Un Grano de Maíz

Chávez, el único camino a la paz

Los tanques pensantes gringos que dirigen la ofensiva contra la Revolución Bolivariana, intentan una imagen guerrerista de Chávez: buscan amedrentar a la población y aterrorizarla para que abandone al Comandante. TV, radio y prensa enemigas son los encargados de esta ofensiva, basta leer los titulares para percibir la manipulación. La ofensiva merece estudio y respuesta firme. Veamos. 

Los gringos suponen memoria corta de la población, pregonan que los males que hoy padecemos son producto de la Revolución, que antes no hubo ningún problema…la cuarta era el “paraíso”. Según su distorsión, Chávez trajo todos los males y además la guerra. Respondamos. 

En la cuarta existían todos los padecimientos de hoy, pero multiplicados. Existían sin esperanza de arreglo, al contrario, se agravaban cada día. 

Pero lo más significativo era que la sociedad había perdido los sistemas de autocontrol: el pacto de punto fijo había caducado irremediablemente, ya no era capaz de dirigirla, la sociedad iba al garete. 

El 27 de febrero fue la evidencia del fracaso de la derecha puntofijista, y también de la izquierda agotada, oportunista, que se acomodó a la sombra del capitalismo y era incapaz de dirigir a la sociedad por ruta de cambios profundos. 

En este ambiente surgió  Caldera, y fracasó en su intento salvador del sistema oligarca: tuvo que retroceder a la lógica puntofijista. El símbolo de la decadencia fue el comportamiento de Teodoro, a la sazón ministro, quien sin escrúpulos se colocó a la derecha de Caldera y pretendía más padecimiento para el pueblo humilde. 

Sólo la vigorosa historia de este país, con su reserva rebelde, sólo esta tradición de lucha que viene desde Guaicaipuro, Bolívar, Zamora, Fabricio, permitió  el milagro que es Chávez. Surge en esta situación de agotamiento del pacto burgués y de extinción de la opción de izquierda. Compendia lo mejor de la tradición cimarrona de la patria.  

Imaginemos cómo sería este país sin la aparición de Chávez: la sociedad se habría deteriorado a niveles de catástrofe, el hambre de los humildes sería cultivo para una inseguridad que llegaría a ser una verdadera guerra civil, de todos contra todos. Mafias, maras, vacunas, serían la norma. La crisis de salud eliminaría toda esperanza para los enfermos. La educación sería sólo para los escasos poseedores. La clase media, esa que hoy ataca a la Revolución, estaría desaparecida en la miseria del descenso social.  

Con la Revolución, con Chávez, aquella sociedad destartalada que fuimos hace diez años se ha recompuesto. Hoy somos un país que recuperó la autoestima. Tenemos problemas, es verdad, pero tenemos también esperanzas, vamos resolviendo el desastre que heredamos. Y, sobre todo, tenemos un gobierno, una Revolución, que aun bajo el asedio de los oligarcas internacionales y nacionales avanza hacia el bien común. 

Sin Chávez volverán los días oscuros del capitalismo, la miseria. Entonces la guerra no será una posibilidad mediática, sino una realidad no originada más allá del Magdalena, sino en nuestras propias entrañas descompuestas.  

¡Chávez es la Paz con equidad!



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Antonio Aponte

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