos que hicimos críticas a la entrega de Pérez Becerra al gobierno fascista de Colombia. Igual acusación lanzó más de una vez contra la camarada Lina Ron.
Para este Súper Revolucionario, el camarada Chávez es una especie de Dios infalible. Repito lo escrito en otras oportunidades: Chávez es el líder de este proceso, nadie le discute ese liderazgo. Sin Chávez, la revolución no tiene futuro. Chávez es el alma del proyecto bolivariano.
Pero no es Dios.
Y recuerde, Señorón Silva, quien se equivocó con Miquilena, Rosendo, Ismael García y otros fue Chávez. Coño, entonces, no es infalible y si le meten gato por liebre.
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