Desglosar este escabroso tema, que tiene tantas raíces, no deja de ser complejo a través de una cuantas líneas, sin embargo hay elementos por demás visibles que no escapan al ojo acucioso de quien no se deja engañar tan fácilmente, por quienes pretenden así hacerlo, en este caso a través de las redes sociales, para acortar la distancia entre quienes apoyan al proceso revolucionario que vive el país, y aquellos que lo adversan, lo odian, y desean que se desplome, de una vez por todas, o cuanto antes.

La oposición venezolana desde que surgió la revolución siempre ha tratado de resquebrajar sus bases, sus fortalezas, y para ello ha hecho uso de las mil artimañas, sin importarle, incluso, causarle un grave daño al país, y por ende al pueblo en su conjunto, que se concentra, como todos sabemos, en los grupos familiares.

Desde luego, la ultraderecha no juega carritos ni opera solitariamente. Se ampara detrás del poder económico, pero sobre todo del propio imperio, que la financia y le dicta las pautas a seguir.

Por ello a lo largo del tiempo hemos podido notar que esa oposición extremista ha hecho uso de todo aquello que esté a su alcance para enfrentar, como lo hizo primeramente en el pasado, al gobierno del presidente Hugo Chávez Frías, y ahora lo hace, incluso, con mayor desparpajo y frenesí, en contra de quien ocupa a Miraflores, que no es otro que el presidente Nicolás Maduro, y no Juan Guaidó, como se ha querido hacer ver.

Remontándonos en el tiempo recordamos perfectamente que uno de los elementos que uso la extrema derecha en el gobierno de Chávez fue aquel falso positivo que pretendió hacer creer que los hijos menores de cada hogar le serían arrebatados a sus legítimos padres por las fuerzas públicas del Estado, para adoctrinarlos en defensa de la revolución.

En aquel momento esta perversa estrategia comunicacional cobró fuerza, pues más de un hogar en Venezuela comenzó a sentir terror ante semejante amenaza. Incluso, muchas madres y padres de familias alzaron sus voz para hacer ver que primero muertos ellos tenían que permitir que sus "cachorros" les fueran arrebatados.

No es mentira que ese elemento perturbador, que se utilizó en aquel momento, causó el efecto deseado. Las Redes Sociales se encargaron de empoderarlo ante la opinión pública en general.

Había terror, pero al mismo tiempo, una rabia contenida, hasta más no poder, en quienes se sentían amenazados por algo tan fuera de lo normal y tan canallesco.

El gobierno en ese instante debió tomar las previsiones. Sus voceros sin pensarlo dos veces se vieron en la necesidad de salirle al paso a semejante mentira. Igual debieron usar las Redes Sociales para desmentir el disparate.

Así pues que hoy en día esos medios alternativos se han convertido en el vehículo perfecto no solo para engañar, sino también para agredir, como lo acaba de reconocer el periodista y escritor internacionalista, Ignacio Ramonet, a través de una Conferencia que acaba de dictar sobre ese tema, junto a Comunicadores Alternativos, que asistieron al evento, que también fue transmitida vía on line.

Un elemento que acaba de utilizar la mediática opositora para contrarrestar al gobierno y defender al mismo tiempo los intereses de Estados Unidos, ha sido la vacuna rusa Sputnik V.

Desde el mismo momento que la novedosa vacuna apareció en el mundo, para contrarrestar al Covid-19, la ultraderecha hizo uso de todas sus capacidades y herramientas para desprestigiarla, claro está andaban dolidos y aún lo están, dado que fue Rusia el primer país en el mundo en descubrir un fármaco capaz de neutralizar a la terrible pandemia que está diezmando considerablemente a la población mundial.

De inmediato, esa oposición extremista que opera en Venezuela, enfiló sus baterías en contra del gobierno del presidente Maduro, por cuanto se supo que la tercera prueba que iba a determinar la eficacia total de esa vacuna se iba hacer con venezolanos que gustosamente se ofrecieron para el ensayo final.

La Sputnik V, a partir de ese momento, se convirtió en un elemento político, esta vez ya no solo para contrarrestar el éxito alcanzado por Rusia con tan importante descubrimiento, sino que fue usada para mal poner y contrariar al propio gobierno del presidente Maduro.

Aún cuando son culpables de la crisis que afecta al país, al pedir casi a diario mayores sanciones y que se arrecie el bloqueo, la oposición siempre ha querido hacer ver que la escasez de alimentos, de medicinas y de otros importantes insumos que requiere el país escasean debido a la responsabilidad exclusiva del gobierno revolucionario.

El último elemento que comenzaron a utilizar los reconocidos bárbaros extremistas de la oposición, como punta de lanza, ha sido el conflicto que tiene Venezuela en puerta con Guyana por el Esequibo.

Se han escritos sandeces y barbaridades en contra del propio presidente Maduro en torno a este tema, como si el gobierno no estuviese haciendo nada para evitar que ese importante territorio no le sea despojado a Venezuela, como se pretende y alienta el propio imperio para que eso ocurra, junto a países lacayos que le lamen las botas.

Lo inexplicable es que la oposición incita a diario al imperio, como todos unos traidores de la Patria, para que nos impongan mayores sanciones, incluso, piden alocadamente una invasión, que pudiera dar con el traste de la República, pero al mismo tiempo pretenden hacer ver que son patriotas.

No hay duda que el periodista Ramonet tiene plena razón cuando incita a los Comunicadores Alternativos de este país a crear un frente y que se preparen debidamente para manejar de la manera más efectiva las redes, a los fines de enfrentar esos mensaje mediáticos que están siendo promocionados por la ultraderecha, que sigue deseando llegar al poder a la fuerza.