La política no es solo razón, sencillamente porque la vida no lo es.
Quienes dirigen la política “formal” de la Revolución Bolivariana no deben subestimar el poder de la emoción, porque esta es el componente esencial de la percepción y precisamente en la que se afinca la guerra psicológica.
En los seres humanos, el miedo es el componente genético, instintivo que se activa y contagia a los individuos, cuando ven afectado (percepción) su bienestar económico, social, salud física o mental.
Ese es el objetivo de la guerra psicológica actualmente en Venezuela: disparar progresiva y exponencialmente el “miedo social”.
La guerra psicológica busca quebrar emocionalmente al enemigo (el fascismo nos considera enemigos) porque ello anula, bloquea, inhibe la razón; sus efectos son omnipresentes y las causas invalidadas.
Por ello, y para doblegar la base social de apoyo del Gobierno del presidente Nicolás Maduro, es que la guerra psicológica recurre a la escasez, el desabastecimiento, el ataque a la moneda, el dólar de guerra, el sabotaje de los servicios, tráfico vehicular, delincuencia, asesinatos, narcotráfico, etc.
Hoy la guerra psicológica (el fascismo) con el apoyo de los medios introduce un nuevo elemento: intenta sembrar en el imaginario colectivo que este año no habrá “Niño Jesús” por la escasez de dólares y la paralización de las importaciones.
Psicoguerra masiva, global, que no distingue diferencias políticas, sociodemográfica, que busca cambiar el texto de: “Querido Niño Jesús”
Respuesta: creatividad, irreverencia y ¡mano dura, San Nicolás
Nota: artículo publicado en el diario Correo del Orinoco CO1703 con el título “¡Mano dura San Nicolás!” el día viernes 13 de Junio de 2014