La Polar y la cara perversa del rentismo

Primero hay que reconocer, que la empresa Polar ha sido más efectiva que la MUD en su intento de meterse en la mente de una parte de los venezolanos. No es muy frecuente ver en lujosas camionetas y en otras no tan lujosas, un "Soy MUD". No es muy frecuente esto, pero si es frecuente ver en esos lujosos autos y también en los que no son tan lujosos: "Soy Polar" y "materia prima ya".

Este posicionamiento ha sido producto de una intensa y costosa campaña por parte de una empresa que según deja ver, está descapitalizada sin una locha para comprar materia prima. Una empresa que práctica y realmente ha amasado una gran fortuna gracias al concurso del Estado venezolano. No hay manera de entender el rentismo y la economía parasitaria sin observar a la Polar. Es el mejor ejemplo de ese perverso fenómeno, aunque luzca como una empresa eficiente y productiva. La Polar es una empresa parasita, pero efectiva ganando con los recursos de otro.

Sería interesante, que estos sesudos que se identifican con "soy polar" se leyeran un par de libros de los que escribió Arturo Uslar Pietri o varios de los artículos que publicó en El Nazinacional, que luego se recogieron en uno de sus libros con el título de Una a otra Venezuela. La Polar es hoy y ayer también, todo lo contrario de lo que Arturo Uslar Pietri expreso con "sembrar el petróleo". La Polar, prefirió vivir del petróleo. Ahí está el origen de la fortuna que ha acumulado la Polar.

Los grandes productores de maíz en Venezuela no deben estar tan ricos como el dueño de la Polar. Los productores de maíz en Venezuela es posible que no tengan propiedades y empresas fuera del país, pero la Polar, que trabaja y hace negocio con el trabajo de los productores de maíz y de otros productos, .tiene sus capitales fuera y sus empresas también. Hoy se vende hoy como una víctima.

II

"Soy Polar, es tal vez una síntoma o una consecuencia de eso que una vez se calificó como generación boba. En una cola, no es imposible oír: el gobierno no deja trabajar a la Polar. Eso es parte de ese complicado proceso que tiene lugar en la cabecita de los prototipos de la generación boba.

Ya es público, que la pobrecita y sufrida Polar, logró un crédito otorgado por un banco de la llamada "madre patria". La pobrecita Polar, colocó como garantía un activo que tiene en una de las islas del caribe. ¡Pobrecita! ¡Pobre Polar!

Pero el amor de la Polar hacia nosotros en tan tipo peluche, que cabe sólo en esos restos de la generación boba que todavía deja sentir sus bobadas entre nosotros.

Imagínense por ejemplo, que una planta de TV, así por así, le pase publicidad gratis a la Polar o mantenga el logo permanente de la polar si ganarle un centavo a ese espacio. Cada vez que veo un "Soy Polar", reconozco sin ningún tipo de esfuerzo, la naturaleza de esa llamada generación boba, que es tan boba, que es capaz de montarse sobre su lomo una inmensa pancarta. "Soy Polar"

¿Pero en verdad nos ama la Polar? Los que así piensan y están en su derecho, pueden revisar informaciones que fueron públicas, donde se explica, cómo y para qué utilizará la pobrecita Polar el monto del crédito que recibió. No lo usará para sembrar un pequeño conuco de maíz ni para producir harina. Gran parte de ese crédito será para producir cerveza y no es difícil entender, que más que amor; la Polar nos quiere borracho. Y como dicen en mi pueblo, borracho no es gente.

 



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Evaristo Marcano Marín


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