Me vi por casualidad con Tamara en el aeropuerto y los respectivos saludos y la pregunta de rigor: ¿cómo están los y las compatriotas por la Isla? Al cabo de los minutos anunciaron su vuelo y Tamara se marchó siempre con ese donaire que la caracteriza y la hace ser ella y no otra.
Pero luego fluyeron otras ideas que van sobre la virtuosidad del pueblo de la Isla de Margarita.
Pablo Morillo el militar de más alta graduación que vino a "este nuevo mundo" para imponer el vasallaje del imperio español en su época recibió su primera derrota en ese pueblo de guaiqueríes, en ese pueblo de bravura sin parangón.
El barco insignia donde venía Pablo Morillo al frente de una muy numerosa y armada flota española en medio de la confrontación bélica contra las y los patriotas isleños se fue hundiendo poco a poco hasta desaparecer bajos las aguas para humillación de la Corona española. Se corrió rumor por años que los y las margariteñas acostumbrados a arduas faenas marítimas le infringieron a los realistas tamaño y desagradable percance porque estaban en condiciones de nadar grandes distancias y sumergirse en la mar por varios minutos por lo que es muy posible que hayan horadado el casco del buque que debe de yacer en las profundas aguas caribeñas. Lo cierto es que con botes de otros barcos es como lograron socorrer a Morillo y a parte de la expedición, quienes lanzaban sapos y culebras contra los guerreros margariteños que se desternillaban de la risa desde las riberas marítimas.
Si la historia registra que de los llanos venezolanos se destacaban los llaneros quienes con las riendas de sus caballos entre sus dientes combatían a ambas manos con lanzas, caballos y jinetes eran una sola maquinaria infernal, luchaban con tal ferocidad que aterraban a los españoles; pues bien, en la Isla de Margarita la combatividad no era menos y cuantos hombres y mujeres no parió la Isla de Margarita que trascendieron y trascienden los límites de sus fronteras geográficas, así como también marcaron su impronta ayer como hoy.
A principio del siglo XX la fecundidad de la tierra de la isla de Margarita era tal que estaba en capacidad de suministrar productos del agro a tierra firme y podías presumir de su tomate autóctono y de sus distintivas cotorras.
Luego sus manantiales se fueron apagando hasta revertir la situación de suministro que luego venía de tierra firme. En la Isla muy a pesar de su esfuerzo sobre humano el campo no pudo volver de nuevo a su reverdecer, hombres y mujeres marcharon tras el rumbo de la industria petrolera, se despidieron de sus familias y de la Virgencita del Valle con la promesa del pronto regreso pero muchos y muchas no regresaron y quedaron sembrados en tierras zulianas donde la industria petrolera se impuso con soberbia, allí los y las margariteña llegaron con la devoción a Vallita, con su folklore, con su gastronomía y con su particular forma de hablar y de ser.
Estos últimos treinta años los malos hijos de la Isla de Margarita han aguijoneado y han permitido el ultraje de tan indómita tierra del pasado, Margarita hoy es destino del embriagante y narcotizante influjo extranjerizante que pretendió y pretende arrancar de cuajo lo autóctono pero persistentes cantores, decimistas, galeronistas, pintores, artesanos y artesanía y esa rica gastronomía que nos vuelve a la infancia, se resisten hasta agonizar y resurgen con feroz grito desde las entrañas de la historia para no dejarse arrebatar la vida de la Isla.
Mientras esto ocurre en la cotidianidad de la vida, un triste personaje que en tan mala hora y por esos extravíos de los que hay veces pecamos los pueblos, nunca le explicó a sus estudiantes la historia regional ni la historia nacional, nunca llegó a expresar sus sentimientos, por nunca fue maestro de vocación, nunca estuvo en aula, ni dio clases, nunca llegó a vibrar con su pueblo, presumió de ser maestro pero más que todo como slogan publicitario, verdad que suena hasta feo, ni siquiera rima, ni canta de por si la frase: -el maestro Morel. Uff!
Pues este Morel llegó al gobierno regional como un propio anti isleño, como un anti margariteño, como un anti espartano, como un anti ambientalista pero no lo afirmamos por capricho, "por su obra lo conoceréis", un lunático pobre que confundió al pueblo porque comía empanadas en las calles para autocalificarse de popular, pero sus gallos de toda la gama de colores y tamaño, así como de distintos países de procedencia degustan y gozan de todas las atenciones alimenticias, confort porque hasta aire acondicionado tienen, son evaluados permanente por el servicio médico instalado en in situ, cada gallo tiene una historia médica y con su respectiva data y con su nombre particular, además son custodiados por rondas de seguridad todo el santo día, hasta tienen su propia capilla y camposanto.
Hoy en día ese lunático quiere comprar hasta la luna porque se jacta de decir que tiene con que. Preguntamos al pueblo venezolano ¿Puede un modesto maestro de escuela ostentar la propiedad de hoteles? ¿Puede un modesto maestro de escuela comprar hoteles en Europa? ¿Puede un modesto maestro de escuela reunir lo suficiente cuando siempre da jugosas propinas que si es posible son mayores en dinero que el ingreso por la venta del día de las empanaderas y con ese egreso consuetudinario podrá cualquier mortal contar con el dinero suficiente para mantener sus gallos filipinos, dominicano, portorriqueño, porque hasta un solo gallo puede costarle hasta 21.000 Bs., claro! es en dólares cuando hay que pagar.
Lo descrito contrasta con la realidad por que si el gobierno nacional no hace lo que está haciendo por el pueblo margariteño estuviera aún en peores condiciones mientras los gallos del gobernador disfrutan de un alto estándar de vida muy por encima de la propia población, de sus propios paisanos.
Pero a partir del 16 de diciembre habrá un gobernador genuinamente patriota, y será hasta socialista y bolivariano.
Entonces así, el pueblo de Nueva Esparta le hará honor a su nombre, a su gentilicio y a su mentor.