"Más sabe el diablo por viejo que por diablo". De Ramos Allup se pueden decir muchas cosas y el valor y pertinencia de ellas depende de quién lo menciona o hace centro de su atención. Pero su cédula no miente ni contra él se indispone o parcializa. El, cómo eterno diputado por cualquier parte del país, siendo carabobeño, una vez lo fue hasta por el Estado Amazonas, sin nunca haber estado en ese espacio más de dos o tres días, sobrepasa los 75 años. Y eso es hasta meritorio, pues Pepe Mujica, sólo un poco mayor que Ramos, ya anunció su retiro, mientras el adeco sigue en su empeño de llegar a Miraflores.
Confieso públicamente que el personaje me resulta simpático, pese que con él tenga diferencias diametralmente opuestas. Aquello de la espoleta se volvió viral, como otras tantas ocurrencias suyas. Es un excelente histrión. En el arte escénico hubiese tenido grandes éxitos; quizás Cantinflas, Chaplin y hasta Joselo, hallarían en el valenciano un competidor de grandes quilates. Conozco gente anti adeca hasta rabiar, como esos antichavistas que ahora tanto abundan, que no dejan de gozarse las salidas ocurrentes de Ramos Allup en cada caso. Por algo "Los Roberto", le han tenido como centro de atención y hallan en su proceder forma para hacer reír a la gente.
Ahora mismo, actuando como quien pese los años no pierde la perspicacia, le ha dicho a factores de la derecha que siguen en la conspiración y demandan a la AN que destituya a Maduro y nombre al invisible de Barboza presidente provisional, basándose en el disparate y hasta gesto cómico del llamado "TSJ en el exilio", "Los que crean que nosotros debemos bajar la santamaría e irnos para la casa, o los que crean que la política venezolana se puede monitorear a distancia, que se vengan para acá, porque hay que echarle bola es aquí".
Esta sola declaración de Ramos envuelve muchas cosas. Primero es un rompimiento con quienes desde fuera del país, donde se encuentran, justamente para actuar con libertad dentro de planes ajenos a la convivencia democrática y las salidas constitucionales, como esa del intento de magnicidio o "magnicidio en grado de frustración", pese que todavía no lo ha condenado. Pero dice, en su estilo de viejo que sabe decir las cosas, como diciendo algo de manera que diga otra, "la política venezolana no se puede monitorear a distancia".
La decisión del "TSJ en el exilio" obedece a un libreto del "grupo de Lima", Almagro, el de la OEA y el Departamento de Estado o factores de este. La gente de la AN en "desacato", en su mayoría pareciera no estar dispuesta a seguir el mandato foráneo porque eso, según Ramos Allup, sería cerrar el único espacio legal que les queda. Por eso habla de no "cerrar la Santamaría e irnos a casa".
Debo reconocer, aunque a alguien o algunos esto cause escozor, que en Ramos Allup, en este momento, lo domina el viejo o el mismo diablo. Es decir, está expresando sus pareceres alguien que ha vivido y recogido la experiencia. Parece ser que el conocimiento que nos viene por esta vía, quizás por lo testigo ocular y haberlo vivido hasta con las vísceras y testículos, deja más huellas que el que entra por los libros.
Pero también envuelve la idea o verdad irrefutable que la oposición está dividida en varias pequeñas porciones. Tanto que una de ellas acaba de convocar un "paro nacional" que resultó un absoluto fracaso, pese que algunos negocios cerraron, pero no por atender a ese llamado sino por la incertidumbre creada por el nuevo cono monetario y las medidas salariales. Y lo que es peor, el portavoz del llamado fue un personaje, Andrés Velásquez, sin credibilidad ni sustento alguno.
Pero además, Ramos ha venido insistiendo últimamente, sobre todo después de haber anunciado la salida de AD de la MUD, en la salida electoral. Es cierto que antes lo había hecho para retractarse despúes a la menor presión, pero esta vez lo hace dentro de circunstancias distintas.
Sabe él muchas cosas. Como para estar ya hartamente convencido que todas las paradas a lo loco, aunque vinieran dentro de un paquete franquicia gringa, como "manitas blancas", revolución de color, guarimbas y hasta hechos como el de la Avenida Bolívar, no sólo han fracasado y seguirán en eso, sino que les distancian de la gente que ansía cambios, pero no por esas vías. Lo sabe porque lo ha visto y recuerda historias que le contaron, como que el terrorismo practicado por Betancourt desde el exterior para tumbar a Pérez Jiménez, no sólo resultó en el fracaso y el reforzamiento del régimen sino que destrozó a su partido. Ahora mismo ve lo que sucede a su alrededor con la oposición toda, incapaz de conseguir que le gente le respalde en un paro de un día pese toda la carga de incertidumbre, confusión y pesimismo que abate al venezolano.
Ramos, en su discurso reconoció una realidad, que la derecha y los empresarios niegan, porque por ella se les llama "burguesía parasitaria". Dijo en ese reciente discurso en la AN, donde llamó a "echarle bolas aquí", que "Aquí nadie trae un dólar sino cuando necesita caja, y esa es la triste realidad de la economía venezolana", concluyó.
Quienes han hablado por años de esa triste realidad, esa según la cual más del 97 % de las divisas que ingresan a Venezuela las produce el Estado, con lo que denuncia a empresarios desarraigados, vividores, antinacionales, parasitarios, ahítos de un Estado que les transfiera la renta petrolera, de repente se hayan con un Ramos Allup que eso confiesa. Por supuesto, en el marco de discurso esa aseveración tiene otro interés, el de definir al gobierno en la quiebra. Pero a confesión de parte. No olvidemos lo que antes dijimos, es verdad que Ramos es viejo y por serlo es como el diablo, pero también que tiene mucho de histrión y es político. En el político la palabra y la verdad juegan roles circunstanciales. Pero lo dijo y eso es bueno incorporarlo al análisis.
Este nuevo llamado de Ramos a acogerse a lo electoral y "echarle bolas aquí" y dado el caso que hasta ahora el gobierno no le ha asociado a actividades más allá de lo permitido, pudiera ser la definitiva toma de la senda de la legalidad. Pero debe saber, por viejo y diablo, como lo sabe uno que vivió las décadas del 60-70-80 y 90 del siglo pasado, que los errores en política se pagan caros* y no puedes culpar a tu adversario, son tuyos. Y además que recomponer las fuerzas, después de tanto disparate y recrearse en los errores, no es cosa de dos o tres días, eso lleva tiempo. Eso lo sabe uno "por viejo y por diablo".*
*De joven leí esa frase escrita por unos cuantos escritores, pero no pasaba de eso, verla o percibirla como una frase. Por viejo, haber vivido la vida, sé bien cuánto eso significa.