El Espejo

Enemigo al acecho

Un proceso social y político como el venezolano se corresponde con un modelo alternativo a la dependencia

1 Un proceso social y político como el venezolano se corresponde con un modelo alternativo a la dependencia. Ésta, hay que reconocerlo, tiene profundas raíces culturales y poderosos intereses que la apuntalan. Por consiguiente, imponer la nueva opción choca con muchos obstáculos. Con fuerzas que no están dispuestas a dejarse arrebatar el poder, y, además, cuentan con sólido apoyo internacional. Los bolivarianos saben -lo han vivido en carne propia- que los sectores oligárquicos, la gran burguesía, la derecha en general y factores transnacionales, son capaces de cualquier cosa para recuperar espacios perdidos. Haber enfrentado todo tipo de acciones desestabilizadoras: golpes de Estado, terrorismo, atentados contra la industria petrolera, guarimbas, feroces campañas mediáticas, agresiones francas o solapadas de los gobiernos de EEUU, la actitud de una oposición en esencia antidemocrática y desnacionalizada, ha servido para acumular experiencia y disipar la visión rosa que, al comienzo, imperó en la conducción del movimiento. Nada de lo que señalo es cuento. Todo está registrado en los medios, libros, trabajos de investigación y testimonios de los propios líderes opositores. No se necesita falsear los hechos cuando el material probatorio es contundente. Pero hay algo que importa analizar: Venezuela ha entrado en un proceso electoral atípico. Ya no se trata de comicios normales, inscritos en la rutina republicana. El país está ante una convocatoria para definir su destino político, institucional, económico, social, lo cual excede el ritual de una simple contienda por el voto de los ciudadanos. La situación se plantea en forma dilemática y agrega una poderosa carga emocional al crucial evento. Distinta a la de las elecciones que se realizan en un previsible marco de convivencia. A esto se suma la existencia de sectores que cuestionan las reglas de juego. Que mantienen una campaña contra el CNE que facilita, a medida que se acerca el 7 de octubre, que sean invadidos por una sensación de derrota y comiencen a hablar de fraude.

2 Pero sería un error meter en el mismo saco a toda la oposición. En ella están los que decidieron acogerse a la práctica democrática. Los que respetan la legalidad y consideran que la manera de enfrentar al chavismo es perseverando en el ejercicio del voto y construyendo una opción en el marco del estado de derecho. Hay otros que no piensan lo mismo. Son los enemigos al acecho. Los que por la noche afilan los cuchillos. Los que adelantan un trabajo de captación de militares, y, al mismo tiempo, alientan campañas de descrédito hacia los mandos de la Fanb. Los que hablan de participar en las elecciones y, por mampuesto, disparan contra éstas y el árbitro. Los que denostan de las instituciones y niegan de plano la existencia de justicia en el país. Los que consideran que los poderes públicos están secuestrados por Chávez y formulan acusaciones irresponsables contra miembros del gobierno ante organismos internacionales; o amenazan al chavismo con actos de venganza a través de las redes sociales y medios de oposición. ¿Hasta dónde son capaces de llegar en su insensatez? En el campo opositor hay gente preocupada. Que alerta sobre el riesgo de tropezar otra vez con la misma piedra de la aventura. ¿Pero es suficiente el gesto testimonial? Si algo queda demostrado en todos estos años, es que la oposición democrática se inhibe frente a los aventureros. Que el veto de Altamira la paraliza. Recientes episodios confirman que el radicalismo de derecha da dividendos. El lenguaje impregnado de violencia es atractivo para un sector opositor: bloquea el mensaje democrático e influye sobre los que recelan del sufragio y se sienten desasistidos. En ese clima coexiste la desesperanza con el miedo a perderlo todo, lo cual incuba insólitas reacciones. El discurso del odio entra fácilmente y el enemigo en acecho se crece. Conclusión: no es poco lo que está en juego en estos comicios que deben asumirse sin caer en la ingenuidad de darles carácter rutinario, sino todo lo contrario: conscientes de los riesgos con el fin de preservarlos y de garantizar su éxito.

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La actitud de la oposición ante la Cumbre de la Celac evidenció torpeza para evaluar hechos de trascendencia nacional e internacional que enorgullecen a los ciudadanos y confirmó que sus líderes carecen de una visión de Estado. ¿Qué harían en el poder? Por la conducta asumida el país volvería a la política consular, subordinada a intereses foráneos…

Su reacción no fue democrática. Careció de contenido doctrinario. Consistió en apelar a un cacerolazo escuálido -repudiado por la mayoría-, y a la descalificación del maestro Gustavo Dudamel y de Winston Vallenilla, figura de la TV. En fin, la oposición de siempre, incapaz de controlar el odio que la embarga…

Tuve el honor como canciller de la República en el año 2000 -7 de junio- de ratificar el Estatuto de la Corte Penal Internacional. El depósito del instrumento de adhesión lo hice ante el secretario general de la ONU, Kofi Annan. De esa manera Venezuela se convirtió en el primer país de América Latina que ratificó el Estatuto…

Hay que precisar que el paso de la Venezuela bolivariana no se orientaba a sustituir instancias jurisdiccionales nacionales, y, menos, a servir a la manipulación del organismo cuya creación suscribimos. Si los aventureros morosos con la justicia por pasadas actuaciones quieren banalizar la instancia y utilizarla para ajustar cuentas personales, allá ellos con sus miserias. Los truhanes son audaces. Sus actuaciones siempre están vinculadas a campañas prepagadas y políticas desestabilizadoras alentadas por conocidos intereses…

Por cierto, una autocrítica: si cuando Chávez tomó posesión de la presidencia en 1999, se hubiese hecho un corte de la gestión del puntofijismo en materia económica y social; la situación en que dejaba la administración pública y las cuentas del Estado; la infinidad de actos de corrupción y la responsabilidad de altos funcionarios; así como la violación de derechos humanos -incontables atropellos y crímenes de lesa humanidad- de los gobernantes de la IV República, la impunidad no tendría el peso de hoy y muchos personajes que se rasgan las vestiduras defendiendo derechos que conculcaron y denunciando la corrupción -cuando ellos salieron forrados-, no tendrían protagonismo. Fue un error. Que no se subsana con lamentos, sino aplicando a fondo la ley…

Parece que los debates van a acabar con las aspiraciones de los candidatos de oposición. ¿Quién montó la trampa? Cada nuevo debate es más deprimente que el anterior. Con razón un opositor, Armando Durán, escribió que con el de Venevisión "nos quedó al final el mal sabor de haber presenciado una travesía de más de dos horas sin rumbo". Insólito: hasta ahora quien los ganó es alguien ausente: Chávez…

A un oficial del Ejército de Pinochet, Miguel Krassnoff, condenado por la justicia chilena a 100 años de prisión por delitos de lesa humanidad, lo defiende la derecha de ese país con el mismo argumento que algunos utilizan aquí: politización de la justicia…

Frase: "La oposición venezolana debe tener más votos y menos botox" (Boris Izaguirre)…

El presidente uruguayo José Mujica definió magistralmente la integración cuando habló "del poder disuasivo de andar juntos"…

Sorpresa para la oposición: en la nueva encuesta del Ivad sobre la Gobernación de Zulia, Arias Cárdenas tiene 43,3% y Eveling Trejo 39,4%. En Miranda, Jaua tiene 46,3% y Ocariz 36,6%...

Chao hasta mediados de enero. Feliz Navidad y éxito a todos en el año 2012.


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José Vicente Rangel

Periodista, escritor, defensor de los derechos humanos

 jvrangelv@yahoo.es      @EspejoJVHOY

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