Los últimos movimientos del acontecer político nacional vienen demostrando una verdad imposible de ocultar: Las fuerzas que lidera el Comandante Maduro resultaron demasiadas superiores en lo ético, lo político y lo ideológico, a las fuerzas de la oligarquía cipaya. El cipayaje lo único que viene jugando es al efecto erosivo que en las filas de la revolución bolivariana pudiera ocasionar su agresión económica contra el pueblo, implementada desde los tiempos del Comandante Supremo. Para demostrar esta hipótesis vamos a indicar cuatro hechos políticos que dibujan la derrota anticipada de la oligarquía criolla el 6D.
1.-Negarse a firmar el compromiso de respetar los resultados electorales del 6D, cuando se viene pregonando que según sus encuestas están ganando de abuso.
2.-La infame descalificación a que ha sido sometido el alto organismo electoral por los integrantes de la MUD, muchos de ellos electos bajo la supervisión de este organismo.
3.-La etérea campaña electoral de la derecha criolla donde quedan desdibujaos: su mensaje político, su organización y sus candidatos.
4.-Las últimas declaraciones groseramente injerencistas del jefe del Comando Sur yanqui, John Kelly, donde sin tapujos asume la tarea que no puede ejercer el oposicionismo nacional y por la otra, declara que están dispuestos a invadir la patria apenas el cipayaje le haga una señita.
Frente a la debilidad política del cipayaje, el Comandante Maduro debe enfilar muy bien sus baterías sobre la quinta columna roja-rojita, enquistada en todos los mandos del estado y que viene haciendo un trabajo demoledor en las entrañas del pueblo venezolano. Este es el gran enemigo interno que debemos neutralizar para obtener una holgada victoria el próximo diciembre.
