Así lo sugiere el célebre filósofo italiano Umberto Eco ( La Nación , 2 de Mayo de 2004) al argumentar que si bien es cierto que los medios de comunicación masivos tienen la potencialidad de controlar “el mensaje” y “ejercer influencia sobre la opinión de los usuarios y hasta directamente moldear su conciencia”, la diversidad socio-cultural del público ha hecho que la lectura de este mensaje no sea siempre homogénea, sino que pudiera mas bien “chocar contra situaciones locales, con distintas disposiciones psicológicas y deseos, y producir un efecto boomerang.”
Umberto Eco, señala que estas situaciones, disposiciones y deseos pueden ser activadas mediante una “guerrilla semiológica”, o como bien ha sido definida en Venezuela , una Guerrilla Comunicacional.
La Guerrilla Comunicacional no es mas que, en palabras de Eco, “una serie de intervenciones y actuaciones producidas, no desde el sitio de partida del mensaje, sino en el lugar al que llega, induciendo a los usuarios a discutirlo, a criticarlo, a no recibirlo pasivamente.”
La reflexión de Eco sobre la reacción del público español como acto de Guerrilla Comunicacional ante el mensaje transmitido por algunos medios de ese país tras el ataque terrorista del 11-M de 2004, y que tuvo las repercusiones políticas conocidas, podría muy bien extrapolarse a la experiencia vivida en Venezuela el 13 de abril de 2002.
“La gente entró en movimiento; miraba la televisión y leía los diarios, pero al mismo tiempo cada uno se comunicaba con los demás y se preguntaba si lo que decían los medios era cierto… Internet permitía la lectura de la prensa extranjera, y las noticias podían confrontarse y discutirse… Con el correr de las horas, se formó una opinión pública que no pensaba ni decía aquello que la televisión quería hacerle pensar.”
Precisamente, cuando en abril de 2002 la oligarquía fascista pretendió justificar el golpe de Estado a través de sus medios de comunicación alienando a la sociedad venezolana con un mensaje que presentaba al “rééégimen castrocomunista” enviando a sus “pistoleros” a masacrar a los manifestantes antichavistas de una “marcha pacifica”, se encontró con un frente de resistencia en el pueblo Bolivariano que no estuvo dispuesto a ser influenciado por esa campaña de mentiras y que los enfrentó con una Guerrilla Comunicacional que contuvo el avance fascista a través de la difusión de información veraz por medios tradicionales e informales, internet y telefonía celular, que coadyuvó de manera determinante al derrocamiento de la breve dictadura de Carmona.
A ocho años de la Revolución de Abril, el desarrollo y activación de trincheras de Guerrilla Comunicacional contra la dictadura mediática, es una tarea ya impostergable.