Las guarimbas, orquestadas desde la extrema derecha para crear caos y zozobra en Venezuela, fracasaron al nacer. Método favorito de la oposición, las guarimbas intentaron dar un zarpazo a la institucionalidad para desconocer el estado de derecho e instaurar un gobierno de facto en el país. Claro ilusiones de fascistas pues sabemos que un golpe de estado lo dan los militares quienes poseen las armas.
La torpeza opositora le ha costado el repudio de la colectividad y la pérdida de credibilidad si alguna vez la tuvieron. Jugar al los buenos y malos, no les ha resuelto problemas ni les ha permitido acceder al poder que tanto ansían y que cada vez se aleja más de sus predios. No es raro que los focos de violencia generados sean justamente en municipios opositores. No es ético afirmar que sus acciones son pacíficas. Basta con visitar los sitios donde levantan barricadas y cerciorarse de la violación de los derechos constitucionales a que someten a sus vecinos y a la población en general.
Para la derecha, acudir a una mesa de diálogo resulta preeminente pues intenta oxigenar una posición política desgastada por sus torpezas y sus intereses miserables. Aun con la mediática nacional e internacional mintiendo descaradamente, con sus campañas de falsedades y sus lamentos de plañideras no han obtenido resultados que favorezcan sus ambiciones. Dialogar implica la búsqueda de puntos de encuentro, de lugares comunes para desatar las trancas iniciadas desde la disociación fragmentada de los fascistas.
Los llamados al diálogo no son nuevos, El presidente Nicolás Maduro, reivindicando la pluralidad del pensamiento, ha invitado a reuniones para establecer un puente de entendimiento. Sin embargo, el fascismo se impone y desconoce cualquier intento de entendimiento. Así, corrientes opositoras violentas manejan la política interna y crean caos en algunos estados.
La defensa de la Revolución Bolivariana está garantizada. Las Fuerzas Armadas son garantes de la constitucionalidad y el pueblo venezolano dueño de su soberanía. Jamás volverán.
Sierra Nevada/Mérida