En forma sorpresiva, el gobierno de los Estados Unidos anuncio ponerle fin a ese conflicto que algunos analistas califican de “guerra Fría en América”. Que haya transcurrido más de medio siglo y que a última hora se produzca una rectificación a objeto de armonizar hipotéticamente las relaciones en la región, eso ciertamente es un tema de larga duración que tiene mucha tela donde cortar.
Se especula que ambos Estados llevaban dieciocho meses discutiendo a puertas cerradas el cese al embargo comercial, económico y financiero que el imperialismo norteamericano había impuesto a Cuba en octubre de 1960. Por cierto, como dato curioso cabe reseñar que esas sanciones inicialmente habían excluidos alimentación y medicinas, pero en febrero de 1962 Estados Unidos recrudeció las medidas y el embargo adquirió carácter de ley en 1992.
De esto y algo más, lo que nos llama poderosamente la atención, es el hecho de que siendo Cuba y Venezuela aliados estratégicos en la lucha contra las injerencias de EEUU en nuestros asuntos, ahora nos desayunemos con la amarga noticia de que en esas conversaciones nunca apareció en la agenda el tema de la sanción aprobada por el Congreso de EEUU contra altos funcionarios del gobierno venezolano. O es que acaso se nos pasa la mano de suspicaz.
Aunque Venezuela sea respetuosa del derecho a la autodeterminación de los Estados, sin embargo no está de más, que en razón de la defensa de nuestros interés, también nos corresponda exigir una oportuna explicación por parte de Fidel y Raúl Castro, porque Chávez y Maduro siempre fueron firmes cuando toco asumir posiciones radicales en defensa de nuestros pueblos. Y después que no nos vengan con el cuento de que en las puertas del cielo primero yo, pues dudamos que cualquier entendimiento con mañosos y desleales como son esos politiqueros estadounidense, ahora resulte que por un acto de ingenuidad pensemos que ellos, los gringos, sean insólitamente una especie de bendición de Dios y que no tardan en hacer milagros.
Por lo pronto, recomendamos no confiarse ni siquiera de nuestra propia sombra, porque cuando están en juego poderosos intereses, nada de extraño tendría que esas trasnacionales que se mueven detrás de la Casa Blanca de Washington, esta vez esté tramando otra de sus jugadas sucias contra los gobiernos opuestos a las injerencias de EEUU. Y porque conocemos el pájaro por la cagada, ¿qué de extraño tendría que de repente Kuwait, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Nigeria y EEUU planee bajas por debajo de 40 dólares el barril de petróleo? Advertencia a todo público: los chavistas no somos tan caídos de una mata, para no entender que el cese al embargo a Cuba, sea una jugada en el tablero de la política internacional que venga acompañada de fines inconfesables.
En lo que nadie se ha pelado ahora ni nunca, es que hasta los pendejos están conscientes de que esas potencias occidentales siempre se salen con la suya porque nunca respetan reglas, y son los pueblos tercermundistas quienes a la final pagan los plantos que no rompieron. De modo que no hay razones para confiarse mucho de ese calculado y misterioso levantamiento del bloqueo a Cuba con su apariencia de tabla de salvación, pues también podría tratarse de otra de las maniobras yanquis para luego cocinarnos en su asquerosa política exterior.
En fin, por re o por fa, a la CIA y el Pentágono les importa más la cabeza de Nicolás Maduro que si tiene con qué responder, que la de los hermanos Castros, quienes llevan más de medio siglo jugando al escondite con EEUU.