Resulta extraño que trabajadores
periodistas de empresas mediáticas, sostengan que algunos artículos
en la nueva Ley Orgánica de Educación coartan su libertad de
expresión, cuando lo que se reglamenta es el uso del medio, no de las
actividades de sus trabajadores. A menos que estos trabajadores sean
especialistas en manipulación de la conducta humana, por lo que
estarían expuestos a quedarse sin empleo Pero en todo caso no sería por
el ejercicio de la libertad de expresión
Pareciera más que bien que L.O.E fortalece los principios y la ética de la profesión del periodista como reza en su Art.8:
“Los
medios de comunicación como servicios públicos son instrumentos
esenciales para el desarrollo del proceso educativo y como tales,
deberán cumplir funciones informativas, formativas y recreativas que
contribuyan con el desarrollo de valores y principios establecidos en
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y esta Ley,
así como conocimientos, desarrollo del pensamiento crítico y actitudes
para fortalecer la convivencia ciudadana..”
HISTORIA CONOCIDA…
Es
conocido y comprobado que grandes medios de difusión masivo son
instrumentos de dominación del Imperio y, por supuesto, de sus socios
minoritarios, las oligarquías nacionales, y a la vez maquinarias de
control ideológico. En este orden los periodistas que laboran en dichos
medios son uno de los engranajes de esa maquinaria, trabajan para
grandes corporaciones, son empleados de ellas, son entrenados en los
métodos de manipulación, saben de los engaños a que son sometidos los
individuos; y por tanto cómplices de esa maquinaria. No son
independientes, ni pueden ejercer ninguna ética, pues están sometidos
a rígidos controles por parte de los dueños de los medios, y éstos
últimos pueden ser de la propiedad, incluso, de varias corporaciones
que no tienen nada que ver con los medios de difusión, como lo son las
grandes corporaciones industriales, mineras, de hidrocarburos, etc.
Si
a todo esto le agregamos que los propietarios de estos medios son
miembros de los grupos dominantes de la sociedad, cuyos intereses no
coinciden con la mayoría de la población, vemos como el periodismo
que expresan los intereses de esos grupos –como ha ocurrido bajo
dictaduras en: Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y hoy
Honduras–, se aleja cada vez más de una información veraz, oportuna e
imparcial que es el principio de la libertad de expresión.
Es
ese el resultado de aquellas empresas de comunicación privada que en
un sistema capitalista como el nuestro, pretenden apropiarse del
imaginario de la sociedad manipulando las noticias que ocupan la
mayor atención.
carmentravieso@gmail.com