El acecho de los infames

Profundiza en complejidad el llamado escenario internacional y las voces y calumnias contra Venezuela aumentan su volumen y agresividad. Los terroristas venezolanos han recorrido el mundo presentándose cómo víctimas. El club de las esposas ha mentido con dramática fuerza.

Presencias del fascismo internacional ya se han posicionado en el escenario para asumir su papel de calumniadores consuetudinarios de los procesos democráticos latinoamericanos. Por enésima vez desesperan los infames y azuzan con energía a sus huestes para llevarlos al despeñadero. Como siempre cada intentona parece la última y la oferta de la dirigencia fascista es siempre la misma: salir del régimen.

Es notoria la emoción en los incautos seguidores de la oposición y nuevamente renuevan votos de fe hacia el capitalismo. Nuevamente son convocadas bases opositoras a colocar su pellejo para tumbar al gobierno constitucional, y la MUD reitera el llamado a la credulidad total de su gente para que se movilice con la apasionada creencia de que "Esta vez si", "Ahora en esta vigésima vez si", "Ahora si saldremos del régimen". Sistemáticamente la MUD ha ido colectivizando en sus bases un comportamiento anti democrático y anti constitucional y ha configurado niveles sustantivos de alienación en una militancia que a fuerza de manipulación sicológica y comunicacional está dispuesta, con fe ciega, a creer cualquier cosa. La absurda ceguera de las bases de la MUD se expresa a sus anchas y les hace repetir irreductiblemente y en cualquier lugar y circunstancia todas las matrices que genera su dirigencia, por muy descabelladas y bellacas que parezcan; incurriendo incluso, en vergonzosas contradicciones en las que parecen no reparar. Caso particular lo constituye el hecho de que cuando se discutía la aprobación de la Constitución Nacional, ellos maldecían, la etiquetaban de Castro - comunista y amenazaron (y han cumplido) con no acatarla, pero hoy; sin embargo, se desgañitan loando y defendiendo a esa misma constitución que antes defenestraban.

La élite opositora es radical, intolerante, inculta y asesina. La violencia es un recurso que siempre tiene a mano para confrontar con quienes difiere, es una violencia indiscriminada y ciega que se expresa en todos los escenarios y que ha ido configurando un peligroso piso de confrontación entre los venezolanos. La MUD apuesta por la violencia porque quiere pescar en ríos de sangre (de los pendejos) para lanzar la gran consigna de la muerte y solicitar, como ya lo han hecho y preparado, la intervención militar contra Venezuela. Esta intervención seguramente se articularía desde Perú, Brasil y Colombia, cuyos gobiernos en este momento están deseosos de ser usados por su amo el imperio norteño para pisotear el sueño de liberación de los pueblos de nuestra América. Para el imperio estadounidense resulta esencial la erradicación violenta del gobierno bolivariano, que constituye una significativa referencia de liberación de los pueblos, y que después de casi dos décadas de ataque atroz por parte de las burguesías del mundo, aún se mantiene en pie.

Se han desempolvado teatrinos y el cinismo de la oligarquía mundial campea construyendo la subjetividad de que el chavismo agoniza, ante lo cual renuevan esfuerzos y reclutan nuevos sepultureros dentro y fuera del país.

En organismos internacionales se tejen telarañas jurídicas para aplastar al pueblo venezolano y asesinar a su gobierno. Destaca el papel del infame Luis Almagro que al frente de la franquicia estadounidense OEA, construye el discurso y crea condiciones para que miles de venezolanos sean asesinados por fuerzas invasoras. En tan siniestra tarea le acompañan los gobiernos de Méjico, del Brasil de la contemporánea vergüenza, Paraguay, Perú y Colombia que siempre están prestos para prosternarse ante el amo.

El plan contra Venezuela ha sido continuo y sistemático. Un aspecto esencial ha consistido en someter a un bestial descrédito internacional a instituciones venezolanas en función de justificar mediáticamente la agresión contra la nación.

La sistemática y poderosa maquinaria oligárquica internacional ha logrado horadar ciertas bases del chavismo y a ello también ha contribuido algunas expresiones de ineptitud por parte de sujetos aislados así como determinadas gestiones gubernamentales, lo que ha configurado el estallido de una crisis que amenaza a la revolución bolivariana. Tales amenazas no son nuevas, ni extrañas; son por el contrario, expresiones lógicas de dinámicas que se establecen entre dos clases que tienen miradas antagónicas del mundo, de la vida y del pueblo. Pretender que la oligarquía duerma la siesta mientras el pueblo construye el proceso bolivariano, sería cuando menos un acto de ingenuidad. En Venezuela, Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia, ocurre lo que es lógico que ocurra en procesos que se construyen desde lo electoral. Hay un enfrentamiento histórico inevitable entre las causas del pueblo y los intereses de la oligarquía internacional. Cada uno lucha para derrotar al otro. La oligarquía hace lo que ha hecho siempre: asesinar, mentir, manipular, controlar, agredir y representar los intereses del capital internacional.

En el proceso hacia el estallido de esta crisis las contradicciones entre los sectores revolucionarios también se agudizan y aparecen aquellos que ahora "descubren" sus diferencias con el chavismo, así como aquellos que una vez fuera de cargos de gobierno "descubren" también los errores de éste, y ya desde la distancia intentan dar lecciones que no aplicaron cuando eran figuras fundamentales de lo que ahora cuestionan. Comienzan estos personajes un acercamiento peligroso y sospechoso con quienes hasta hace poco parecían ser sus enemigos históricos.

La oposición venezolana aglutinada en la MUD (es evidente que ya hay sectores claramente opositores que no forman parte del engendro MUD) apuesta nuevamente al caos y convoca a una marcha desde distintos lugares del país hacia la capital venezolana. Todo hace presumir que crearan las condiciones para que haya muertos y seguramente ellos mismos asesinaran a sus propios seguidores para culpar al gobierno y armar la alharaca internacional contra el país.

El sólo hecho de que dirigentes de la MUD anden por el mundo solicitando una intervención armada contra Venezuela y creando con mentiras y tergiversaciones una matriz pública, les inhabilita éticamente y asigna la condición de traidores a la patria, llenando de vergüenza el desempeño político de los últimos años.

Como pareciera que estamos en momentos de definiciones y en circunstancias en las que muchos quieren deslindarse del chavismo, resulta propicia la ocasión para ratificar nuestra irreductible militancia revolucionaria chavista y nuestra disposición a defender el gobierno constitucional y a nuestro presidente.



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Miguel Mendoza Barreto


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