Grecia y Libia: estrategias

Las acciones imperiales contra Libia y Grecia deben ser motivo de análisis por parte de la clase trabajadora y campesina del mundo. En esos dos países la estrategia de acumulación de capital camina por distintos rieles; pero, con un mismo destino: la unificación y control de mercados.

En el caso de Grecia el instrumento de lucha imperial contra la clase trabajadora y campesina ha sido el esquema de la deuda externa. Un esquema que se basa en: 1- otorgar exagerados préstamos al Estado a través de la banca internacional con el fin de crear una crisis financiera que le permita apoderarse de fábricas y riquezas; 2- Un sistema político burgués, embriagado con los créditos; 3- un modelo económico basado en la incapacidad de su burguesía para crear riquezas con esos créditos, pero, enriquecida por la reventa de mercancía importadas, 4- un Estado que no tiene otra que aumentar el gasto público no reproductivo y 5- el estímulo a la importación de mercancía provenientes de las burguesías prestatarias. Luego viene la solicitud de pago, la manipulación financiera y el paquete de medidas económicas para “salvar al país”. Como se aprecia es una gran centrífuga financiera para desbancar países y acumular sus activos.

Pero, cuál es la importancia de aplicar este esquema en Grecia? La importancia reside en que Grecia tiene un partido gobernante supuestamente “socialista” y es con esta vitrina (con este mentira) que el imperialismo pretende chantajear y aterrorizar a la clase obrera y campesina de Europa obligándola a escoger entre la ruina y la crisis social que ellos crearon en Grecia o aceptar sumisamente las medidas de “ajuste” unificador de Europa. El imperialismo pretende cambiar la contradicción entre capitalismo o socialismo; por crisis social o “ajuste” globalizador.

En el caso de Libia los objetivos estratégicos determinaron otro esquema de lucha imperial. Ya no se trata de poner a la clase trabajadora en una encrucijada sino de romper la unidad árabe y construir un mercado sin restricciones y con capacidad de compra para la mercancía de los imperios. En Libia el modelo rentista, la forma de distribuir la renta (la estructura del poder) y la esperanza de la unidad árabe que encabezaba este país no permitían concretar el sueño imperialista de un nuevo medio oriente basado en democracias liberales y pueblos divididos. Bajo ese modelo no se puede desarrollar una burguesía que al servicio del imperio legalice un mercado sin frontera ni nacionalidad. De aquí que la estrategia sea otra; la invasión directa. En este otro lado del mundo, el imperio crea la ficción entre el atraso nacional o el “progreso” y el mercado. Así se pretende ocultar la contradicción entre capitalismo imperial versus unidad árabe socialista. Ahora bien, Cuál será el futuro de Latinoamérica, que ya posee democracias liberales, pero que habla de socialismo? Acaso, ¿será la muerte por “enfermedad” de algún Presidente? o ¿serán golpes de estado?: o será la consabida traición y acomodo.

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Néstor Aponte


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