Mi palabra

Ni con uno, pero si con el otro

"El traidor es traidor porque es cobarde."

Tirso de Molina

Nos encontramos en una etapa de grandes decisiones, y definiciones en la cual el eterno enemigo de los pueblos: el imperialismo estadounidense, ha asumido su papel natural, sin ninguna ambigüedad, enfilando sus baterías contra Venezuela, amenazando con una intervención militar, en medio de una guerra mediática, apoyada por los traidores y vende patria –dan pena ajena–presentándose con todo el cinismo del mundo, queriendo dar cátedra de moralidad, disciplina, y no conforme con eso, se atreven a emitir opiniones sobre la corrupción, uno de los grandes males del país, lavándose las manos, como Poncio Pilatos.

En esta larga lista de renegados, encontramos a ex ministros del Comandante Chávez, quienes se mantuvieron "disfrazados", aprovechando cualquiera oportunidad para sobresalir, como "fieles" defensores del proyecto Bolivariano. No perdían una oportunidad para estar al lado del Comandante, con caras risueñas; se paseaban en medio de la relativa calma del país, pero estaban conscientes, que en cualquier momento se desataba esta tempestad por parte del imperialismo, producto de todas las barreras puestas en el camino para obstaculizar el libre comercio del país, en dos renglones vitales para la población: comida, y medicinas, para luego aplicarnos este pretexto muy bien planificado, pero al final no engañan a nadie, como es la promocionada (ayuda humanitaria) como si estuvieran vendiendo un producto.

A nadie puede sorprender la actitud asumida por algunos personajes, entre ellos el profesor Héctor Navarro, quien salió desesperado a buscar al autoproclamado Juan Guaidó, para ponerse firme delante de un verdadero títere de los Estados Unidos. Navarro, fue ministro del Presidente Chávez, hasta en 5 oportunidades en un periodo de 13 años, y ahora se encuentra prácticamente a las órdenes de un anzuelo lanzado por la rancia, y recalcitrante dirección del mandatario Donald Trump, al lado de la desahuciada oposición venezolana, para ver a quienes pescan, y mire, que han caído varios "peces" hambrientos por deshacerse de cualquier compromiso con el pasado rojo rojito.

Todo el mundo conoce las andanzas del profesor Héctor Navarro–después de la muerte del Comandante Chávez– en la convulsionada vida política de Venezuela, llegando a formar un trio de voces muy activa, con los dos ex ministros: Ana Luisa Osorio, y Jorge Giordani, totalmente opuestos al Presidente Nicolás Maduro, dentro de la diversidad de opiniones. Cada quien es libre de pensar, y actuar en un país democrático, garantizado plenamente por la constitución nacional. Pero la firma definitiva para la capitulación, y traición, siempre se presenta en el momento más álgido, y esto queda demostrado con la actitud rastrera de este ex ministro, al salir con la bandera blanca a darse la mano con el usurpador Guaidó, tratando de ayudar a inflar un balón roto. De ese mismo modo actuó el ex ministro: Rodrigo Cabezas, pero le salió una verdadera morisqueta al apoyar las palabras huecas del representante imperialista.

En estos momentos nos encontramos con dos opciones; por un lado, los que abiertamente apoyan las intenciones intervencionistas del gobierno estadounidense, y los que aman la patria con todas las divergencias que puedan tener. Por algo un señor, quien hasta hace poco era un opositor enceguecido, al ver los ataques sistemáticos por parte del gobierno de Donald Trump, se ha venido acercando a la defensa de la patria; hace pocos días en una conversación me hizo una pregunta, como sintiendo vergüenza por la actuación de estos señores: ¿Por qué tanta bajeza, cuando se retiran del gobierno?

En medio de la preocupación, firmeza, y el ejemplo del amigo, rápidamente le di una explicación muy sencilla: "En primer lugar, los intereses económicos privan en muchas personas a la hora de seguir transitando un camino tan difícil, como es enfrentar al imperialismo estadounidense. Por la otra parte el poeta Bertolt Brecht, lo dijo muy claro en un pensamiento que todas las personas de bien, no pueden olvidar para no caer en estas inmoralidades políticas: "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles"

 



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Narciso Torrealba


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