Mente desbordada, Numa Molina, la CEV, Indonesia y autos incendiados

A veces se nos desborda la mente cuando en ella se concentran el modo de pensar de un sacerdote honesto como el también colega Numa Molina, lo que ha venido haciendo esa gran transnacional llamada Iglesia Católica en todo el mundo, su acumulación y la mediatización de los seres humanos, que dejan al más tonto tan sacrificado como lo que hicieron con el propio Jesús.

Siempre en la onda en la que vienen siendo escritas algunas palabras, debemos decir que ninguno de los que integran la Conferencia Episcopal Venezolana, han sido capaces de pensar en la gente y acercárseles a las personas como lo hemos apreciado en Numa Molina, con un don de palabra que lleva amor, fe y esperanza.

Escuchar a alguien de la CEV es sentir como si una carga de energía negativa nos cayera encima, porque nada de lo que suelen decir sus miembros se acerca a Dios; parecieran, fundamentalmente, ser miembros de alguna organización política en vez de ser integrantes de un conglomerado religioso como la Iglesia Católica.

Algo así como lograr entender, totalmente, ese video que me envió un apreciado colega sobre la actual calidad de vida que se desarrolla en Indonesia que, presuntamente redujo el delito al aplicar leyes muy severas a los delincuentes. Todo puede ser posible. Por supuesto que una gran parte de la población estaría de acuerdo con la aplicación de leyes severísimas a quienes cometan delitos que impactan cruelmente a la ciudadanía.

Creo que una de mis sobrinas estaría de acuerdo con ello. El jueves 31 de marzo, a las 3 de la madrugada, mientras dormía intentaron robarle su auto y como no pudieron hacerlo, pues le incendiaron el vehículo. Son situaciones intolerables que vulneran mucho a las personas. La pérdida de su auto aumentará las dificultades en la obtención de su Doctorado. Esto ocurrió en la calle Ayacucho de Macuto, estado Vargas. Este, fenómeno, Cicpc, lo están repitiendo en el Litoral.

Otra sector poblacional, si bien comparte la idea de fuertes sanciones, también está a favor de luchar por la paz y los derechos humanos, aunque algunas organizaciones que dicen defender los derechos humanos en Venezuela, parecieran inclinarse a la defensa de quienes violan las leyes y hasta parecieran disfrutar el hacerle daño a los demás, una locura política o como decía el escritor Galeano, "El mundo al revés".

Es como ejemplarizar diciendo que todas esas organizaciones de derechos humanos serían tan malas como algunos humanos, o que todos los sacerdotes pertenecen a cúpulas como la Conferencia Episcopal. No es así.

Hay tiempos buenos y malos y no estamos precisamente viviendo tiempos mejores, por cuanto si se nos ocurre pensar en la televisión –carente hoy día de verdaderos creativos- solo recordamos que hasta el domingo de resurrección, ocasión en la que los venezolanos queman a Judas, uno de los canales transnacionales transmitió una historia clásica de esos días, con Yul Briner en su papel de faraón perseguía a los judíos que guiaba Charlton Heston asumiendo el rol de Moisés.

Esas son películas que tienen más de medio siglo y como se ve, lo único que ha cambiado en la televisión venezolana son, exclusivamente, los rostros porque los errores continúan. Si alguien revisa lo que colocan los responsables de los generadores de caracteres, observaremos los horrores.

No lo es todo.

Tves, por ejemplo, reproduce a Venevisión, lo cual es lamentable porque no hay creatividad, solo gritos y un mal sentido de lo que es la diversión. No hemos visto en Venezolana de Televisión, valga el ejemplo, un programa de conocimientos, de calidad, con participación de esa amplísima gama de estudiantes que tiene el país, donde concurran desde la Escuela Básica, pasando por la Media Diversificada, Escuela Técnica y universitaria. Apenas transmiten por Televén una franquicia del programa inglés ¿Quién quiere ser millonario?

No todo es malo y por ello ha que reconocer el trabajo que hacen canales como Conciencia, Colombeia y Telesur aunque este último -igual que otros canales- enfatiza en la repetición o la ubicación de programas que valen la pena ver horarios donde la gente duerme. La televisión venezolana requiere de mucha imaginación, creatividad y calidad.



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Pedro Estacio


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