“A mi no me gusta la gente que es muy
chavista. Incluso, les tengo miedo”.
Earle Herrera
Ya Miguel Ángel Rodríguez, de Phelps-Granier TV, no perfuma el estiércol, sino que lo lanza directo y con toda su porquería, pretendiendo encochinar las virtudes del proceso bolivariano.
En su último programa con Luis Ignacio Planas, del partido Copei, asoció incluso a Chávez con Hitler, y comparó a la revolución bolivariana con el fascismo italiano, videos de por medio. Cuando hablaron del asesinato de Julio Soto en Maracaibo, enseguida esgrimieron que “esto no ocurría en el país”, y que “todo se debe al clima de inseguridad reinante en Venezuela”.
Por eso insisto en que ya basta de un canal 8 (VTV) “apendejeado”, y dedicado sólo a la propaganda “oficialista”, y no atrincherado para contrarrestar la perversión comunicacional del enemigo. Creo incluso que José Manuel Coa (narrador de noticias de VTV) “se pasó”, cuando en entrevista al ministro del Interior aludió a Soto como protagonista de la violencia anti-Chávez en el Zulia, dándole a Miguel Ángel y a toda la jauría reaccionaria de la mediática opositora (Leopoldo Castillo, Nítu Pérez Osuna, Nelson Bocaranda, Idania Chirinos, Norberto Maza, Marta Colomina, Mingo Blanco, Marianella Salazar, Napoleón Bravo, Charíto Rojas, Aymara Lorenzo, Róger Santodomingo, María Elena Laváud, Luisana Ríos, Pedro Penzini Fleury, Kico Baustista, Ybéyise Pacheco, Raúl Ballesteros, Isa Dobles, José Vicente Antonetti, Mackie Arenas y William Echeverría), el mejor de los bocados para seguir vomitando su odio contra el gobierno.
Chávez, al contrario, encarna la antítesis de lo que és el fascismo; si no, cuando regresó al poder el 13 de abril de 2002 hubiese arrasado con todos sus enemigos y reescrito la historia para ponerse a resguardo de una condena. Así lo hicieron Hitler y Mussolini; pero también por estos lados Somoza (Nicaragua), Pinochet (Chile), Trujillo (República Dominicana), Stroessner (Paraguay), Videla (Argentina), Bordaberry (Uruguay) y Duvalier (Haití), con la bendición, por supuesto, del Tío Sam. Pero también lo hicieron aquí, en Venezuela, ayer, J. V. Gómez, y recientemente, Carlos Andrés Pérez en 1989: Con el Ejército en la calle y los cuerpos represivos sembrando el terror, acabó en cinco días con la protesta de un pueblo obstinado de la mentira de la “democracia perfecta”.
Chávez más bien salió con un crucifijo, pidiendo perdón él, en vez de los golpistas. Y después lo esperaron en la “bajadíta”: Como se puso demasiado buena gente, reincorporando incluso a los demonios de PDVSA, y clamándole a Cisneros, Granier y Ravell que se “besuquearan” con él, volvieron estos “bichítos” y nos clavaron el paro criminal, el sabotaje petrolero, las guarimbas, la limpieza étnica y la neurosis colectiva más terrible que haya podido sufrir país alguno; prohibición de comida incluida.
Pero para Miguel Ángel Rodríguez el fascista es Chávez. Y mientras…; el canal televiso de nosotros, el de mayor alcance nacional, se pierde en adulancias, propagandas y entrevistas fastidiosas (todo el tiempo declaran los mismos ultrachavistas de siempre), en vez de revolcar la conciencia de los venezolanos con análisis, videos, contrarréplicas, foros abiertos y noticias candentes sobre la perfidia opositora, sin pararle mucho a las prohibiciones de Conatel.
Yo siempre me pregunto: ¿Dónde está escondido el cineasta Ángel Palacios, héroe de la contraofensiva cultural bolivariana, que jamás lo veo en VTV?... Al respecto, hay que felicitar a Blanca Eckhout y a toda su gente de Vive TV, por la excelencia demostrada en este asunto.
Sólo viendo Vive TV, es que uno se dá cuenta que M. A. Rodríguez, y toda esa sarta de manipuladores señalados arriba, son una “plasta”. (Y que me perdonen mis lectoras “escuálidas”).
(jesusmezadiaz@yahoo.es)
