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Obama acelera pasos en Siria

El fracaso de las políticas neoliberales a nivel mundial, viene creando una libre corrida de capitales que genera desastres a los economistas, tanto de derecha como de izquierda. La moneda nacional de cada país, resiste ante la avalancha de la inflación y especulación provocada por el corredor financiero y los sectores populares han tenido poco acceso al Estado, porque, la dualidad del gobierno entre Socialismo y Democracia, crea una dicotomía de términos que fortalece de manera indirecta al Capitalismo, cuando la lógica universal busca la participación ciudadana para afianzarse y fomentar su interés en conformar pequeñas empresas tras la ruptura de la globalización a través de los Consejos Comunales y el Estado Comunal.

París,(Francia), Buenos Aires,(Argenta), Madrid,(España), Jerusalén, (Israel), y los británicos,(Gran Bretaña), han resistido a las presiones bancarias. Gracias a esos pequeños núcleos productivos que activan al pueblo a cerrarse en resistencia contra las mafias y reformas fiscales.

Debemos tocar la campana de alarma hacia la austeridad y, ya es hora de quitarse los disfraces, se debe romper los latinos con el juego de los Estados Europeo e ir hacia una verdadera transformación de la sociedad, es necesario concertar a los pueblos hacia la desglobalización. Pero, hay que actuar contra esa bomba de tiempo llamada economía global. Para esto, deben articularse la construcción de movimientos sociales que rompan con las alarmas de provocación hacia los conflictos sociales. Las tendencias económicas, nunca son mecánicas o lineales, al contrario tienen niveles de apertura que deben ser apreciadas en forma gradual para profundizar los cambios de signos monetarios y unificar el dólar en una sola imagen, aún cuando en el pasado era necesario dualizarlo. Pero, no se respetaron los criterios y los ruteros históricos, nos pegaron contra la pared, algunos factores políticos internos dentro de gobierno y fuera de él., favoreciendo la crisis.

Las indicaciones reflejan que en el primer semestre de 2016, el comercio se contraerá en un diez(10%) por ciento, aunque los grandes exportadores – Alemania, Japón y China- prácticamente ofertaron más y buscan captar un coeficiente porcentual de más euros, pero, Grecia e Italia deben apuntalar su equilibrio económico y el Papa Francisco tiene que intervenir de manera urgente viendo a América Latina para fortalecer la esperanza de los pueblos, ante la realidad por venir.

La austeridad es un gran túnel que implica el análisis de los fondos de comercio y romper con la pugna presidencial y ese deseo loco de ser diputado, sin estar preparado.

Los temas políticos hay que sofocarlos en base a debates y foros públicos. Quienes han atentado contra el estado deben ir detenidos con penas de prisión máxima, sí son causantes de muertes a grupos familiares o militantes de una tolda política. Ya no es tiempo de reformar o ir a una constituyente, ya es hora de afianzar al Estado hacia una realidad común sin globalización.

La soberanía nacional es única, no fragmentada.

En nuestro país, la crisis mundial nos contagió y no llegó por la vía financiera, sino por el comercio internacional y los paramilitares. La conformación de empresas del maletín a ojos de organismos de control tributario y posterior entrega de dólares, nos destrono lo que se pensó que era algo momentáneo, tuvo una tendencia lógica hacia el capital y en nada benefició a nuestra sociedad.

Ahora América del Sur debe unirse y cooperar entre sí, abrirse a un espacio público y construirse a sí misma para la cooperación. Claro, Chile, Perú y Colombia son puntos delicados tratar junto a Paraguay..

Los signos monetarios se movilizan, más en la producción limitante, lo que hace un caldo de cultivo para las multinacionales, como ejemplo Nestlé que busca privatizar el agua y la Exxon Móvil – Chevron atizan para que las franquicias ofrezcan combos apetecibles, observan que caen el intercambio mundial de mercancías y servicios.

La crisis en los países subdesarrollados deterioran los pilar de a globalización y las arengas contra las campañas de as transnacionales y los gritos del pueblo, ya no reflejan la misma autoridad, porque las comunidades están sometidas por el hampa común y paramilitares. El hombre normal no entiende estos mundos y, solo sabe que debe levantarse a las de la mañana, según su cedula de identidad para comprarse un pollo, un kilo de leche, un paquete de arroz, dos kilos de azúcar uno de pasta y una mortadela en las bodegas de Mercal o Pdval.

Jamás pesará en la producción y la case media se desangra pagándoles internamente a los trabajadores de la red informal.

Así que convivimos entre cúpulas económicas que se resisten y cubren en los partidos políticos.

Los alimentos, que son puntos de origen del sector productivo en un Estado, cae en manos de las multinacionales y los directores de las instituciones agropecuarias se olvidan del pequeño agricultor o productor. Así que, la lógica del buen vivir e solo un sueño y refleja un carácter completamente irracional. Al hombre de izquierda, luce desencantador en la práctica política y vive en una profunda desconfianza hacia sus dirigentes.

Sin embargo, el poder político se manifiesta junto l sector financiero y manipula por los medios, a las familias humildes. Exijo respeto para la imagen del Comandante Chávez, nunca ha sido figura de la Socialdemocracia, meno amigo del injerista Felipe González.

Los norteamericanos siguen cumpliendo con su perfil de intervenir países de la Región y el Medio Oriente, ya fuerzas irregulares atacan zonas urbanizadas y someten a mujeres y niños, lo más sensible de éste movimiento, ahorra se adentran en Damasco para derrotar al gobierno de Siria y los comandantes norteños afinan su corta fuego contra Venezuela, El Estado Islámico irrumpe en las arenas del Medio Oriente para derrotar con el presidente de esa población, luego tiene Venezuela, la IV Flota de Norteamérica .

Si resulta urgente «revolucionar» la casa Europa, es necesario comenzar por el principio: atacar el poder del capital restringiéndole su libertad de movimientos, refundar la fiscalidad, los servicios públicos, la protección social, el trabajo decente; atacar el productivismo y sus variantes. Las movilizaciones sociales contra la austeridad que aumentan en Europa son una palanca para encarar una verdadera transformación de la sociedad. Será entonces necesario que el o los gobiernos que quieran romper con el neoliberalismo, romper el yugo de los tratados europeos, amenazando si es preciso con hacer volar el euro en pedazos, de manera concertada con otros pueblos y movimientos sociales. Esto no tendrá seguramente el mismo sentido que el repliegue nacional que se perfila detrás de la noción.

Como suele decirse, ante una urgencia debemos cuidarnos de tirar al bebé junto con el agua de la bañera. Una cosa es la necesidad imperiosa de acabar con los excesos del neoliberalismo económico vigente hasta hace poco y otra muy distinta es pretender abolir "par décret du peuple", un fenómeno histórico cultural en curso. Más que "desglobalizar", de lo que se trata es de "mundializar". Esto quiere decir que se requiere crear mecanismos de regulación económica a escala global, transformando todo el orden normativo e institucional .no sólo económico sino político a escala mundial.

Es lo de lo que se trata actualmente, retomar y profundizar la oposición a la bifurcación planteada en 1983 que sacrificó los adelantos sociales en aras de la construcción europea. Magnífico debate cuyo desafío no se centraba ni sobre personas ni sobre puestos y que ha sido relanzado hoy en día por las crisis de 2008 y su actual contragolpe alimentado por las deudas soberanas, la incertidumbre sobre el euro y las preguntas sobre las formas de imaginar la construcción europea. Y si la des-mundialización interpela fuertemente a Europa, es porque está región del mundo se ha convertido en un concentrado – un laboratorio – de la des-globalización y que en lugar de ser apacible concentra todos sus excesos. No hay lugar para el asombro. Es en ese espacio adonde se ha desarrollado más el comercio de cercanía

Se nos explica que es necesario ser pacientes y que nuestros males procederían de una situación de entre dos en las que estaríamos inmersos. El Estado-Nación se halla herido, pero aún respira mientras que la economía mundial no habría llegado aún a establecerse y estaría haciendo esfuerzos para dotarse de un gobierno global (o europeo) De modo que acumularíamos los defectos de la erosión de las fronteras sin estar aún en condiciones de beneficiarnos con las ventajas de haberlas superado. Esta "transición" que se viene desarrollando desde hace treinta años por el momento solo ha alumbrado crisis y cada vez se encuentra menos en condiciones de probar que la expansión del neoliberalismo a escala mundial sería salvadora.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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