A pesar de la conducta eufórica, con matices de sadismo y frustración de algunos guarimberos y guarimberas, quienes en arrebatos de violencia extrema comenzaron a trancar calles y avenidas con las bolsas de basura y cualquier otro tipo de inmundicias, incluso de sus mismas comunidades, urbanizaciones y conjuntos residenciales, hay que considerar este tipo de práctica como una verdadera cobardía e ingenuidad. Digo esto porque desde todos los puntos de vista y tratando de justificar cualquier propósito, es absurdo y ridículo pretender tumbar un gobierno colocando una barricada con bolsas de basura en las calles de la comunidad, las urbanizaciones o conjuntos residenciales y avenidas.
Entonces desde este espacio le decimos a los guarimberos, guarimberas y a los vecinos incautos, que esta lucha de barricadas tiene muy poca o ninguna posibilidad de lograr éxito en el intento de derrocar el gobierno legitimo de Nicolás Maduro. De allí que trancar las calles, colocar barricadas con cualquier tipo de materiales, con alambres de púa, alambres liso y guayas, quemar sedes de instituciones públicas y privadas, no es más que una triste y vulgar ingenuidad.
Peligrosamente, después de la primera etapa de quema de la basura en calles y avenidas por parte de los guarimberos, apoyados por familias y vecinos incautos, se dio inicio a la segunda etapa, que era reforzar las barricadas con hierros pesados, madera, sacos con arena, alambres y cualquier otros material que sirviera para impedir el paso a los vehículos, motocicletas, inclusive personas. Nadie entra nadie sale, era la consigna de los perversos, quienes encerrando y secuestrando a familias enteras, con sus niños, sus padres, madres y abuelos, le cercenaron sus derechos de libertad, libre tránsito, derecho al trabajo, derecho a la educación, comprar comida, medicinas, asistencia y consultas médicas. A través de sus rostros encapuchados, los guarimberos mostraron los dientes de la violencia y con sus conductas manifiestas de odio, empezaron a atentar contra esos mismos vecinos, esas familias incautas que al inicio apoyaron con basura, luego con muebles viejos, neveras, cocinas, colchones vieja y cualquier otro cachivache, que reforzara la barricada.
Resulta que muchas familias de algunos barrios, urbanizaciones y conjuntos residenciales de esta ciudad cordial están atrapadas en sus propias barricadas. Están entrampados, porque ellos mismos ayudaron a colocar esas barricadas y ahora están encerrados en sus círculos de odio. Si ellos mismos quitan las barricadas, van a aparecer como los cobardes, perdedores, fracasados y derrotados y si no las quitan, entonces seguirán encerrados en su propia trampa, en su propia mentira y vociferando que el régimen, los tiene secuestrado, vaya que cinismo y falta de cultura política.
Ya todo está claro. La derrota de los fascistas, de los guarimberos y de las barricadas, en inminente. No hay ninguna posibilidad de éxito en el intento en derrocar a la autoridad política del Estado. Están derrotados, guarimberos y guarimberas fascistas, ya la dimensión de su absurda lucha está siendo rechazada por la mayoría del pueblo venezolano, inclusive de sus propias partidarios. La Intensidad de su absurda lucha se está apagando y el nivel de compromiso ya comienza a recular y solo vemos en sus barricadas a individuos violentos y de conducta asesina. Los objetivos de sus absurda lucha jamás serán alcanzados porque el pueblo lo que realmente quiere es paz. Todos queremos la paz, el gobierno, todos los sectores del país, solo una minoría quiere la violencia. Llego la hora, quita tu barricada, relájate y respira con la patria. Paremos la violencia y construyamos la paz.