Transgénicos, novedoso emblema de la CIA

En la actualidad, los transgénicos no solucionan ninguna necesidad social, ni ideológica. La idea es eliminar la producción de medicinas en plantas y producir nuevos medicamentos desde un laboratorio. Los políticos norteamericanos tienen que jugársela en un orden estrictamente cerrado y aportar ponencias científicas que avalen la resolución del problema hambruno a nivel mundial, teniendo como base´el ámbito de las ciencias políticas y sociales.

Estados Unidos y sus aliados prosiguen en el plan de confrontar al mundo en varios segmentos ideológicos y, uno de ellos es el transgénico. Estudios realizados hasta ahora proyectan una moratoria que alcance el año 2013. La idea es que algunos presidentes obvien algunos postulados y se tracen en conformar un gran negocio global, no importando el punto de vista de su impacto en la salud humana y sobre el medio climático. Todavía las comisiones en tránsito para la investigación de alimentos transgénicos no han analizado en un buen nivel, como afecta estos alimentos la parte sanitaria del ser humano.

Es una táctica de gran superficie comercial, donde se toma en cuenta el costo de los productos e inundar el mercado mundial con pura comida chatarra que dañe el cuerpo emocional de las personas y, así salir de flote, porque, estamos en la tercera oleada de sus crisis financieras que en la actualidad repercute en Europa.

Como juego político, los transgénicos representa el oscurantismo político de los países desarrollados y la misión es adaptar a los pueblos y colonias estadounidenses a un solo modelo de pensamiento mediatizado y proyectando todas las inquietudes hacia el campo religioso. Estos alimentos reciben la bendición de muchas instituciones que enarbolan la palabra equidad y asumir su relación con estos modelos de cultivo.

Hemos llegado a uno de los tópicos más vulgares de apreciación tecnócrata. Muchos presidentes a nivel mundial guardan silencio y los grandes empresarios empiezan a tirarse la bola para formar una burbuja multimillonaria y provocar una nueva crisis ficticia que permita cerrar algunos bancos por falta de liquidez y, trasladar grandes sumas de dinero a las islas que difunden sueños paradisíacos y justamente agrandar las riquezas naturales como el agua, petróleo y alimentos hacia su favor. Estos tres elementos reflejan el deseo de una generación novedosa de poder en el mundo, bajo la asesoría y diestra de la CIA y el Fondo Monetario Internacional.

Hay razones suficientes para la crisis, pero, alguien debe dar una respuesta cierta para obviar este gigantesco fraude contra la nación. Hay que acatar las normas y leyes porque existe un ordenamiento jurisdiccional. El pueblo no debe ingerir estos alimentos, porque, son dañinos para la salud y nuestro entorno.


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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

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