Uno de los impulsores de la colonización en África, Cecil Rhodes, tuvo la precisión de ligarse a los británicos para expandir sus negocios en esta región hasta llegar al Congo donde tuvo una alianza con el rey Leopoldo II de Bélgica y constituirse durante veinte y tres (23) años en su finca privada para favorecer a los belgas. En ese tránsito, la Iglesia Católica Romana se convirtió en la gran institución de la Europa Occidental y, mediante concilios y edictos papales controlo el desarrollo de su vasto poder en las tierras germánicas y las islas del Mediterráneo, también se extendió la venta de bulas e indulgencias para quien pudiese pagar y ser perdonado por las sangrientas batallas desarrolladas en lo que es la vieja Mesopotamia, Europa y el norte del Continente Africano. La popularización de las ideas cristianas con los pensadores de la Grecia antigua decantó en un gran movimiento que dio paso a una burguesía radical que con sus galeones se dieron al contrabando y conformar empresas agrícolas y mineras en el nuevo mundo.
La especulación inmobiliaria, prostitución y los sobornos eran unas prácticas usuales entre los emperadores y conquistadores de la época y su mayor parto era batallar en Carras( Turquía) por el acceso a las fuentes energéticas que le daban sustentación de poder a través del oro fundido y Atenas, solo era una ciudad de paso hacia Roma, donde los jueces vendían sus votos para provocar conjuras políticas y el desprestigio de cualquier rival político, en este sentido, proliferó la figura del delator, encargado de lanzar acusaciones o de ocultar informaciones comprometidas a cambio de cuantiosas cantidades de dinero.
Los testimonios de clonación política y de corrupción se encuentran muy pronto en las antiguas civilizaciones de Mesopotamia y La India Sumeria y Babilonia eran los lugares para la actuación o favor del gobierno en la región. Francia, siempre cerca al dialogo para obtener cuotas de poder, aportaba sus ideas políticas teniendo a su lado a grandes filósofos de la época. España, Italia y Francia presenciaron ante sí el desarrollo del Capitalismo en la Edad Moderna y la llegada del primer Estado liberal con la regencia de María Cristina, esposa de Fernando VII busco equilibrar los estratos políticos y la economía de guerra desatada por élites imperiales que se alimentaban de América, África y el oro sacado de Turquía, Siria e Irán.
El candidato opositor, Enrique Capriles Randosky no solamente buscaba clonar su programa de gobierno con lo planificado por el Generalísimo Franco que estuvo guerreando en África, sino también asumió aportes del programa bolivariano para encauzar a las masas de votantes venezolanos a la vieja usanza itálica y despertar un gobierno de tecnócratas al mismo estilo del Opus Dei y donde la figura presidencial solo constituiría un simbolismo desviado de la simbiosis entre nuestro presidente bolivariano Hugo Chávez Frías y la ya legendaria figura del fascismo español representada por José María Aznar y Rajoy. El mundo político tuvo grandes períodos de corrupción que iban creando inestabilidad en la vida política de aquellas potencias y que generaron grandes sistemas de corrupción y determinaron crisis en la estructura del sistema reinante y donde el contrabando en los galeones era natural y aceptado por los monarcas y todo se repartió, desde tierras hasta minas, dejando a los Estados Unidos fuera, por sus problemas de confederación de Estado y que le hacía ver muy débil por sus luchas internas.
Tras, estas opiniones podemos deducir que el aintipartidismo de Primero Justicia describe una mano detrás de la figura de Julio Borges y su grupo de paninos que solo desean participar de las gracias de los países que integran la OTAN. Maquinaria de guerra que resume a los filibusteros de la muerte y, solo nos resta cuidarnos de estos clones de la política que desean revivir el pasado.
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