Es conocida la dialéctica entre revolución y contra-revolución. Que nadie se haga ilusiones sobre la ventaja electoral evidente ante el referendo sobre la reforma constitucional y sobre un cronograma “sin convulsiones” en el periodo presidencial del presidente Chávez. Hay síntomas de que aparecerá una reacción termidoriana; es decir, una contra-ofensiva de la derecha reaccionaria, para intentar cortar de raíz el proceso democrático iniciado en 1999 y la revolución bolivariana.
Que no se subestime el aprendizaje de estos sectores frente al fracaso del 11 de abril, ni sobre sus operaciones de atajo y emboscada. Recordemos a los fascistas Mosca y Pareto, a sus imágenes de Zorros astutos y Leones con la fuerza del gobierno. El fantasma del Socialismo aviva los terrores y pasiones agresivas de la base social reaccionaria. Muchos jóvenes no saben distinguir entre la defensa de un proceso político democrático y la participación en una conspiración típica de una contra-revolución. Sabemos por la historia, como los conspiradores se adelantaron a Robespierre en el 9 termidor francés, arrestándolo a él y a sus amigos, y más tarde el 28 de Julio de 1794, asesinándolos.
Con la reacción termidoriana triunfa la gran burguesía, las fuerzas del capital y de sus mercenarios. La tercera convención termidoriana no aplica la constitución del 1793, ya que la consideran demasiado democrática, suprimen las medidas de democracia social y de economía dirigida, se declara la pena de muerte para el que hable a favor de la ley agraria, como proyecto de reparto de tierras que circulaba en los sectores populares, y 1795, proclaman una constitución en que desaparece la declaración de derechos anterior, estableciendo el sufragio censitario. El fin último de su gobierno fue garantizar la propiedad privada del rico, ya que la propiedad viene de dios y es natural. La constitución de 1795 establecía un régimen con separación de poderes, representativo, liberal, y no democrático. El poder ejecutivo quedaba en manos de un directorio colegiado.
En fin, lo más parecido a una junta cívico-militar de la derecha reaccionaria, que en América Latina han tenido la bendición de la potencia imperial extranjera, impuesta a sangre y fuego, con participación de sectores que hablan de esquemas de transición y otras babosadas mas, que para conservar sus privilegios materiales y no ser desenmascarados en una verdadera revolución socialista, simplemente traicionarán los ideales de la transformación social, buscando un triste lugar en la historia de América Latina. Un protagonismo en la fabulada reacción termidoriana.
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