Cambio de Régimen en Venezuela

La comparación que diversos analistas, políticos y ciudadanía en general han realizado del proceso de desestabilización en Venezuela con la situación actual de Ucrania que está forzando la caída de su gobierno, principalmente a través del financiamiento de organizaciones de la “sociedad civil”, el sabotaje económico y la generación de violencia, es completamente acertada.

 

El profesor Paul Craig Roberts, quien fuera asistente del Presidente estadounidense Ronald Reagan para Política Económica, y destacado catedrático en las universidades de Stanford y Georgetown, a quien nadie se le ocurriría calificar de “chavista” o si quiera “izquierdista”, escribió precisamente este 12 de febrero en la pagina del ex candidato presidencial conservador Ron Paul del Partido Republicano:

 

“La orquestación de la “crisis” en Ucrania es fácil. La subsecretaria de Estado neoconservadora, Victoria Nuland, dijo al National Press Club en Washington el 13 de diciembre de 2013, que EEUU ha “invertido” $ 5 mil millones en agitación en Ucrania. La crisis reside esencialmente en el oeste de Ucrania, donde las ideas románticas sobre la opresión rusa son fuertes y la población es menos rusa que en el este de Ucrania.

 

“La desafección hacia Rusia que se vive en el oeste de Ucrania hace que sea fácil para la UE y EEUU causar problemas. Aquellos que están en Washington y Europa y desean destruir la independencia de Ucrania, retratan a una Ucrania independiente como rehén de Rusia, mientras que una Ucrania en la UE está supuestamente bajo la protección de EEUU y Europa. Las grandes sumas de dinero que Washington canaliza a las ONG en Ucrania propagan esta idea y causan en la población un frenesí sin sentido. Nunca he visto en mi vida a personas tan sin sentido que los manifestantes ucranianos que están destruyendo la independencia de su país.

 
“Las ONGs financiadas por EEUU y la UE son quinta columnas diseñadas para destruir la independencia de los países en donde operan. Algunas pretenden ser “organizaciones de derechos humanos”. Otras adoctrinan a la población encubiertas bajo “programas educativos” y “construcción de la democracia”.

 

Los “manifestantes” de Ucrania han sido violentas, pero la policía ha estado restringida. Washington tiene un interés en mantener las protestas con la esperanza de convertirlas en una revuelta, y así Washington puede tomar a Ucrania. Esta semana la Cámara de Representantes de EEUU aprobó una resolución que amenaza con sanciones si las protestas violentas son reprimidas por la policía.

 

“En otras palabras, si la policía ucraniana se comporta con las protestas violentas de la misma manera en que la policía de EEUU se comporta hacia las manifestaciones pacificas, existe entonces razones para que Washington interfiera en los asuntos internos de Ucrania. Washington está usando las protestas para destruir la independencia de Ucrania y tiene preparada la lista de títeres que Washington pretende instalar como el próximo gobierno de Ucrania”.

 

En efecto, la subsecretaria de Estado Victoria Nuland, admitió públicamente que EEUU ha invertido 5 mil millones de dólares en el desarrollo de “instituciones democráticas” en Ucrania, y como evidencian sus propias palabras, para asegurar un modelo neoliberal ajustado a las condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional:

 

"Desde la declaración de la independencia de Ucrania en 1991, Estados Unidos apoyó a los ucranianos en el desarrollo de las instituciones democráticas y en habilidades para la promoción de la sociedad civil y una buena forma de gobierno - todo lo que es necesario para alcanzar los objetivos de una Ucrania europea. Hemos invertido más de 5 mil millones de dólares para ayudar a Ucrania a alcanzar estos y otros objetivos (...) Llevaremos a Ucrania hacia el futuro que se merece”.

 

“Fuimos testigos de la fuerza desproporcionada de las fuerzas gubernamentales que dirigieron tanques de policía y bombas lacrimógenas contra manifestantes pacíficos que cantaban himnos y rezaban por la paz.

 

“La economía de Ucrania está en un estado de sequía. Ha tenido una recesión por más de un año y tiene menos de tres meses para acabar sus reservas. Las reformas sobre las que insiste el Fondo Monetario Internacional (FMI) son necesarias para la salud económica a largo plazo de Ucrania. Un nuevo acuerdo con el FMI tendría señales positivas para los mercados privados e imprentaría inversión directa privada que es muy necesaria en Ucrania. No hay otro camino para traer estabilidad política y crecimiento económico a largo plazo”.

 

En una conversación privada que sostuvo con el Embajador de EEUU en Ucrania, y que fuera filtrada de manera anónima en youtube.com, la subsecretaria Nuland construye, literalmente, el eventual nuevo gobierno de Ucrania, demostrando la indiscutible injerencia de EEUU en los asuntos internos de un país soberano:

 

“No creo Klitsch debe entrar en el gobierno. Yo no creo que sea necesario, no creo que sea una buena idea.

“Creo que Yats es el tipo que tiene la experiencia económica, la experiencia de gobierno.

De acuerdo a la investigadora Finian Cunningham, de la Sociedad Real de Química, en Cambridge, Inglaterra, lo que ha expresado la subsecretaria Nuland en esta conversación revela la actuación de Washington como un “agente provocador de disturbios políticos en Ucrania [y] una violación a las normas internacionales de soberanía”.

Cualquier similitud con la situación actual en Venezuela, no es coincidencia.

Muy similar fue la actuación de EEUU en los meses previos al golpe de Estado en Venezuela del 11 de abril de 2002, reminiscencia de lo que acontece actualmente en el país.

De acuerdo a documentos desclasificados del Departamento de Estado, publicados por la investigadora Eva Golinger, el gobierno estadounidense de George W. Bush había determinado que Pedro Carmona Estanga, presidente la asociación de empresarios Fedecámaras, era el “hombre correcto para el momento correcto” en Venezuela, y efectivamente, se convirtió el 11 de abril en el autoproclamado presidente, luego de perpetrado el golpe.

No es un secreto para nadie que con la llegada de la Revolución Bolivariana y el progresivo desmantelamiento del sistema neoliberal instaurado por la vieja política puntofijista, la “sociedad civil” y los nuevos partidos de extrema derecha que surgen de ésta, y los medios de comunicación corporativos, asumieron la causa de la contrarrevolución para ejecutar las tareas políticas oposicionistas y maniobras conspirativas contra el gobierno democráticamente electo, primero del Presidente Chávez y ahora del Presidente Maduro. En este contexto, se produce un incremento desproporcionado del financiamiento de estos grupos proveniente, principalmente, del gobierno y congreso de EEUU a través del Fondo Nacional para la Democracia (NED), la Oficina de Iniciativas de Transición (OTI) y la Agencia del Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAid), entre otras fundaciones e instituciones publicas y privadas, así como de la propia Embajada estadounidense en Caracas.

Desde entonces, el gobierno de EEUU ha justificado el financiamiento de la desestabilización en Venezuela, como lo evidencian documentos oficiales del Departamento de Estado, argumentando que Venezuela representa un reto serio para el avance de la democracia y el desarrollo en la región, y en este sentido, ha identificado a diversas organizaciones de la “sociedad civil” como prioridad de su política exterior, tomando en consideración que “Estados Unidos es vital para el financiamiento de estos grupos”.

En su justificación presupuestaria presentada ante el congreso, el gobierno estadounidense dibuja un panorama aterrador sobre Venezuela.

“El Gobierno de Venezuela ya ha consolidado todo el poder en el ejecutivo. Los derechos civiles y las libertades están bajo ataque - en particular, la libertad de expresión y de asociación – mientras el gobierno continúa moviéndose para silenciar las críticas y restringir el espacio para las instituciones independientes y la sociedad civil. Venezuela se está convirtiendo en un país de tránsito para el movimiento de drogas y personas.”

Asimismo, EEUU asegura destinar su financiamiento a Venezuela, para “ayudar a los demócratas en países semi-autoritarios como Rusia y Venezuela”, una de sus prioridades en America Latina, y en este sentido, “asegurar que los grupos de la sociedad civil sigan actuando como uno de los últimos controles sobre el gobierno venezolano cada vez más autoritario”.

Para EEUU, “trabajar a nivel local es clave para identificar y apoyar a los nuevos líderes democráticos y generar conciencia ciudadana sobre su derecho a exigir un gobierno democrático y responsable”.

A partir de 2009, EEUU enfocó su asistencia financiera a “mejorar la sociedad civil a través de una mayor participación cívica”. Según el propio gobierno estadounidense, este financiamiento “es crítico para ayudar a los grupos de la sociedad civil a que sigan expresando sus puntos de vista y ejercer sus derechos”. Incluso reconoce que entre sus objetivos esta el “entrenar a defensores de derechos humanos y empoderar a los grupos locales para que lleguen a las comunidades tradicionalmente excluidas”, con lo que pretende minar la base de apoyo de la Revolución Bolivariana, principalmente a través de Primero Justicia y Voluntad Popular.

Por si fuera poco, EEUU ha destinado recursos financieros para expandir sus programas de adoctrinamiento a jóvenes estudiantes venezolanos, ya que lo considera “una herramienta ponderosa para promover el intercambio cultural y en la identificación de futuros líderes”. Del mismo modo, ha implementado el llamado “Programa Estratégico de Conferencistas”, para que “prominentes expertos” norteamericanos, con un “mensaje creíble”, dicten conferencias y formen la opinión de dirigentes locales sobre temas internacionales de interés estratégico.

Desde 2011, EEUU ha centrado todo su financiamiento en el llamado Fondo de Apoyo Económico, dirigido a "proteger el espacio democrático, promover los derechos humanos e impulsar un liderazgo político más pluralista y democrático". Para ello, trabajará con la “sociedad civil” de oposición para “promover y proteger los derechos del pueblo venezolano a través del activismo comunitario y el buen gobierno”. De allí que no solo apoye financieramente a la “sociedad civil” opositora, sino también a los partidos políticos de derecha y extrema derecha con el objeto de promover “liderazgo político” y “valores básicos de la democracia representativa”, contraviniendo explícitamente lo estipulado en la Carta Magna Bolivariana.

En poco más de una década, EEUU ha desembolsado a los grupos opositores venezolanos de derecha y extrema derecha golpista, más de 120 millones de dólares, incluyendo incrementos presupuestarios exorbitantes reflejados en las vísperas del golpe de 2002 y otros momentos especialmente críticos, en su afán de detener la Revolución Bolivariana.

Actualmente, para 2014, EEUU continúa promoviendo un cambio de régimen en Venezuela, a través del financiamiento directo a grupos desestabilizadores, encubiertos en organizaciones que supuestamente “defienden la democracia y derechos humanos”.

Precisamente, en sus documentos oficiales, EEUU admite que con el fallecimiento del Presidente Hugo Chávez y las elecciones en Venezuela, apoyará decididamente “los esfuerzos de la sociedad civil para construir y proteger las libertades democráticas y la promoción de los derechos humanos”.

Su “Programa para la Democracia” asegura que “trabajará en proporcionar asistencia a diversos elementos de la sociedad civil para apoyar controles y equilibrios democráticos constitucionales”.

En este sentido, EEUU ha dispuesto que la USAid realice “evaluaciones continuas para evaluar el desempeño programático y financiero, dado un potencial nuevo contexto para los programas de asistencia”, y en ese sentido, “llevará a cabo revisiones de desempeño trimestrales durante la ejecución del programa”, para asegurar que el mismo se lleve a cabo de manera óptima, y contemplando que sus programas sean “ajustados y evaluados de acuerdo con los cambios en el contexto de Venezuela”, admitiendo de esta manera, su propósito inocultable de producir un cambio de régimen.

Referencias:

Paul Craig Roberts (12 febrero, 2014): “Washington Orchestrated Protests Are Destabilizing Ukraine”. The Ron Paul Institute for Peace and Porsperity. http://ronpaulinstitute.org/archives/featured-articles/2014/february/12/washington-orchestrated-protests-are-destabilizing-ukraine.aspx

Finian Cunningham (09 febrero, 2014): “Washington's Cloned Female Warmongers” Information Clearing House. http://www.informationclearinghouse.info/article37599.htm

Department of State Operations Congressional Budget Justification, 2002-2014

http://www.state.gov/s/d/rm/rls/statecbj/



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Eugenio Carrasco


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