Para muchos es muy sabroso orear a los cuatro vientos denuncias sobre los demás sin ningún argumento jurídico de considerable envergadura. Es una vieja conducta “cuartorepublicana”, muy de moda en estos días preelectorales, por muchos arribistas en todo el país. El caso en Barinas, del diputado Wilmer Azuaje, trasciende los límites del descaro, una persona que no sé con qué mérito llegó a ser coordinador del MVR durante más de un lustro, derrochó una fortuna embadurnando a Barinas con una ostentosa campaña publicitaria cuando fue electo diputado a la Asamblea Nacional, saturó la vista comprando páginas en todos los medios impresos y los canales televisivos de Barinas, y su opulencia es notoria en una andanza en vehículos del año, traslados en avión privado y el mantenimiento de una petulante cáfila de “cargamaletines”, por su puesto, muy bien armados.
Su comportamiento ha sido muy distante de los verdaderos intereses del pueblo y de los postulados básicos de esta revolución. Así como él existen muchos en el país, personas que han amasado una gran fortuna económica de la mano de la revolución pegando alaridos: “Patria, socialismo o muerte!... Venceremos!”.
¿De dónde salieron, cómo llegaron a tanto poder? ¿Qué méritos tienen?¿Qué entrega al trabajo social se les admira? ¿Qué nivel de estudio académico lograron? Y si no lo tenían ¿cuál grado alcanzaron en ocho años de revolución? Realmente, no creen en Chávez, ni en las misiones ni en nada. Los mueven sus propios intereses, sus mezquindades, esa pecaminosa forma de pensar en sí mismos que los hicieron crecer económicamente pero se achicaron espiritualmente al alejarse de las necesidades de los demás.
Con qué moral, entonces, pueden denunciar a alguien, justamente, en estos tiempos preelectorales y precisamente a la familia del Presidente. Una conducta aberrante, despreciable por demás, de aquellos viejos politiqueros que ante su incapacidad de servir a los demás, ahogados en sus propias miserias, corrían a los medios a expulsar sus excrementos del alma.
Ahora tenemos que examinarnos todos, porque todos, unos más otros menos, tenemos responsabilidad en estos “Frankesteins” de la revolución, porque fuimos incapaces de opinar, de postular mejores ciudadanos, mejores políticos…, esto debe servir de lección para la escogencia de los próximos candidatos del Psuv a fin de no volver a meter la pata. Hay que evaluar quienes de verdad tienen créditos, quienes han tenido una vida entregada al servicio social y no aquellos que, sólo a través de los medios, despilfarrando una fortuna de muchas instituciones han alcanzado cierto centimetraje en los medios.
Cada día el pueblo va madurando más y eso de imponer los candidatos a dedo o por manipulación en los medios debe ir desapareciendo de la faz de Venezuela…, es vital ante tantos mediocres oportunistas que buscan sus propios intereses.
*Periodista
santanajerez@hotmail.com
Su comportamiento ha sido muy distante de los verdaderos intereses del pueblo y de los postulados básicos de esta revolución. Así como él existen muchos en el país, personas que han amasado una gran fortuna económica de la mano de la revolución pegando alaridos: “Patria, socialismo o muerte!... Venceremos!”.
¿De dónde salieron, cómo llegaron a tanto poder? ¿Qué méritos tienen?¿Qué entrega al trabajo social se les admira? ¿Qué nivel de estudio académico lograron? Y si no lo tenían ¿cuál grado alcanzaron en ocho años de revolución? Realmente, no creen en Chávez, ni en las misiones ni en nada. Los mueven sus propios intereses, sus mezquindades, esa pecaminosa forma de pensar en sí mismos que los hicieron crecer económicamente pero se achicaron espiritualmente al alejarse de las necesidades de los demás.
Con qué moral, entonces, pueden denunciar a alguien, justamente, en estos tiempos preelectorales y precisamente a la familia del Presidente. Una conducta aberrante, despreciable por demás, de aquellos viejos politiqueros que ante su incapacidad de servir a los demás, ahogados en sus propias miserias, corrían a los medios a expulsar sus excrementos del alma.
Ahora tenemos que examinarnos todos, porque todos, unos más otros menos, tenemos responsabilidad en estos “Frankesteins” de la revolución, porque fuimos incapaces de opinar, de postular mejores ciudadanos, mejores políticos…, esto debe servir de lección para la escogencia de los próximos candidatos del Psuv a fin de no volver a meter la pata. Hay que evaluar quienes de verdad tienen créditos, quienes han tenido una vida entregada al servicio social y no aquellos que, sólo a través de los medios, despilfarrando una fortuna de muchas instituciones han alcanzado cierto centimetraje en los medios.
Cada día el pueblo va madurando más y eso de imponer los candidatos a dedo o por manipulación en los medios debe ir desapareciendo de la faz de Venezuela…, es vital ante tantos mediocres oportunistas que buscan sus propios intereses.
*Periodista
santanajerez@hotmail.com