Sostener que electoral y políticamente Miranda es uno de los estados más importantes del país, no implica, en ningún caso, desmeritar al resto de las entidades federales que conforman la estructura política venezolana; es reconocer sí, que, al contar con la segunda población electoral, numéricamente hablando, y, por eso mismo, y su ubicación geográfica y cercanía con la capital de la República, centro del poder político nacional, está revestido de una particular significación para el desarrollo estratégico de cualquier proyecto político en la Venezuela contemporánea. De allí la magnitud del esfuerzo que hay que emprender para lograr la reinserción de este estado a la órbita del proyecto transformador socialista bolivariano.
En las pasadas elecciones se logró el triunfo del Comandante Chávez frente al candidato perdedor, Capriles Radonski, aún cuando por un margen muy estrecho pero reafirmándose la vocación chavista de los mirandinos y mirandinas que desde 1998 le han brindado su apoyo al líder de la Revolución Bolivariana en las oportunidades en que éste ha estado involucrado directamente en la puja electoral; vocación que, efectivamente, se ha visto desdibujada en otros eventos electorales en los que Chávez no ha sido candidato como fue en los casos últimos de la elección de gobernador y de parlamentarios regionales y de la Asamblea Nacional en los que la opción opositora se nos impuso.
De allí que en estas próximas elecciones del 16 de diciembre el panorama electoral no está del todo despejado; las posibilidades de triunfo del compatriota Elías Jaua, un excelente candidato, están presentes pero, sin duda alguna, hay que afinar aristas en la estrategia a desarrollar en una campaña que, por ser tan corta (apenas 6 semanas), se requiere mucha precisión a la hora de establecer las prioridades que orientarán el accionar del activo militante.
El conocimiento del cual disponemos, en términos relativos, sobre el diseño de la campaña, formulado por el Comando que dirige el compañero Haiman el Troudi, nos inclina a pensar que está concebida acertadamente, teniendo presente, además, la gravitación favorable que sobre el específico campo de batalla mirandino ejerce el contundente triunfo obtenido nacionalmente por el Comandante Chávez para su reelección presidencial.
Partir de la consideración del fenómeno de la abstención que en Venezuela tiende a pronunciarse cuando no está en juego la Silla Presidencial, asumir como prioridad el afirmar y garantizar el voto duro chavista, y, paralelo con ello, buscar incidir en la desmoralización de la masa votante opositora lucen, efectivamente, como orientaciones fundamentales para la campaña en función del objetivo planteado como lo es el triunfo del compañero Elías Jaua y la reincorporación y reinserción del estado Miranda al proceso transformador bolivariano.
Ciertamente, la abstención va a estar presente en las elecciones del 16 de diciembre tendiendo a afectar a ambos sectores políticos, pero todo indica que más a los seguidores del candidato perdedor, Capriles Radonski, en los que la depresión por la no materialización de sus expectativas presidenciales tendrá un efecto mucho mayor; en cambio, el votante chavista, moralizado y estimulado por el triunfo del 7 de octubre, tenderá a mantenerse con una mayor disposición a cumplir con el sufragio militante. Por ello, la importancia de apuntar a garantizar el voto chavista comprometido y, por mampuesto, la de buscar acentuar la desmotivación de los votantes opositores. Realmente nos parecen acertados estos enfoques que deben ser priorizados por el colectivo militante de la alianza patriótica socialista, aún cuando creemos conveniente manifestar una observación que toca una arista que en el caso del estado Miranda, a nuestro juicio, es imprescindible a la hora de desarrollar, bajo cualquier circunstancia, una política exitosa.
Nuestra observación está dirigida a la consideración que se hace en el diseño de la campaña sobre la clase media o capas medias, al plantearse como no prioritario o desestimar el intentar “morder” sobre este sector social, basándose para tal consideración en el poco tiempo disponible para el desarrollo de la campaña y en la preeminencia de las bondades de la movilización del voto duro chavista; pues bien, creemos que ante la significación que estas capas sociales tienen en la realidad socio-política del estado Miranda, como en ningún otro del país, en especial en la Zona Metropolitana del estado, es decir, en el Este de Caracas,(donde se concentra alrededor del 52% del electorado estadal, correspondiendo a los llamados sectores medios más del 60% del mismo) se hace necesario e imprescindible diseñar un plan especial o política específica para atenderlas o “atacarlas” políticamente. A nuestro entender una orientación de esta naturaleza no debe estar determinada por la variable tiempo, ante la significación de estos sectores o capas medias en la configuración política de esta fundamental subregión mirandina.
Por supuesto que entendemos que el compatriota Jaua debe hacerse presente en todas las subregiones y municipios del estado y, que, en consecuencia, su tiempo es limitado, pero felizmente este proyecto político cuenta con suficientes y preparados cuadros políticos que pueden atender a plenitud las exigencias o requerimientos que el plan amerita; lo importante es que se pueda desarrollar una acción envolvente acompañada por una eficaz política comunicacional que permita hacer llegar el mensaje patriótico bolivariano en todos los espacios considerados.
En todo caso, una política dirigida hacia los sectores medios de la sociedad, a nuestro juicio, debe ser enfocada más que a una propuesta asistencialista a una comparación de modelos antagónicos de sociedad, frente al modelo capitalista neoliberal depredador( poniendo énfasis en la crisis que, a ojos vistas, atraviesan las sociedades capitalistas europeas) y que atenta contra la especie humana y la existencia misma del planeta tierra relievar el modelo socialista humanista garantista de una sociedad democrática e incluyente que necesita, además, de esos sectores para enfrentar problemas, tales, como la inseguridad y la ineficiencia de la administración pública, etc, y necesidades como la instrumentación y planificación de políticas públicas efectivas. Es decir, apelar e insistir más a la conciencia, a los valores antes que a la propuesta o realización material; estimular la discusión y el debate teórico conceptual, insistir en la confrontación de ideas.
Para tal efecto promover la realización de foros, debates, charlas, asambleas populares, asistencia permanente y programada a los medios de comunicación masivos y populares; incentivar la discusión y el discernimiento en unos sectores sociales medios hasta ahora encerrados en sus nichos conservadores estrechos y poco propensos al debate dilucidador; iniciativas éstas que en ningún caso coliden con las orientaciones fundamentales trazadas por el Comando de Campaña y con las actividades concretas atinentes al chequeo del 1x10, control de testigos, preparación de los dispositivos de logística, movilización , propaganda, etc.
Con la oposición, con la derecha debemos disponernos al debate, ir hacia su base social, localizada principalmente en los sectores medios, ahora, que han quedado tan afectados emocionalmente y que, quieran o no, sus dirigentes han venido dando pasos concretos hacia una apertura democrática, aceptando las instituciones republicanas (CNE, FUERZA ARMADA BOLIVARIANA, ETC) y lo que es más trascendente aceptando el enraizamiento de la hegemonía cultural socialista bolivariana la cual se ha venido cimentando, precisamente, en el disenso democrático.
¡CON ELÍAS JAUA Y EL DEBATE DEMOCRÁTICO VAMOS TODOS A GANAR MIRANDA!
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