Algunas cifras son bastante reveladoras. En esta década han disminuido los índices de desigualdad social; en 2002, por ejemplo, 20% más rico de los venezolanos obtenía 54% del ingreso nacional, mientras que en 2008 ese mismo 20% se apoderó de 46,7%, es decir, que bajó 7,4%; la situación de la mayoría, y entre ellos de 20% más pobres, mejoró sustancialmente. Hace 10 años, en 1997, la pobreza era de 54,5%, en el 2002 había subido a 62,1%, pero el año pasado estaba en 31,5%, y la pobreza extrema pasó de 28,8% en 2000 a 9,1% en 2008.
En el Índice de Desarrollo Humano (IDH) se refleja este mejoramiento de la vida de los más pobres, subir de 7 puntos e incrementarse la expectativa de vida de los venezolanos, son producto de la mejora de la mayoría de los servicios asistenciales y médicos, de la educación y de la alimentación. Deben añadirse la erradicación del analfabetismo reconocido por la Unesco, y que la inversión en educación con 6,8% del PIB duplica las metas de la misma Unesco. Seguridad y vivienda son asignaturas no aprobadas.
Pero en estos diez años ocurrieron hechos que perturbaron ese proceso de mejoramiento de las condiciones de vida de los más pobres. Uno fue el golpe de estado de abril 2002, derrotado por la acción coincidente de la Fuerza Armada y la movilización popular, y el otro, el paro-sabotaje de 63 días, dirigido a derrocar al gobierno, a obligar a Chávez a renunciar, a adelantar las elecciones o a que él mismo convocara a un referendo revocatorio.
Hubo tres poderosos factores que lo impidieron: uno, que el gobierno rescató el control de la industria petrolera y les ganó la batalla económica; dos, que pese a la conspiración en esos dos meses no lograron que se alzara un solo cuartel ni una compañía, y lo más importante, la escasez de tantos productos de consumo masivo, del transporte, que pensaron generaría explosiones sociales, el pueblo, muy consciente de lo que pasaba, desafío esas carencias y permaneció fiel, firme, digno frente a esas contingencias.
En cualquier circunstancia, cuando se haga el balance de esta década, nadie podrá obviar ni cuanto se ha hecho por los pobres, ni cuánto han hecho, factores de poder dentro y fuera del país, por impedirlo.
Esa batalla está otra vez planteada el domingo 15.
Numeritos de la crisis
La crisis económica en Europa la vi muy cerca, en papel de periódico. Les ofrezco un resumen de las noticias y opiniones leídas en estos días en Santiago de Compostela. Comenzaremos por el consumo con tarjetas de crédito en España.
En 2007 el porcentaje de compras fue 12,99%, en el 2008 bajó a 6,60%. Existe un millón 100 mil viviendas nuevas sin compradores, lo que hizo que redujeran sus precios en 40% y se cree esa merma llegará a 50%. En la Unión Europea calculan que el paro llegará a 19% este año. La OIT estima en 50 millones de desempleados más que los habidos en 2007, para totalizar 230 millones en todo el mundo. De 5,8% del PIB en España, bajó a 4% en 2006, a 0,8% en 2008, pero su último trimestre fue de menos uno coma uno, y por ahí siguió.
El Fondo Monetario Internacional lleva a 1,65 billones las pérdidas del sector financiero, pero no dice en cuánto ayudarán los gobiernos a solventarla. Considera que España e Italia serán los países con más dificultades para recuperarse.
El PIB mundial llegará a 0,5% este año, en el Reino Unido a -2,8 y en Japón a -2,6; en España será de 1,7 (-2,1 en Italia), pero en el 2010 seguirá la crisis en ambos países: tendrán un PIB de ¡menos cero uno! Los de más estarán recuperándose. En 2010 China tendrá crecimiento de 8%, India 6,5% y Brasil 3,5%, según el FMI puntean entre las economías más desarrolladas. The Economist pronostica para España que "el impacto social de la recesión llegará a su plenitud después del verano, cuando una primera oleada de parados se quede sin prestación por desempleo".
Comenzarán a sentirse las protestas entre los trabajadores, tal como ocurrió el jueves en Francia con un paro que no se veía desde hacía años. España está tan afectada que le pidió fondos a la Unión Europea para atender los daños del reciente temporal. Con todo, América Latina estará en mejores condiciones para superarla, aunque será muy afectada por la baja demanda de materias primas. Petróleo incluido.
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