Arco Minero(AMO): Peligrosa alianza del poder y de la estupidez (I/III)

"Política del Arco Minero es soberana, ecologista y 60% de las ganancias

obtenidas irán a misiones sociales"

Nicolás Maduro

"queramos o no, flotamos en la ingenuidad, y el más ingenuo es el que cree haberla eludido "

Ortega y Gasset

"Nadie parece poder detener este suicidio colectivo basado en la riqueza como sea"

Dante Rivas

"El Presidente ha sido imprudente, negligente y actuó con impericia en torno al AMO"

Freddy Gutiérrez

¿Tienen las generaciones presentes (GP) la obligación de conservar para las generaciones futuras (GF) las condiciones naturales heredadas a su vez de sus ascendientes? O por el contrario, ¿Pueden hacer un uso más o menos indiscriminado del medio ambiente en busca del beneficio propio aunque ello suponga consecuencias fatales sobre las generaciones venideras? El tema del Arco Minero del Orinoco (AMO) se presenta amplio, complejo y apasionante. En la constelación del AMO se entrecruzan y mezclan diferentes áreas del conocimiento (esferas): Ética, Economía, Ecología, Política, Ciencia y Tecnología. Pretendo en varias entregas exponer mi punto de vista sobre el asunto AMO, donde demostraré que la creación del AMO es consecuencia de una toma de decisión bajo un exceso de voluntad (hiperracionalidad).

  1. RAZÒN

En el trayecto de un viaje, Guillermo de Baskerville se encuentra con un grupo de monjes que andan en busca de un caballo que se escapó de la abadía vecina. Al principio los monjes se sorprenden un poco cuando el viajero les da a conocer el lugar donde se encuentra el caballo fugitivo, pero se desconciertan del todo cuando los entera de que también sabe que el animal tiene el mejor galope de toda la cuadra, que su pelaje es negro, que tiene cinco pies de alzada, etcétera. Sin embargo, Guillermo jamás ha visto al animal, aunque sabe a dónde se dirige al observar las huellas le permitió inferir, asimismo, que el caballo tiene un buen galope. Por lo que se refiere a su color, le bastó percatarse de las crines negras adheridas a las espinas de un zarzal. El episodio anterior pertenece a la novela de Umberto Eco, El nombre de la rosa, si bien la literatura abunda en relatos similares. Desde los cuentos persas hasta las novelas de Edgar Allan Poe, la facultad de razonar forma parte de la imagen que el hombre se ha forjado de sí mismo: el hombre, animal dotado de razón, razona, y los razonadores excepcionales, sean hombres reales o personajes ficticios, como Edipo, Arquímedes o Sherlock Holmes, despiertan la admiración. El razonamiento es objeto de valoración en nuestro mundo razonable. Las ciencias, en particular, se sirven de él profusamente, y las matemáticas lo reconocen como su único método. Sin embargo, para acceder a la verdad contamos con otros medios además del razonamiento. Sin la facultad de razonar, muy probablemente no podríamos comunicarnos ni actuar. ¿Cómo sabríamos dónde ir a comprar una canilla de pan si no fuéramos capaces de hacer el siguiente razonamiento: "Las canillas son un tipo de pan; los panes se venden en las panaderías; por lo tanto, las canillas se venden en las panaderías"?

  1. RACIONALIDAD

Los términos El término racionalidad se deriva de la palabra 'razón', del latín ratio, "razonamiento, razón", y rationis, "cálculo, cuenta". El termino "racionalidad" suele aplicarse a una gran variedad de entidades y procesos. Puede predicarse racionalidad o irracionalidad de las personas, de sus creencias, de sus acciones, de sus decisiones y elecciones. Pero estos términos también pueden aplicarse a entidades colectivas, a grupos de personas, a comunidades -por ejemplo de científicos-, o a sociedades enteras. La discusión acerca del significado del término "racionalidad", así como el tipo de entidades y procesos a los que puede aplicarse legítimamente, es tan antigua como la filosofía occidental misma. Para muchos filósofos la racionalidad es esencialmente un concepto metodológico que se aplica en los casos en los que los seres humanos tienen que tomar decisiones o hacer elecciones, por ejemplo al elegir creencias-qué creer y qué no creer-, o bien cursos de acción- cómo y por qué actuar de una cierta manera. En la opinión de otros, el concepto de racionalidad también se aplica cuando se hacen elecciones de fines y de metas, e incluso de normas y de valores; sin embargo, hay concepciones que rechazan la idea de que los fines y las metas, así como las normas y los valores, sean susceptibles de elegirse de manera racional. Pero también hay muchos para quienes la racionalidad no es sólo una cuestión metodológica, sino que se refiere a una capacidad fundamental y característica de los seres humanos.

La racionalidad concierne a ciertos criterios y condiciones de verdad, consistencia y corrección, ya sea de la argumentación o de la acción. Sin embargo, la tentativa de ofrecer una definición preliminar del concepto de racionalidad está obligada a reconocer que existen un profundo desacuerdo teórico sobre el significado del término. Cada concepción de la racionalidad constituye una interpretación del concepto y una manera particular de entender las relaciones entre la razón y las creencias, el conocimiento y la acción.

De acuerdo con una opinión muy extendida, la racionalidad consiste, esencialmente en la justificación, esto es, en las razones que fundamentan una creencia o prueban una hipótesis. Pero existe otra opinión que no restringe el uso del término racionalidad al dominio teórico, sino que lo aplica también en la esfera de la práctica y concibe la racionalidad como aquello que imprime inteligibilidad a nuestros valores, creencias y prácticas. Calificamos de irracional a una persona que se hace inaccesible a argumentos o experiencias que pudieran hacer tambalear sus creencias: a una persona, por tanto, que ignora argumentos y experiencias, no porque los argumentos sean débiles o las experiencias irrelevantes, sino porque solo busca defenderse.

III. RESPONSABILIDAD

El ser humano es el único ser conocido por nosotros que puede asumir responsabilidad. Al poder tenerla la tiene. La responsabilidad es aquella cualidad de la acción que hace posible que a las personas se les pueda demandar que actúen moralmente. Puesto que los hombres y las mujeres son responsables de sus actos, se les puede pedir cuentas de por qué los hacen y también de los efectos que de esas acciones se derivan para las otras personas o para la naturaleza. Responsabilidad es también sinónimo de equilibrio y de sano realismo, que permite distinguir entre bien y mal entre verdad y mentira, y de ver con suficiente claridad aquello que debe hacerse y aquello que, en cambio, debe evitarse.

Es corriente referir la responsabilidad a algo pasado y a la propia culpabilidad en ello. Necesitamos ampliar la noción de responsabilidad en dos direcciones: hacia la persona frágil y hacia el futuro. Esta última ha de abarcar no solo a las personas de las generaciones futuras, sino al futuro del planeta. Los derechos de las generaciones futuras, o nuestras obligaciones morales respecto de las mismas juegan, sin duda, un rol importante. ¿Hasta dónde llega la responsabilidad hacia las generaciones futuras?¿Por qué debemos preocuparnos por esos seres humanos futuros, a los que no conoceremos, máxime cuando es posible que ninguno de ellos sea nuestro descendiente biológico, como sería el caso de las personas que viven hoy y que no tienen descendientes?

Tenemos los humanos una fragilidad, debido a nuestra finitud. Pero hay otra, que añadimos a ella mediante nuestras acciones. Creamos nuevas formas de fragilidad. Por ejemplo, el influjo de nuestras tecnologías en el entorno, en la vida y el cuerpo humano. Nuestra responsabilidad se acrecienta a medida que crece el poder que engendra una fragilidad mayor. Paul Ricoeur nos dice "Miremos a un niño pequeño. Su fragilidad nos hace responsables. Es importante captar la responsabilidad como respuesta a la llamada por parte de lo frágil". También es importante otro sentido de responsabilidad: de cara al futuro, anticipando las consecuencias de nuestros actos. Esto lleva a una ética que no se limite al campo de la relación entre dos personas o dentro de un grupo de amigos, sino que se preocupe por la justicia en la sociedad, incluyendo la responsabilidad hacia las generaciones futuras y el futuro del planeta.

Hay cinco elementos importantes en el discernimiento ético: actitudes, información; interpretación; deliberación y decisión. El primer elemento son las predisposiciones de quien decide. Un mismo resultado puede ser correcto o incorrecto según de que actitudes brote. No bastan las actitudes básicas, hay que contar con los datos .Aquí tiene su lugar el papel de la información, la experiencia y la aportación científica. Con solo datos no discierno, pero sin ellos no haré buen discernimiento. El tercer paso es el de pensar honesto que pregunta, analiza, interpreta, sintetiza provisionalmente y no cesa de buscar. Un cuarto paso ayuda a deliberarnos viene de la comunidad que comparte creencias; la comunidad de científicos, que ayuda a repensar las diversas interpretaciones críticamente; la comunidad de relaciones humanas dentro de una sociedad plural y democrática; etc. Finalmente un último paso: decidir responsablemente por sí mismo de acuerdo con la conciencia. Una decisión responsable (que no es lo mismo que no equivocada) sería la que ha tenido en cuenta debidamente estos cinco pasos. Un individuo es racional en sus creencias no sólo si cree de hecho todas y únicamente las ideas que le resulta racional creer, sino también si esta dispuesto a revisar críticamente esas ideas en nombre de la racionalidad.

¿Siguió el Presidente Maduro y su claque estos pasos en relación al AMO? ¿Hasta dónde se extiende en el espacio y en el tiempo la responsabilidad del Presidente por la posible contaminación irreversible de los acuíferos? ¿Cuáles son las razones que "podrían" justificar la entrega a Garimpeiros de cuello blanco (trasnacionales) una parte importante del país?

IV. CODA

"Todo lo que existe y vive merece existir y vivir, pues la mayoría de los seres han existido mucho antes que el ser humano .Todos tienen derecho al futuro y a las condiciones ecológicas que lo hagan posible"

Leonardo Boff

"El capitalismo y la ecología son incompatibles. El capitalismo realmente existente funciona a partir de dos condiciones fundamentales: de un lado, la expansión económica y geográfica como soporte de los procesos de acumulación de capital y de otro lado, la explotación de los seres humanos y la destrucción de la naturaleza"

Renán Vega Cantor



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Luis Antonio Azócar Bates

Matemático y filósofo

 medida713@gmail.com

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