1. Al margen del pueblo Yukpa, sólo entre Caciques Mayores se soporta la democracia participativa y protagónica de un acto y de un documento vital para el devenir histórico y la felicidad del pueblo Yukpa. La mayoría de los documentos señalados en el título de propiedad colectiva de las tierras indígenas son elaborados entre el 14 y 15 de diciembre incluso el mismo título fue presentado en la Notaría Pública XVI del Municipio Libertador del Distrito Capital el mismo día jueves15. Ningún Yukpa conoce cuales son la superficie y los linderos reales de la poligonal de las tierras entregadas. No se les entregó un mapa físico de los terrenos a ocupar legalmente como su territorio, sólo están señaladas en coordenadas UTM. El documento no se conoce.
2. El documento en su primera página expresa “el compromiso establecido en la Carta Magna de saldar la deuda histórica que durante siglos ha mantenido el Estado Venezolano con los pueblos indígenas, cuya existencia antecede a la llegada de los primeros europeos, quienes durante más de quinientos años han perseverado en su resistencia y lucha por el reconocimiento pleno de su existencia, de su identidad étnica y cultura, cosmovisión valores espirituales y religiosos, así como el derecho sobre sus tierras, lo cual hoy se materializa con la refundación de la República, por el presente documento declaro: En nombre de la República Bolivariana de Venezuela se reconoce el hábitat y derechos originarios sobre las tierras sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupa el PUEBLO INDÍGENA YUKPA”. Este introductorio discurso oficialista utilizado una vez más por el Estado gobierno pierde todo valor y credibilidad cuando en la página siguiente determina que tanto la realidad y el contenidos histórico del texto anterior, como los derechos originarios de este pueblo amerindio están limitado por la propiedad de terceros y los derechos mineros del Estado Nacional extractivo, apelando a leyes defensoras del derecho de propiedad privada contemplada en el napoleónica Código Civil y en la Constitución de 1999.
2. Manifiesta el documento al final de la página tres que en esas tierras reconocidas por el Estado como propias del pueblo Yukpa deben ser ahora legalmente compartidas con todas los parceleros invasores (la mayoría de la etnia Wayuu provenientes de la alta guajira colombiana o venezolana) de sus tierras originarias que poseen mucho antes de crearse los Estados Nacionales o de la llegada de Colón, así como con los hacendados que no se les compraron las bienhechurías de sus fundos agropecuarios, con empresas madereras y con todo tipo de empresas energéticas y mineras que el Estado gobierno puede autorizar o ya ha autorizado. Sus derechos originarios e históricos deben ser ahora compartidos con “los derechos legítimamente adquiridos por terceros antes del inicio del Presente Documento y las actividades que en virtud de ellos se desarrolla dentro del área demarcada, se ejercerán con estricta sujeción a la Constitución y a las Leyes de la República (…) La explotación y aprovechamiento de los minerales y recursos del subsuelo propiedad del Estado”. Aquí se cae la careta del discurso oficialista con este cuadro de oposición de juicios contrarios y contradictorios. Se le pretende imponerle a la nación indígena Yukpa el derecho del Estado Nacional soportado en los intereses y en la cosmovisión de la nación criolla, es el modelo de la propiedad privada y del Estado energético minero corporativo que ahoga y se superpone a sus derechos originales e históricos.
Se debe hacer todo lo contrario, el Gobierno de Chávez de inmediata ha de comprar las bienhechurías a todos los parceleros invasores y a los ganaderos que faltan y prohibir por decreto presidencial toda la explotación minera y de los hidrocarburos, que dicho sea de paso en esta área delimitada no existe petróleo según estudios realizados por Maraven/Geocoven en 1971 y ya el Gobierno nacional y Corpozulia renunciaron a las concepciones de carbón allí existentes, es decir a los Proyectos Tukuko Aricuaizá y Río de Oro.
3. Al margen de las comunidades en la ciudad de Caracas los días 14 y 15 de diciembre de 2011, una macolla de cuatro funcionarios indígenas denominada Caciques Mayores de Centros Pilotos terminados de estructurar por el Gobierno con el impulso del fracasado Plan Yukpa en los tiempos de Tareck el Aissami, sustituyeron a todo el pueblo Yukpa acordando firmar un documento opuesto a sus intereses y luchas realizadas. Se jugó con el tiempo y la dinámica propia de consulta y decisión de este aguerrido pueblo Caribe. Ya en la reunión de caciques realizada en el Tukuko con la presencia de la Defensoría del Pueblo decidió no aceptar derechos de terceros y mineros en su territorio, y el sábado 14 de este mes se sustituirá en asamblea al Cacique Mayor del sector Toromo o Río Negro por traicionar a su pueblo en eses acto del 15 de diciembre.
Pero al final del show montado no fue ningún Cacique Mayor quien firmara el documento, ni siquiera la nombrada ese mismo día por el presidente Chávez “Gobernadora de la Sierra de Perijá Amalia Pérez” a través de la lectura realizada del documento preparado por parte de la vicepresidencia y el ministerio indígena. Chávez no se dejó meter gato por liebre, no aceptó al corpulento Cacique y a la vez también Cacique Mayor de una sola comunidad Neremü Jesús Salvador Terán como firmante del documento por su fenotipo; una vieja dirigente Yukpa de río Negro me dijo porque parece “más bien un negro colombiano que Nicia quiere hacer pasar como Cacique Mayor” y propuso a un viejito que si tenía cara de Yukpa y cargaba en ese momento un sombrero típico con plumas de aves Ciro Landino que fue de asomado ese día, que no es ningún Cacique Mayor, el Cacique Mayor del sector donde vive, Toromo, es Jorge Luis Romero, también descartado por ser un alto mestizo negro pero que logró hablar en el acto televisado en un descuido del protocolo cuando Landino le pasó el micrófono, no obstante de inmediato esos rasgos fueron resaltados con precisión por el presidente en sus improvisadas palabras. Todo fue un montaje de mal gusto, hasta Chávez se percató que esos indígenas o mestizos no eran los Yukpa que se esperaba, en verdad son meta-dirigentes políticos producto de la relación con el Estado.
Ese día no asistió el verdadero representante de la Comisión Regional Zulia de Demarcación del Hábitat y Tierras nombrado en Gaceta Oficial Juan Romero, quizás por mantener una posición crítica en la reunión anterior realizadas en el mes de noviembre al negarse junto con otros dirigentes a firmar una carta de convivencia con los terceros, campesinos y ganaderos, fue invitado el 14 de diciembre en la noche.
(*)Sociedad Homo et Natura
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