El resultado que favoreció a la oposición en Maturín no es nada nuevo para los monaguenses y en la IV y en la V, parece repetirse la misma historia que también vivió en carne propia, el Comandante Supremo Hugo Chávez Frías con el gato Briceño.
Sólo basta mirar un poco hacia atrás la historia reciente de Monagas, para encontrar un retrato de lo vivido por los pobladores de esta bella región oriental, donde detrás de las cortinas se mueven los más disimiles intereses a la hora de llevar a un personaje a los cargos públicos; sobre todo, a la gobernación o a cualquier alcaldía y en especial la de Maturín.
Pero bueno, eso es historia del pasado en la tierra del “caudillo” adeco, quien tuvo a su haber el mayor poder político en estas tierras de los llanos orientales y murió recientemente, casi en el anonimato, por el desprecio y la traición de quienes lo alababan cuando comían de las mieles del poder. Igualito pasará ahora en Maturín con el Alcalde Maicavares, porque la historia se repite, aunque algunos ya asoman para él, una nueva figura que está de moda en estos tiempos: el protector de Monagas.
Por los lados de la Alcaldía de Maturín ya se observan merodeando algunos “gatúbelos” quienes esperan y aspiran una ayudita del nuevo Alcalde, un joven luchador y de familia humilde de las filas amarillas; quizá no tan contaminado como sus padrinos de la burguesía amarilla parasitaria; ojalá y no esté equivocado.
Como militante de la Revolución y leal a los postulados del Comandante Hugo Chávez, acaté la línea del Psuv de respaldar a Maicavares en la pasada contienda, pero perdió gracias a la desleal acción del candidato irreverente Numa Rojas, a quien no le niego sus méritos como revolucionario y constancia en el tiempo, pero que ha tenido mala suerte y se ha dejado asesorar por las "Casandras de la derrota" en Monagas.
La trayectoria política de Numa no es desconocida por los monaguenses y de ahí el gran caudal de seguidores que siempre le han acompañado fielmente; la gran mayoría de los sectores más humildes de la población y otros, los agradecidos por sus favores cuando estuvo en dos alcaldías: la de Caripito y la de Maturín.
En esta ocasión, además de la satanización de las propias filas revolucionarias, privó su interés personal de reivindicarse y no oyó el llamado de Diosdado Cabello y de las altas autoridades del partido, por su odio gatero, cosa que le hizo mantenerse firme ante su opositor, a quien la gente que le apoyaba, calificó como “el gato negro”; es decir José Vicente Maicavares, el candidato perdedor.
Ya el mal está hecho y Numa Rojas acusado de traidor, guardará sus baterías para las próximas jornadas, donde quizá aspirará un curul a la Asamblea Nacional o la de llegar a la gobernación de Monagas, lo que es su sueño más acariciado; pero que en su devenir no las ha tenido todas consigo, por arrastrar sus propios errores y también por no tener paciencia, para saber esperar su propio turno o una nueva oportunidad.
Por los lados de Monagas, donde la oposición hace fiesta con la llegada del joven amarillo al Palacio de la Plaza Bolívar, se pasean los rumores y las esperanzas; sobretodo, la de quienes buscan pegarse a la nueva administración o de los financistas de la campaña del ganador, quien debe saber que la cosa no fue gratis y ahora por ello, le exigen contratos o su pago inmediato; es decir, de los caudales del tesoro público.
Mientras esto ocurre y Maicavares y Numa lloran su derrota, el “gato con botas” - perseguido de la Interpol - hizo una fiesta en Costa Rica, con sus allegados, quienes viajaron desde Monagas para festejar la derrota de quien ahora llaman traidor y antes era su hijo putativo y también; porque no, la de su eterno enemigo y rival político de toda la vida, el luchador social Numa Rojas, ahora también llamado traidor por las filas chavistas…
¡Amanecerá y veremos!