La ciudad amaneció, en casi todos sus accesos y sus calles principales, con gran cantidad de materiales subversivos: grandes piedras, basura, muebles inservibles, alambres y cauchos para quemar. En todas las esquinas hay barricadas, con grandes cantidades de éstos materiales, que sólo esperan una orden de alguien para darle candela y crear el caos que desatarán las fuerzas golpistas que darán al traste con el gobierno de Nicolás Maduro.
Por eso el titular de éste artículo, que trata de reflejar el estado físico y ánimo de los ciudadanos de ésta “ciudad de los caballeros” y que acabó siendo la de los “caballeros cochinos”. La gente brinca por encima de las pilas de basura o se tira al centro de la calle para poder caminar. El olor es pestilente, las moscas verdes, zancudos y ratas, ya tienen tomada la ciudad, antes de los supuestos golpistas que tomarán el gobierno en Mérida.
El cielo de Mérida está repleto de negros nubarrones, no porque vaya a llover, sino porque el humo que ha producido los cauchos y basura quemada ha creado una negra mancha sobre la ciudad. El hollín se cuela por todos los resquicios y las paredes de los apartamentos se han ennegrecidas y los perritos poodle blancos parece que se revolcaran en carbón.
Hoy lunes 24 de febrero, la ciudad “amaneció de golpe”, como la película aquella. Cero transporte, todos los comerciantes con las santamarías bajadas, colas en las panaderías, bancos cerrados y las esquinas tomadas por barricadas de basuras y otros materiales para ser lanzados y quemados por los delincuentes contratados. En las azoteas, los vecinos escuálidos apertrechados con piedras y bombas molotov para cuando aparezcan las fuerzas del orden. Todo está listo para el “DIA D”.
El gobernador, con sus equipos de trabajo, hicieron una limpieza hace dos días en las zonas donde había mas basura acumulada y quitaron algunas barricadas, que tienen más de 10 días de montadas, esto con el fin también de facilitar el tránsito de los mismos vecinos, que estaban secuestrados, por los “pacíficos” que ellos apoyan con sus cacerolas y suministros de alimentos. Nada de esa muestra de querer ayudarlos sirvió. Hoy amanecieron más violentos que nunca y sólo esperan una orden para lanzarse a cazar a los dirigentes chavistas tierrúos y desdentados. El odio racial que sienten lo manifiestan en todas las formas que pueden. Sus miradas son como puñaladas contra quien cree son apoyadores del gobierno, específicamente de Maduro.
Toda la gente, que me tiene algún aprecio, me recomienda no salir de mi casa. Cuídate me dicen. Mira que a ti te conocen y saben quién eres. El ambiente es hostil, pesado, sucio y pestilente. Todo el mundo espera que suceda algo y a la vez desean que nada suceda. En eso estamos cuando realizo éste escrito.