La estatua ecuestre del Libertador Simón Bolívar, en la plaza que lleva su nombre en la ciudad de Caracas, es el principal objetivo en el inminente ataque militar e invasión contra Venezuela, con el que tanto ha amenazado el terrorista y vendedor de armas estadounidense Donald Trump (por cierto, hasta Presidente actual de su país).
Matar a Bolívar, después de su muerte, hace 200 años en la ciudad de Santa Marta (Colombia), es muy importante para los memoricidas del Pentágono y la CIA. Venezuela es apetecible por los imperios, no sólo por sus diversas y significativas riquezas sino también por este pueblo heroico, valiente, hecho de resistencia y combates en defensa de nuestras raíces culturales.
La ciudad de Bagdad, en Irak, al ser asaltada por los genocidas yanquis y sus aliados del Estado sionista de Israel, recibió el más impactante de sus ataques en la Biblioteca, donde se encontraba Las Mil y una noches en el lecho de la literatura universal, que fue exterminado sin contemplación alguna, dada su peligrosidad antiimperialista y anticapitalista.
Cada símbolo esencial de la humanidad, siempre será un objetivo para los misiles de los miserables que sólo saben de explotación humana y de acumulación de capital en pocas manos. Por eso el Nazareno, convertido en dios después de haber sido asesinado en una cruz por sus delitos libertarios, libertadores y amorosos que prometían un verdadero camino de redención en pro de la igualdad humana, es "asesinado" a cada rato y en cada esquina por los mismos que predican en su nombre, ensotanados y empoderados.
Hoy ocurre con Che en la avenida Bolívar de Caracas, donde su busto fue atacado la noche del jueves 21 de junio (por cierto, día del asesinato del revolucionario venezolano Fabricio Ojeda, en un calabozo del SIFA, el año 1966) con un explosivo que le destrozara como acumulando una nueva muerte para el inmortal Che.
Hace falta reflexionar sobre estos hechos. El 18 de octubre de 2007, un grupo terrorista de la contrarrevolución cubana, ametralló una estela de cristal blindado que se había erigido a más de cuatro mil metros de altura sobre el nivel del mar, en el Collado del Cóndor, de la carretera trasandina en territorio venezolano.
Exactamente 10 días antes, el 8 de octubre, día del Guerrillero Heroico, el Gobierno Bolivariano presidido por el Comandante Hugo Chávez, había inaugurado la pieza escultórica para rendir homenaje a Ernesto Guevara de la Serna, a 40 años de su asesinato en La Higuera (Bolivia).
La pieza emblemática estaba fabricada en vidrio blindado y con forma de lápida, de dos metros 40 centímetros de alto y un metro de ancho, sobre una base de granito natural. Allí se podía leer un texto, en repujado de colores rojo y negro, tomado del Diario de viaje de Che, en el cual aludía su "aventura" juvenil en motocicleta.
Guevara de la Serna, a sus 24 años de edad, estuvo en ese lugar, el más alto de la carretera trasandina, el 15 de julio de 1952, cuando realizaba investigaciones para avanzar en el tratamiento y cura del llamado "mal de Hansen" o la Lepra, que diezmaba las poblaciones más pobres en Nuestramérica.
Símbolo de la Revolución cubana, nuestroamericana y mundial a Che no ha dejado de "asesinársele" innumerables veces después de su defenestración a raíz de la emboscada que se le tendiera en la Quebrada de Yuro, en Bolivia. De hecho, la canalla mediática tituló en 2007: "Ametrallado el Che en el Pico El Águila", como si se tratase de resaltar la victoria ante el exterminio de un peligroso enemigo.
En estos momentos cuando a Venezuela se le amenaza entre misiles y paracos del narcotráfico colombiano y otros vecinos, no puede pasar desapercibida la saña contra un símbolo de la revolución mundial como Ernesto CHE Guevara. Pero mucho menos se puede dejar de lado el ojo en la mira del símbolo ecuestre de Bolívar. Total, "más nos han dominado por la ignorancia que por las armas".
