Luego de los resultados de las elecciones este 6 de diciembre, en el cual salió favorecido la oposición, se rumora en la opinión pública, que encabezan como principales aspirantes a la Presidencia de la Asamblea Nacional, dos personeros políticos muy conocidos.
Por un lado se encuentra Julio Borges del Partido Primero Justicia, y por otro lado, Henry Ramos Allup del partido Acción Democrática. ¡Un combito no! Para nadie es un secreto que el resultado de las elecciones es más circunstancial, que de contacto de la derecha con las necesidades del pueblo o de la formulación de propuestas concretas para la mejora de las condiciones de vida del venezolano. Es algo que ellos llaman cambio, pero que en realidad no sabemos, o quizás sí. Tocaría hurgar en la historia contemporánea venezolana y los defensores del neoliberalismo, allí de seguro encontraríamos muchos datos.
Entre algarabía de la victoria y la cortina de humo, de cambio y amor que tiró la oposición, uno no sabe cómo es la riña o el reparto de la torta por la Presidencia y Directiva de la Asamblea Nacional, como normalmente acostumbra la oposición. Ahí está fuerte la cosa, aunque traten de tapar el sol con un dedo, son muchas las agallas, son muchos los dientes afilados.
Pero ambos personeros tienen algo para recordar. Es bueno refrescar la memoria. Basta buscar los videíto del pleno Golpe de Estado en el 2002 y Julio Borges, el mismo Julito conjuntamente con los miembros del Club de amigo Primero Justicia, salían placidos por televisión pidiendo la renuncia del Comandante Hugo Chávez, en pleno proceso de desestabilización y secuestro del presidente constitucionalmente elegido. Él conjuntamente con miembros de Primero Justicia avaló el Carmonazo, convalido de alguna forma abolir los poderes del Estado con un simple decreto. Particular forma de entender y practicar la democracia.
Por otro lado encontramos a Ramos Allup; cuando uno lo ve en televisión, uno no se sabe, si en cualquier momento se desmaya o cae en convulsiones, por una crisis de hipertensión adecoide. Son tan evidentes las ansias de poder, que tira dardos pa´ todos lados; hasta a los de su equipo, que no los perdona tampoco.
No podemos olvidar que Allup, es la máximo expresión de la Cuarta República, del retroceso del romántico neoliberalismo de los 80 y parte de los 90. Lo único que le debemos a esa representación del pasado, fue que lo hicieron tan mal, pero tan mal, que se desbordó el pueblo y surgió el Chavismo.
¿En manos de quién va parar la asamblea? Pregunta interesante cuando se está en juego los intereses de la Republica.
Si es Borges o Allup, eso es como cuando te agarra el chingo o te toma el sin nariz, como dice el refrán popular. Lo más chistoso por no decir trágico, es que ambos son caimanes de un mismo charco, y tienen una forma muy peculiar de ver la democracia y la economía, representan otros intereses ajéanos a los de la patria. Pero ahí está el pueblo pendiente, estamos atentos en las calles para que no se vuelvan locos, para evitar el desmontaje de las conquistas y derechos del soberano. No la van a tener fácil. Ahora más que nunca en la lucha. ¡Y la pelea es peleándola, por Bolívar, por Chávez, por nosotros!...
¡Hasta la victoria siempre!