Con el nacimiento de las grandes Misiones, el Presidente Chávez ha planteado la necesidad de transformar de forma eficiente y con rigurosidad científica los principales problemas desde la propia razón estructural de sus causas, en la conciencia clara de que no es posible una solución de impacto desde el Estado Burocrático actual.
La Gran Misión AgroVenezuela y Vivienda Venezuela pretenden sobre la base de los principales problemas que aquejan a nuestros ciudadanos, ofrece una alternativa viable y planificada para alcanzar la soberanía agroalimentaria y superar el déficit habitacional, entendiendo que cada Gran Misión debe acompañar la política en una interacción permanente entre el Estado y la comunidad organizada en una especie de sinergia que permitan la consecución de los objetivos planteados.
Sin embargo en estas dos Grandes Misiones, uno de los aspectos a considerar es la gran inversión económica que sobre la base de los recursos públicos resulta necesaria, en una sociedad que arrastra los problemas originarios de la sociedad rentista, además con las consecuencias dadas en los términos ideológicos del Estado paternalista, o en lo que se planteara en un grano de maíz en el artículo titulado “dame una casa, también un sentido”, aunque debiera dirigirse su postulación a “construyamos una vivienda, también un sentido”.
A la vista de este panorama, pensamos en la misión trabajo como el esquema fundamental de la transformación económica necesaria para la construcción del socialismo, dado que es la oportunidad de presentar una propuesta alternativa al Estado empleador o a la propuesta capitalista de incentivos para el empresario generador de fuentes de empleo, ante tales escenarios no es posible dar la estocada final al problema del desempleo, que debe acompañarse en una política cohesionada de manera conjunta con ese 44% del sector empleado que participa en la economía informal.
Resulta necesario proponer un verdadero esquema de transformación económica, principalmente en la proposición de una economía solidaria para el desarrollo local, que permita a través de la inversión incrementar el aparato productivo, engranando en un primer plano toda la cadena de producción y comercialización de los insumos necesarios para apalancar las otras dos Grandes Misiones, que en la coyuntura actual son las necesidades fundamentales a satisfacer.
Al respecto la misión trabajo transversalmente debe ir acompañada del componente de formación técnica, al mismo tiempo del componente ideológico, con una articulación permanente con los centros de investigación, desarrollo e innovación, donde las Universidades del país juegan un papel fundamental, especialmente las Universidades Politécnicas Territoriales, por su concepción geopolítica, y en consonancia con lo propuesto por los planes de desarrollo en sus distintos niveles así como la consideración geo-estratégica de los distritos motores de desarrollo.
La misión trabajo es una oportunidad dorada para incrementar las variables que influyen en la valoración de la Economía Social en la estructura económica venezolana.
"El capital es trabajo muerto que, al modo de los vampiros, vive solamente chupando trabajo vivo, y vive más cuanto más trabajo chupa”. Karl Marx .
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